Saturday, October 26, 2013

El nombramiento de Ramírez

En: http://www.noticierodigital.com/2013/10/el-nombramiento-de-ramirez/

Horacio Medina

25 Octubre, 2013
Resulta, ya casi, un lugar común escuchar o leer que Venezuela es una país devastado, un ex país, algo así como la tierra de nadie y la riqueza de todos.

La crisis de los partidos políticos tradicionales, grandes y pequeños (AD, COPEI, MAS, MEP) que se agudizó en la década de los noventa bajo la insensata de conducción de los propulsores de la anti política que la usaban como estandarte y argumento, logró reducirlos a su mínima expresión operativa, sin que otros partidos emergentes pudiesen haberse consolidado, se unía con una profunda crisis económica que teniendo sus orígenes entre la agonizante década de los setenta y los albores de la década de los ochenta, amenazaba por subsumir al país en la quiebra que sólo empeoraba con el crac bancario de 1994 y la caída sostenida de los precios del crudo.
Por supuesto que bajo este patético escenario político – económico, emergía con fuerza y de manera avasalladora una profunda crisis social que había dado su alerta altisonante en febrero de 1989, sin que la conducción política y económica del país se hubiese dado por aludida. También evadieron el trasfondo del intento del golpe de Estado de 1992. Errores tras errores, profundización de la crisis, multiplicación del resentimiento, en el marco de una deuda social creciente y desbocada.
En esos términos, sin pretender otra cosa, mas allá de tratar de poner un marco de inicio a nuestra nota, entramos en los años finales de los noventa y dábamos inicio a la nueva década con la llegada del año 2000, solo que ahora, una nueva promesa de futuro con otro movimiento político que nacía con una militancia de base construida con los descontentos y decepcionados militantes de los partidos tradicionales, se hacía del poder, conducido por un líder mesiánico que había asumido el liderazgo y el fracaso del intento golpista de 1992. Un líder convertido en Presidente Constitucional, con una incuestionable legitimidad de origen y una propuesta nacionalista que sentenciaba la corrupción y que prometía reducir la inseguridad a su mínima expresión, le pintaba al país un escenario de progreso y de bienestar social.
En lo personal, al igual que importantes grupos de ciudadanos y menguados o emergentes liderazgos políticos, nunca le creímos. Intuíamos algo que muy pronto emergería: la convicción totalitaria del poder, no por éramos adivinos o profetas, sencillamente porque detrás de su propuesta y careta democrática, estaba el genio y la figura del mal: Fidel Castro.
Transcurridos casi quince años de su llegada al poder, podríamos decir que no solo que no hemos avanzado, al contrario el país está atravesando, en nuestra opinión, la peor crisis política de su historia, el líder mesiánico, el comandante por siempre, falleció, dejando absolutamente huérfano ese espacio que no consigue ser llenado, ni aun juntando todos los directivos del partido. Se siente que no hay liderazgo, no hay carisma, no hay capacidad ejecutoria, más allá de los incontables esfuerzos creativos que surgen para terminar de saquear un país que pasó de terapia intensiva a la etapa agónica.
En la oposición surgen propuestas de liderazgo de diversas índoles y tendencias que, mientras tratan de consolidarse de manera coordinada, deben enfrentar un gobierno de malandros que desde el Estado y con todo el poder que eso implica, los ataca y los acosa día tras día. Pero además, esos liderazgos que emergen deben batirse en el campo de la democracia (a veces muy mal comprendida) con sus mismos seguidores y algunos extraños híbridos que, como en el béisbol o en fútbol moderno, pueden jugar varias posiciones y rotar libremente.
Los anuncios del Ilegitimo.
