Gustavo Coronel
Apreciados amigos de la MUD:
Después
de haber visto y oído lo que han dicho sobre la situación venezolana
dos sus principales líderes, Henrique Capriles Radonsky y Henry Falcón,
así como las declaraciones de Ramon Guillermo Aveledo, ver: http://www.lapatilla.com/site/2014/04/02/unidad-denuncio-campana-intrigante-y-descalificadora/, siento la necesidad de comentar la postura actual de esa organización. .
En primer lugar, debo decir que las declaraciones de Henri Falcón merecen mi total rechazo. El dice: “Vamos a seguir inertes y permitir que una minoría violenta siga tomando las calles de Venezuela generando tristeza y dolor? Ya
basta de tanta violencia, de represión, de posturas radicales; es hora
de sentarse a la mesa para decirnos nuestras verdades y criticarnos,
pero también (para) concertar”.
Tales
declaraciones no son producto del momento sino bien pensadas y
perfectamente coordinadas con las de Henrique Capriles Radonsky, las
cuales dicen: “nosotros
no estamos en esta lucha para que el país se siga sumergiendo en el
caos… hasta en la guerra las partes hacen un espacio para dialogar, para
debatir para hablar de las soluciones….hay que escuchar cuáles son los
problemas importantes en los barrios y cuáles en las urbanizaciones….La
clase media no es la mayoría del país. La gente que está protestando en
Altamira por qué no se va a otras zonas a captar nuevas voluntades a
sumar más gente a la lucha? ”.
Detecto
en estas declaraciones no solo un divorcio de estos líderes de la gente
que está en las calles sino hasta hostilidad en su contra. En la
secuencia de los eventos trágicos que han ocurrido en Venezuela las
barricadas, las piedras y los palos son una reacción ante la agresión
del gobierno, son la consecuencia y no la causa. Cuando hay una
asimetría extrema de fuerzas, el ser humano se defiende de la manera
posible. ¿O es que ustedes ahora creen que la boca de María Corina
Machado y la cabeza de Williams Dávila fueron los agresores en la
Asamblea Nacional?
Capriles
parece censurar a la clase media porque “no es mayoría”, como si tal
condición hiciera inaceptable su protesta. Creo que Capriles debiera
haber considerado que los más de siete millones de votos obtenidos en
recientes elecciones por la oposición sobrepasan en mucho el número de
votantes de clase media, por lo cual no puede hablarse de una protesta
reducida a este grupo. Es cierto que la clase media es la que, en todos
los países y épocas, ha tenido un espíritu más combativo y más
conciencia ciudadana. Esto ha sido especialmente cierto en nuestra
Venezuela, donde el régimen le ha caído a realazos a los más pobres
entre los pobres, tratando de mantenerlos con plata en el bolsillo pero
en la pobreza y en la ignorancia, para que sigan fieles a su
“revolución”. Esto lo han admitido con desparpajo el Ministro Jorge
Giordani y el semi-analfabeta Ministro de Educación, Héctor Rodríguez.
Las
posturas de Falcón, Capriles y Aveledo no encajan con los valores en
los cuales creo. Cuando Falcón habla de la necesidad de concertar con
un gobierno que ha humillado, abusado, mentido, robado, asesinado,
torturado, expropiado y entregado a otros países nuestros recursos y
nuestra soberanía, eso me causa tristeza y rechazo. En cuanto a
Capriles, a quien respeto por sus cualidades, siento, a mi pesar, que
sigue enredado, tratando de navegar entre dos aguas.
Se
habla en el debate venezolano de los llamados Líderes de la Retirada,
personajes quienes guiaron a sus países hacia la democracia después del
oscurantismo dictatorial: Adolfo Suárez, Eleazar López Contreras y,
según Fernando Mires, hasta un más dudoso Joaquín Balaguer. Es posible
que dentro de la MUD algunos piensen que sus líderes pueden desempeñar
ese papel en nuestro país. Pero se equivocan quienes lo vean posible en
estas circunstancias. Los líderes de la retirada emergen como tales
solamente después que ha desaparecido el foco de la tiranía: Franco,
Gómez, Trujillo y se crea un vacío político. Concertar con esos sátrapas
en vida hubiera contribuido a extender sus satrapías, una manera de
apuntalarlos y no de guiar a los países hacia la democracia y la
libertad. Lo mismo aplica al ejemplo de Mandela, quien es citado con
frecuencia por quienes claman por el diálogo con el régimen. Mandela no
dialogó con el apartheid mientras era prisionero, sino que lo hizo desde
una posición de fuerza, desde la presidencia. Solo al llegar a la
presidencia se tornó conciliador. ¿Por qué? Porque sabía que conciliar
desde una posición de debilidad hubiera representado una entrega.
