Gustavo Coronel
Esta carta de Diego Arria a los Cancilleres de UNASUR que nos visitarán para "propiciar"un diálogo entre el régimen y la oposición va al corazón del problema: es UNASUR un organismo imparcial en este grave conflicto venezolano, donde existe clara violación de derechos humanos y de libertades? Uno de los viajeros, el Canciller de Ecuador, se ha manifestado "incondicionalmente" a favor del régimen de Nicolás Maduro. Ello lleva a una de las tantas voceras del régimen, la Sra. Jacqueline Faría, a decir: " UNASUR viene a apoyarnos".
Si es así, mejor que no vengan.
DIEGO ARRIA: Carta abierta a los cancilleres de UNASUR
“Gracias
a Dios tenemos a UNASUR, que nos proteja, nos acompañe, nos permita
transitar estas batallas contra golpes de Estado, imperialismos
intervencionistas. Nuestro camino es el sur”, afirmó públicamente
Nicolás Maduro.
No
son palabras normales para darle la bienvenida a tres cancilleres que
se supone accionan de manera independiente y de buena fe. Son palabras
que pretenden secuestrarlos asignándoles un rol que países soberanos no
deberían aceptar. Dios no forma parte de UNASUR.
Durante
cincuenta años, hasta el inicio de esta infame dictadura
chavista-madurista, Venezuela fue el mejor aliado de la región en la
defensa de sus libertades y derechos. Hemos sido sin embargo víctimas
del acomodo, de la indiferencia y falta de solidaridad. Realidades que
no escapan a su conocimiento, como tampoco a sus responsabilidades
regionales.
Llegan
a nuestro país en su peor circunstancia histórica. Sometido a una
dictadura militarizada comprometida con algunas de las peores causas de
la humanidad. Entre ellas las del narcotráfico. En 16 años hemos
degenerado de petroestado a narcoestado.
Maduro
con su aliado Samper pretende utilizar a UNASUR para perpetuar la
complicidad y el acomodo de la región a una dictadura que controla todos
los poderes públicos que utiliza para perseguir, atropellar, apresar y
hasta matar muchachos de 14 años bajo el amparo de un decreto que le
permite a las fuerzas armadas y policiales el uso de armas letales para
enfrentar a manifestantes. Decreto inspirado en el implementado por
Muamar Gadafi, que le valió de inmediato la orden de arresto de la Corte
Penal Internacional.
Si
ustedes vienen para cumplir un rol a favor del rescate de la libertad y
de la paz en nuestro país, deben de partida establecer públicamente su
independencia y buena fe no solo ante nosotros los venezolanos sino ante
el mundo que observa con atención el resultado de su visita. Y esto
solo sería posible si exigen visitar en la cárcel donde mantienen
secuestrados a tres líderes de la democracia: el Alcalde Metropolitano
de Caracas, Antonio Ledezma; el líder de Voluntad Popular, Leopoldo
López, y el alcalde de San Cristóbal, Daniel Ceballos.
De
negársele como ocurrió a los ex presidentes Pastrana de Colombia,
Sebastián Piñera de Chile y Felipe Calderón de México, deberían retornar
a sus países. De otro modo ninguna de sus acciones en Caracas tendría
validez, y en lugar de contribuir a la promoción de la democracia
venezolana estarían contribuyendo activamente a su entierro. Poco digno
de países tan respetables y queridos como los que ustedes representan
hoy.
A
la luz de las declaraciones de Maduro y de Samper parece indispensable
recordarles que el Tratado constitutivo de UNASUR (al igual que la Carta
Democrática Interamericana; y del Protocolo de Ushuaia sobre el
Compromiso Democrático) reafirma: “La plena vigencia de las
instituciones democráticas y el respeto irrestricto de los derechos
humanos son condiciones esenciales para la construcción de un futuro
común de paz y prosperidad económica y social y el desarrollo de los
procesos de integración entre los Estados Miembros”.
Es
evidente –y ustedes lo saben muy bien– que el régimen venezolano no
cumple para nada con estas exigencias sino que representa en su accionar
todo lo contrario a los propósitos que se supone animaron a crear
UNASUR.
Del
mismo modo no debería pasar desapercibido para ustedes la denuncia
presentada hoy en Ginebra por el alto Comisionado de Derechos Humanos de
la ONU, Zeid Ra’ad Al Hussein, ante el Consejo de Derechos Humanos al
referirse a la situación de nuestro país. Declaró: “Sigo muy preocupado
por el deterioro de la situación de los derechos humanos en Venezuela,
particularmente las duras respuestas del gobierno a las críticas y
expresiones pacíficas de discrepancia, y el uso de la fuerza letal
contra manifestantes es muy preocupante”.
Distinguidos
cancilleres, no cabe mediar entre una población desarmada y pacífica y
un régimen montado sobre las armas de la república al punto que el
actual ministro de la Defensa declaró públicamente: “las fuerzas armadas
son profundamente chavistas. Chávez es nuestro comandante eterno y
supremo”. Corresponde y sería su deber mediar con el régimen para que
cese la persecución, las amenazas y el arresto de personas que los
adversamos activamente pero en paz. Y que respeten los principios de
UNASUR.
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