José Rafael Revenga
·
El Vaticano sacudido por un nuevo Vatileaks.
·
La lucha por el poder entre las
facciones que apoyan a Francisco.
·
Las repercusiones del Scontro
di potereamenazan la gestión renovadora del santo padre.
·
Francisco corta el nudo gordiano contra
la corrupción y los conceptos petrificados.
Una reciente
filtración informativa revela nuevas rivalidades internas presentes en los
corredores del Vaticano.
Los ya conocidos
pugilatos de poder entre quienes se esfuerzan por sanear las finanzas internas,
procesar las denuncias relativas a la pedofilia con un criterio de cero
tolerancia y proyectar un mensaje y una acción más orientada hacia las
exigencias de la realidad pastoral y aquellos concentrados en mantener una
Curia en la cual abundan los privilegios burocráticos que sirven para camuflar
numerosas “enfermedades”, continúan vigentes pero más atrincherados en
bandos irreconciliables.
Ahora se agrega una nueva línea de
fractura.
La develación de la
oscura lucha por el poder ha sido responsabilidad de la influyente plataforma
comunicacional L’Espresso la cual, coincidiendo con los dos
años de la renuncia de Benedicto XVI al pontificado, da a conocer varios
reportajes [Scontro di potere in Vaticano] sobre el tema que
ahora se centra principalmente en los prelados y cardenales del “círculo” más
afecto al papa Francisco.
Esta última
consideración ha causado una gran e incómoda sorpresa, pues pone en riesgo el
logro de las metas del actual pontificado.
Los documentos
internos del Vaticano –nadie cuestiona su autenticidad– publicados reseñan una
supuesta “lucha fratricida” [lote fratricide] entre dos facciones, ambas
integrantes del anillo más cercano de colaboradores del sumo pontífice: una
liderada por el cardenal australiano ex arzobispo de Sidney George Pell
prefecto del nuevo y poderoso Secretariado de la Economía, creado en febrero
del 2014, y la otra por el cardenal italiano Pietro Parolin a cargo de la
Secretaría de Estado.
El Vaticano de
inmediato reaccionó con el inevitable reflejo condicionado al calificar los
reportajes como “noticias indignas y mezquinas” pero no refutó la veracidad de
la evidencia de los informes publicados. En relación con la gestión de Pell,
algunos de sus colegas cardenales lo acusan de haber malgastado medio millón de
euros en los primeros 6 meses de sus nuevas responsabilidades en el Vaticano en
viajes aéreos en clase ejecutiva, trajes hechos a la medida, un fregadero por
4.500 euros y haberse autoasignado honorarios por la suma de 15.000 euros
mensuales.
La paradoja consiste
en que Pell ejerce las funciones supremas de sanear y controlar las enmarañadas
transacciones del Banco del Vaticano y se le considera como el “gran
moralizador” designado por Francisco.
Si falta hiciera,
existe otro imbroglio: el cardenal Pell ha sido calificado, en una
investigación criminal sobre la pedofilia por parte del gobierno australiano,
como un sacerdote que prefirió defender el patrimonio de su diócesis antes de
dar justicia y mostrar compasión por las víctimas.
La Oficina de Prensa
del Vaticano ha replicado que las filtraciones son ilegales y ha caracterizado
la gestión del cardenal Pell como un proceso que procede con “continuidad y
eficacia” lo cual a simple vista no luce como un endorso entusiasta. Pell ha
sido acusado por algunos de sus colegas de “sovietización” para describir lo
que algunos consideran su exagerado control centralista.
Siamo di fronte all'ennesimo pasticcio
vaticano!
Parte de la
resistencia generada contra Pell y su gestión radica en su compromiso a poner
orden en el manejo de las finanzas del Vaticano. Hace pocos días, el
Secretariado de Economía a su cargo, dio a conocer una serie de procedimientos
por aplicar al cierre, para 2014, de los balances de todos los departamentos y
unidades del Vaticano. Entre ellos, la obligación por parte de los responsables
de firmar una declaración jurada en cuanto a la honestidad de las cifras
presentadas, lo cual contraría una práctica inveterada de acomodo contable
principalmente en manos de funcionarios italianos. Adicionalmente, tanto las
cuentas como los activos requieren de una contabilidad certificada por los
bancos.
No es motivo de
sorpresa que un enfoque australiano en el manejo de las finanzas sea bien
diferente de uno colíndate con el Mar mediterráneo.
El dilema planteado
es quién y cómo se controla al contralor o, en otras palabras, si Italia puede
más que Australia o viceversa.
Principalmente está
en juego el control sobre APSA, el organismo encargado de administrar el
patrimonio de la sede apostólica el cual ha sido transferido al Secretariado de
la Economía. O sea, la administración del personal, de las compras y de los
bienes inmobiliarios provisionalmente se encuentran bajo la jurisdicción del
cardenal Pell lo cual resienten los administradores de la Curia previamente a
cargo. Francisco decidirá si APSA recupera su autonomía o permanece subordinada
al Secretariado.
El papa Francisco
está obligado a mediar entre los dos enfoques al aprobar en los próximos días
el marco legal para tres nuevos organismos cuya creación él ha autorizado: un
Consejo de la Economía integrado por una combinación de quince laicos y
cardenales; el Secretariado para la Economía y un auditor independiente.
