En: http://www.lapatilla.com/site/2015/03/07/samper-es-visto-como-parte-interesada-en-el-conflicto/
El secretario general de la organización es visto como parte interesada en el conflicto, publica El País de España en un reportaje del periodista Alfredo Meza.
La posibilidad de que el Gobierno y la oposición de Venezuela se
sienten a una mesa a dialogar está más lejos que nunca. La Unión de
Naciones Sudamericanas (Unasur) no es confiable para los adversarios del
Gobierno del presidente Nicolás Maduro. Todo ha quedado demostrado a la salida de la reunión
que tuvieron en la sede de la Nunciatura Apostólica en Caracas este
viernes. Ninguno de los representantes de la oposición –cuatro diputados
y dos gobernadores, entre ellos el excandidato presidencial Henrique
Capriles- se ha detenido a hablar con la prensa apostada en el sitio.
Algunos de ellos han preferido expresar su opinión a través de las redes
sociales. “Imposible con presos políticos dialogo con el Gobierno”, ha escrito el diputado de Proyecto Venezuela, Carlos Berrizbeitia. “En nuestro criterio, este encuentro ni siquiera puede calificarse como una reunión”,
ha opinado a su vez la representante del Parlamento Latinoamericano,
Delsa Solórzano (Un Nuevo Tiempo) en su cuenta de Twitter.
El recelo es mutuo. La nueva organización, creada en 2011, se ha
encargado de dejar en claro que no reconoce como legítima oposición a la
facción antichavista que en 2014 decidió tomar la calle para demandar
el inmediato cese del Gobierno. Incluso Unasur ha sido mucho más allá en
sus gestos condescendientes con el régimen. Su secretario general,
Ernesto Samper, ha asegurado que en Venezuela existe separación de
poderes al referirse a la situación del alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, preso desde hace quince días por conspiración en un penal militar de los suburbios de la capital venezolana.
Este punto de vista ha sido una provocación para la contraparte, que
desde hace muchos años critica la intromisión del Ejecutivo en las demás
instituciones y su apego incondicional a los dicterios de Hugo Chávez,
primero, y de su sucesor Maduro, después. A esa opinión se han sumado
también el modo como Unasur ha convocado la cita, que también ha contado
con la presencia de los cancilleres de Brasil, Mauro Vieira, de
Colombia, María Ángela Holguín, y Ecuador, Ricardo Patiño. La organización ha seleccionado a dedo a los participantes de la cita
dejando por fuera, por ejemplo, al secretario general de la coalición
Mesa de la Unidad, Jesús Torrealba, quien es el principal vocero ante el
Ejecutivo y la comunidad internacional, o a la exdiputada María Corina
Machado. “No puede ser mediador quien respalda a uno de los bandos”, ha
dicho Torrealba en declaraciones a la prensa. Y más tarde, una vez que
finalizó la conversación, que ha durado poco más de dos horas, ha
escrito en Twitter: “Samper llegó a Venezuela con un discurso
parcializado y una convocatoria excluyente. Así no se promueve el
diálogo, se confronta. Vino a apoyar le leyenda madurista de golpes de
estado imaginarios y guerras económicas ficticias. Está haciendo las
relaciones públicas del Gobierno”.
Fue el fin de una jornada que pretendió legitimar al Gobierno de Nicolás Maduro
y fustigar a sus contrarios casados con una estrategia distinta de la
de solo participar en elecciones. Samper no ha hecho nada por
presentarse como un mediador imparcial. “Estamos aquí por invitación del
presidente Maduro. Hemos recibido informaciones que registramos con
preocupación y frente a esta evidencia queremos declarar de manera
enfática que todos los estados de Unasur, sin excepción, rechazarán
cualquier intento de desestabilización democrática de orden interno o
externo que se presente en Venezuela”. El secretario ha anunciado que
sus afiliados ayudarían al gobierno a producir y distribuir alimentos en
el país, como una forma de ayudarlo a superar la crítica situación de
escasez y desabastecimiento que acogota al país desde hace dos años.
La oposición ha puesto cuatro condiciones para dialogar con el
Gobierno. La principal es la liberación de 103 personas consideradas
como presos políticos, entre los que se encuentran el regidor Ledezma y
el coordinador nacional de la organización Voluntad Popular, Leopoldo López, encarcelado desde febrero de 2014.
Han exigido a los cancilleres que visite la cárcel de Ramo Verde, donde
ambos se encuentran alojados, y un sótano de la sede del Servicio
Bolivariano de Inteligencia conocido como “La Tumba”, donde estarían
detenidos los jóvenes Lorent Gómez Saleh y Gerardo Carrero de acuerdo
con denuncias de sus familiares, para constatar las violaciones a los
derechos humanos. En la voz de Samper jamás se escuchó esa expresión.
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