En este escenario, muy complejo, enmarañado, lleno de incertidumbres, de angustias y graves problemas, nos encontramos inmersos. Como solución o paliativo, desde el poder, el ilegitimo presidente, anuncia la creación del Viceministerio para la Suprema Felicidad Social y sustituye, al no muy brillante Nelson Merentes (que al menos alumbraba con una luciérnaga en la oscuridad de las políticas económicas del régimen) por Rafael Ramírez como Vicepresidente del área económica. La verdad no sabemos cuál de los dos anuncios es más insultante, desafortunado y patético. Con el anuncio de ese viceministerio, el ilegitimo presidente, se burla de la población, insulta y menosprecia a los venezolanos, reitera la destrucción de la lógica social de millones de venezolanos que confiaron y todavía confían, en que la deuda social será resarcida.
Por otro lado, el nombramiento de Ramírez, parece enviar el mensaje claro que la ineficiencia, la ineptitud, la corrupción y la patanería, son bien vistas desde las alturas del régimen, siempre y cuando, sean sumisas y complacientes, acaten sin chistar y adulen al máximo.
Este personaje, Rafael Ramírez, no solo ha logrado destruir a la empresa vital del país, sino que adorna su gestión con la mentira constante y el cinismo ilimitado.
Sin duda que Ramírez ha entregado el patrimonio nacional sin ningún tipo de restricciones, ni remordimientos, no solo en lo referente a hidrocarburos, también lo ha hecho en la minería. Es corresponsable de la crisis eléctrica y del brutal endeudamiento de PDVSA, convirtiéndola, además, en compradora sistemática de crudo en el Medio Oriente, mientras nuestra producción nacional ha caído en un millón de barriles diarios; adquiere importantes volúmenes de gasolina y sus componentes en el mercado de los Estados Unidos, mientras ha destruido el parque refinador nacional, aunque lo niega con su vehemencia característica; no ha logrado desarrollar una sola molécula de gas natural e importa volúmenes constantes de Colombia, aunque ha anunciado, repetidas veces, que somos una potencia gasífera; ha reducido a una mínima expresión, el sector petroquímico donde, por ejemplo, importamos urea y escasea el plástico; ha logrado corromper a vastos sectores de trabajadores de PDVSA , en todos los niveles, haciendo crecer mafias diversas que controlan todas las negociaciones, bien en el ámbito de la contratación con las compañías de servicios nacionales o internacionales , en los pagos a proveedores nacionales e internacionales, en la compra y venta de crudos y productos, en los fletamentos de buques, en las negociaciones de la nueva flota de PDV Marina, en el contrabando de gasolina y diésel por nuestras fronteras terrestres, fluviales y marítimas, en fin, un verdadero desastre desde nuestra perspectiva o un éxito rotundo desde la visión “malandrosa” de quienes detentan el poder.
Nos quedan todavía pendientes, otros grandes guisos donde Rafael Ramírez es actor protagónico, no solo recordamos el caso pendiente del maletín de Antonini y Uzcategui; la fraudulenta historia de la plataforma Aban Pearl; sus cuentas en el exterior (muestra ínfima la de Miami); las casas de Uruguay; las comisiones y contrataciones vinculadas con la Misión Vivienda; los grandes transacciones financieras tras las ventas de bonos petroleros y dólares de PDVSA, no enterados al BCV; el Fondo de Pensiones víctima de un fraude colosal; lo que subyace en los convenios y negocios colaterales con Cuba, Argentina y Petrocaribe (en especial con Nicaragua); las comisiones por los seguros de PDVSA manejados por su protegido “Dieguito” Salazar (también lo protege su propio protector y mentor, Alí Rodríguez Araque) y, por supuesto, el infame caso de PDVAL, silenciado de una manera absoluta y total dejando sin castigo a quienes cometieron un crimen incuestionable.
Pues bien, es este individuo el que ahora está encargado de resolver la crisis económica del país y el terrible desabastecimiento. Ya nos dijo que hay dólares suficientes para estabilizar la tasa de cambio y que la escasez de productos la resolverá con importaciones masivas. Es decir el responsable directo que PDVSA no aporte las divisas esperadas y que se hayan podrido cientos de miles kilogramos de alimentos, es hoy el encargado de solucionar ambos asuntos.
Auguramos que en el exterior, los grandes amigos de Ramírez, en especial en Cuba, Irán, Nicaragua y China, se frotan sonrientes las manos, preparándose para raspar, no precisamente las tarjetas con dólares CADIVI, sino la casi vacía olla del patrimonio nacional.

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