Así ha tenido que
estar tan rienda libre la gestión de las finanzas y de los activos del Vaticano
que se considere necesario la creación de tales mecanismos para la formulación
de políticas y el diseño y aplicación de los controles contables elementales.
Sin embargo, la
disputa es en torno al grado de poder apropiado por el Secretariado de Economía
el cual pudiera sobreponerse aun a la Secretaria de Estado actualmente en manos
del cardenal Parolin. Otra zona de conflicto es aclarar si el Secretariado de
la Economía es autónomo o si debe reportar al Consejo de la Economía como ente
máximo.
La lucha por el poder
entre quienes defienden viejas y poco fiables prácticas contables y quienes
imponen criterios y procedimientos modernos –y transparentes– se desarrolla
sobre el trasfondo de la convocatoria al Sínodo Ordinario sobre la Familia por
tener lugar del 4 al 25/10 próximo en Roma. Es el llamado “segundo round” del
esfuerzo del pontífice por encarar la complejidad de los temas en relación a la
familia cuya primera cristalización se celebro en octubre de 2014. Los
resultados del evento no fueron totalmente favorables al santo padre. Los
“progresistas” no pudieron celebrar una clara victoria sobre los
“conservadores”.
Este primer y más
fundamental “scontro” promete agudizarse durante los próximos meses para
culminar en las deliberaciones y resoluciones del Sínodo previsto para octubre
próximo. Si el Papa y sus aliados inmediatos no logran una flexibilización
importante en cuanto a la aplicación de los conceptos canónigos, varias
conferencias episcopales nacionales se pronunciaran de modo autónomo.
Por ejemplo, la
semana pasada el cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Múnich y Freising,
presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania, coordinador del Consejo de
Economía y miembro del Consejo de Cardenales se pronunció en los siguientes
términos:
“Cada conferencia episcopal es responsable del cuido pastoral en su área jurisdiccional y tiene que proclamar al Evangelio en su propia y única manera. Nosotros no podemos esperar a que un Sínodo diga cómo debemos llevar a cabo nuestra tarea pastoral en las áreas del matrimonio y de la familia. Nosotros no somos subsidiarios de Roma”.
“Cada conferencia episcopal es responsable del cuido pastoral en su área jurisdiccional y tiene que proclamar al Evangelio en su propia y única manera. Nosotros no podemos esperar a que un Sínodo diga cómo debemos llevar a cabo nuestra tarea pastoral en las áreas del matrimonio y de la familia. Nosotros no somos subsidiarios de Roma”.
Francisco corta el nudo
gordiano
Consciente de la
urgencia de resolver el conflicto entre las dos facciones antes que las líneas
de fracturas amenazaran las columnas de la Plaza de San Pedro, el martes 03/03
Francisco aprobó un conjunto de planes en un documento oficial –motu proprio–
para reformar el manejo de las finanzas dándole el mando completo al cardenal
Pell. Menos de tres meses distancia la decisión del papa de su firme reprimenda
del 22/12/2014 en la cual añadió a los siete pecados capitales las quince
“enfermedades” de la Curia.
Los integrantes de la
burocracia vaticana quedaron relevados de continuar con su opacidad
administrativa la cual era tan fuerte que las indagaciones de Pell han
descubierto activos propiedad del Vaticano por un monto superior a los 1.500
millones de dólares, los cuales no estaban registrados en los libros.
Los únicos bienes
fuera del radio de mando casi dictatorial de Pell son los bienes inmuebles
propiedad de la Iglesia en Italia. Ha sido la única concesión a los numerosos
cardenales italianos.
El despacho de Pell
emitió un comunicado el cual afirma: “La campaña de desprestigio era de
esperar… a costa de su propia carrera personal y su reputación, el cardenal
Pell desea implementar la tarea asignada por el santo padre: arrancar de raíces
la corrupción una vez por todas”.
No obstante, las
cuentas siguen estando algo confusas pues en el nivel superior de formulación
de políticas y de revisión de los informes presentados por el Secretariado de
Economía y el autónomo auditor general se encuentra el Consejo para la Economía
creado hace un ano e integrado por ocho cardenales y siete laicos.
Además, el motu
proprio de Francisco estipula que el cardenal Parolin debe trabajar en
colaboración con el cardenal Pell pero retiene la única competencia para los
asuntos relacionados con los Estados y otros temas de la ley internacional.
No deja de ser
interesante conocer los nombres y cargos previos de los siete laicos que
integran el Consejo para la Economía acompañados por ocho cardenales: Joseph F.
X. Zahra, ex director del Banco Central de Malta y vicecoordinador del Consejo;
Jean-Baptiste de Franssu (Francia), ex presidente de Invesco Worldwide
Management y actual presidente de IOR; John Kyle (Canadá), extesorero de
Imperial Oil Limited; Enrique Llano Cueto (España), profesor de economía,
Universidad de Madrid; Jochen Messemer (Alemania), Francesco Vermiglio
(Italia), profesor de la Universidad de Messina y George Yeo, ex ministro de
finanzas de Singapur.
Vía El Nacional
No comments:
Post a Comment