Tuesday, December 23, 2014

El corazón (más) profundo de Carlos Vives

Nota del Blog: El presente reportaje viene acompañado por imágenes. Los interesados pueden consultarlas en el enlace de abajo.

En: http://prodavinci.com/blogs/el-corazon-mas-profundo-de-carlos-vives-por-marcy-alejandra-rangel/

Marcy Alejandra Rangel

Carlos Vives parece un tipo sin artificios. Sale al escenario con un jean descolorido, ceñido al cuerpo, y una franela sencilla que minutos después absorberá el sudor de toda la energía de sus canciones. La sonrisa nunca se detiene y por eso el repertorio, aunque tenga letras de desamor, le canta a la vida desde la vibra contagiosa de los costeños, sin una sola canción que contradigan las ganas de pasarla bien.

El colombiano llegó a Venezuela hace un año para presentar el CD Corazón Profundo y volvió 12 meses después para cantar los éxitos –algunos ya parte de sus clásicos, a pesar de la brevedad– de Más Corazón Profundo. “Esta gente encerró todo su amor y me lo entrega en ese cuadrito que yo me llevo para mi casa”, dijo en algún momento cuando, en una de las cinco pantallas del Poliedro de Caracas, se proyectó el Disco de Oro que le entregaron antes de subir al escenario.

Las coristas, emblema del mestizaje del Caribe, no paran de bailar durante todo el show. Mayte Montero, líder de “La Provincia” –agrupación que acompaña a Vives– toca flauta dulce, maracas, armónica, pandero. Y salta, salta durante todo el show. Mientras tanto, el cantante juega fútbol amateur en el escenario. Se equivoca en el drible, vuelve a dominar y, cuando llega al clímax de la canción, lanza al público, que hace las veces de portero. Así otra vez hasta que se acerca a cantar en los polos de la tarima y se detiene cuando les pasan CD o franelas de la selección oficial colombiana para que las firme. “¡Pronto me van a confundir con Falcao!”, dice. Lo hace con dedicación y el público ya sabe que en ese momento es su hora de acompañarlo en los coros. Y así pasan las dos horas, en complicidad: esta es una fiesta entre amigos.

El colombiano salió al escenario del Poliedro de Caracas a las 11:05 pm del jueves 18 de diciembre, pero no fue sino una hora después cuando saludó:

“¿Cómo está mi Venezuela? Estamos para agradecer tanto cariño. No me gusta diferenciar entre colombianos y venezolanos porque somos la misma familia”.

“El mar de sus ojos” con la agrupación colombiana de hip hop ChocQuibTown en un video interactivo fue la primera de las sorpresas. Siguieron “Cómo le gusta a tu cuerpo”, “Bailar contigo”, “Ella es mi fiesta”, “La Gota Fría”, “Fruta Fresca”, “Volví a Nacer” y “Déjame entrar”. Antes de cerrar con un set vallenato de Clásicos de la Provincia, de Luis Enrique Martínez, “Carito” y “La fantástica”, una canción dedicada a Cartagena, en el bis.

Carlos Vives tiene reservada su página en la historia de la música colombiana desde que se atrevió a unir la cumbia y el vallenato con los géneros más ambiciosos: pop y rock. Desde entonces, lo saben sus fans, el cantante presenta con orgullo los géneros de su país como El rock de mi pueblo, título que le dio a uno de sus CD, en 2004. Esta vez lo presentó junto con su acordeonista desde hace 21 años, Egidio Cuadrado con una interpretación veloz de un homenaje a personalidades como Leandro Díaz, Julio de la Ossa, Sergio Moya, Adolfo Pacheco, Carlos Huertas, Alejo Durán, Gustavo Gutiérrez, Fernando Meneses, Luis Enrique Martínez y Rubén Darío Salcedo.

Mientras decía que era el rey del vallenato en una de sus letras, aunque últimamente no haya grabado más clásicos de la provincia, Vives hizo énfasis en la hermandad de Venezuela y Colombia:

“Nuestra historia tiene que ver con lo que somos. Nuestras ciudades son la urbe, el rock & roll, la posibilidad de ser infinitamente ricos y de unir muchas culturas. Está en nosotros lograrlo”.
 
El pasado jueves 20 de noviembre C4Trío ganó un Grammy Latino como Mejor Ingeniería de Grabación por el disco De repente, que grabaron junto a Rafael “Pollo” Brito. Pero antes de recibir la estatuilla, antes de que supieran que habían ganado, esos cinco genios de la música venezolana interpretaron un performance en la ceremonia no televisada de la entrega. Cuando salieron al escenario, lo primero que vieron fueron las sonrisas de Rubén Blades y Carlos Vives sorprendidas por su virtuosismo. Luego, el público de pie. Más tarde, Calle 13 los mencionó cuando subió a recibir uno de los galardones y, en esa extensión de la realidad que es el teléfono móvil, Carlos Vives les había dedicado dos tweets en los que hizo referencia al talento que se veía, sobre todo, en el pretelecast.
 
Fue luego de ese descubrimiento que la música venezolana se ganó un espacio en el concierto de Carlos Vives en Caracas. En blackout, cerca de la mitad del show, los cuatros de Jorge Glem, Héctor Molina y Edward Ramírez impresionaron al público de un Poliedro de Caracas que hasta las 11:00 pm. lucía completamente desolado pero, de pronto se llenó hasta más de la mitad, cuando el colombiano apareció entre las cinco pantallas que mostraban los visuales de las ciudades más emblemáticas de Colombia.
“A raíz de que él tuvo ese detalle tan chévere por Twitter, nos pusimos en contacto y estábamos pendientes de conocerlo, tener un momento dónde conversar y él nos puso a hablar con una persona que estaba coordinando sus cosas acá y dos días antes nos dijo que no solamente lo íbamos a conocer, sino que Carlos Vives quería que tocáramos en su concierto en Caracas”, cuenta Edward Ramírez.
Pero los venezolanos, en compañía de Gustavo Márquez en el bajo, no supieron qué tenían que hacer hasta que llegaron a la prueba de sonido. Fue ahí cuando decidieron que tocarían “Zumbacumlaude”, un zumba que zumba del folclor que les permitió demostrar el sonido recio que tiene el cuatro y, además, dejar espacio para que cada uno de los integrantes pudiera improvisar. De pronto, apareció Carlos Vives entre los músicos interpretando “La Tierra del Olvido” con C4Trío de fondo.

Justo antes de terminar el concierto, Rodner Padilla, el cuarto integrante, se dejaba ver en las visuales de “Cuando nos volvamos a encontrar”, tema que originalmente Vives interpreta con Marc Anthony y que esta vez cantó con Omar Acedo, quien hizo la compensación nacional. “La felicidad es escuchar ese sonido incomparable. No se vayan nunca, toquen siempre aquí” Carlos Vives
 
 

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