Mandela estuvo preso por treinta años sin pedir concertación con sus
victimarios.
¿
Es que se ha olvidado ya en el seno de la MUD su postura original sobre
la ilegitimidad de origen de Nicolás Maduro? ¿Como validar su aún más
evidente ilegitimidad de ejercicio, “concertando” con él?
Creo
que, a pesar de sus méritos personales, los cuales reconozco, la
debilidad fundamental de Falcón y de Capriles es que ambos son
gobernadores y pretenden, al mismo tiempo, liderar la oposición en un
país donde no existe democracia ni respeto por los adversarios
políticos. El abuso del régimen los ha convertido en rehenes de un
Ejecutivo hamponil que les corta los recursos financieros si se “ponen
cómicos”, como lo ha dicho claramente el ilegítimo. Con algunos matices,
tanto Capriles como Falcón, como es también el caso de Dudamel y de los
países miembros de Petro Caribe están sometidos al mismo yugo. Y digo
esto porque la dependencia económica afecta la objetividad y las
acciones de quienes sean dependientes. El embajador de Jamaica en la OEA
obedeció las órdenes de Chaderton con la cabeza baja, lleno de
vergüenza. Quizás Dudamel también sienta vergüenza en su fuero interno.
Capriles y Falcón deben actuar bajo estas limitaciones a su
independencia, porque no se decidieron a dar el paso fundamental de
separarse de sus gobernaciones si deseaban hablar con entera libertad.
El régimen usa la espada de Dámocles de los recursos financieros de
manera descarada y ello afecta la actuación de los gobernadores.
No
tengo nada en contra de la gente de la MUD en lo personal. Hago
simplemente un llamado a la reflexión de esa organización desde una
posición individual, aunque intuyo que muchos otros venezolanos piensan
de manera similar.Si la MUD insiste en su postura que pudiera ser
correcta en Suecia o Canadá pero no en la Venezuela de Maduro, se
tornará más y más irrelevante.
Ello
es así porque Venezuela se dirige, de manera irreversible, hacia una
definición fundamental: si vivirá en esclavitud y humillación crónica o
vivirá en libertad y dignidad. La flecha ha salido del arco. Ya no caben
acomodos o concertaciones entre dos filosofías de la vida radicalmente
diferentes.
Yo
estoy al lado de los generosos estudiantes venezolanos, de las amas de
casa, de los familiares de los asesinados año tras año, de los
despedidos de PDVSA, quienes hoy ven a la empresa en ruinas y pasto de
los ladrones y los ineptos. Estoy con quienes han tenido que irse de su
patria para buscar la tranquilidad y la felicidad que les ha sido negada
en su país. Estoy con los empresarios expropiados, con los hacendados
invadidos, con los propietarios de casas donde se enquista gente apoyada
por la satrapía, con los enfermos que mueren de mengua en los
hospitales. No creo que podamos seguir deshojando la margarita de la
espera y del diálogo mientras el país se va al diablo.
Creo
en las iniciativas tomadas por Leopoldo López, Maria Corina Machado,
Antonio Ledezma y los jóvenes líderes estudiantiles y en los esfuerzos
ciudadanos que hacen Alfredo Romero y el Foro Penal, en los esfuerzos de
Diego Arria en La Haya, en la militancia de la diáspora venezolana, en
los miles de venezolanos anónimos quienes ya no se ´calan” más este
horror. Recuerdo, casi todos los días de mi vida, el gesto digno de
Franklyn Brito, a quien la indiferencia dejó morir en defensa de
derechos que también eran los nuestros.
Venezuela está hoy bajo una dictadura de gente cruel e ignorante, inepta y corrupta.Quien se siente con ellos desciende a su nivel.
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