Sunday, November 22, 2015

Baile de vampiros

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Américo Martín



Si pretendían desquiciar a los dirigentes de la MUD se desquiciaron ellos, los provocadores. Quizá sea esa la mejor explicación del ingrávido baile de vampiros que protagonizan


Axel Capriles y Roberto de Vries podrían ayudarnos a entender la dinámica de los mecanismos emocionales que guían la exacerbada imaginación de Maduro, Cabello y sus respectivos entornos. No hay por dónde tomar sus recientes y recrecidas amenazas, reflejo manifiesto de sus miedos que, a falta de votos, quisieran proyectar a la oposición, con el fin de torpedear la holgada victoria que muchos esperan y vislumbran en el horizonte de la MUD. 

Maduro acusa a Lorenzo Mendoza de comprar los medios de comunicación saturado -como según él estaríade proyectos criminales. 

Asombrados, quienes le oyen pueden reír o indignarse, habida cuenta que, como saben hasta las piedras, es su Gobierno el que hace lo que reprocha a Mendoza. Su mordaza mediática ha sido condenada en todo el mundo. Periodistas y empleadores de la comunicación han sido víctimas sistemáticas del odio oficialista contra la libertad de expresión, que por cierto no guarda las formas ni transcurre en silencio, sino a bandera batiente alrededor de la "hegemonía mediática". 

Semejante hegemonía corresponde a la revolución por derecho divino, según el duro Tarek El Aissami. 

A medida que las provocaciones del oficialismo rebotan contra la realidad o contra la imperturbabilidad de la oposición, más se agita la cúpula del poder en la red. En lugar de dialogar o suavizar su retórica si es que quiere convencer a la miríada de autoridades que presenciarán nuestras ya célebres parlamentarias, pierde la calma y se desliza hacia un caótico y vulgar cúmulo de insultos, rociándolos de mentiras infantiles, como la mencionada antes. 

La carta dirigida a Tibisay Lucena por el secretario general de la OEA, refleja una enorme preocupación internacional, ya no solo por el burdo, el reiterado "ventajismo" oficialista, sino sobre todo por sus grotescas violaciones a los derechos humanos. Si pretendían desquiciar a los dirigentes de la MUD se desquiciaron ellos, los provocadores. Quizá sea esa la mejor explicación del ingrávido baile de vampiros que protagonizan. Como se sabe, la imagen de tales malignos no se refleja en el espejo, no es transparente, como tampoco lo son los habituales manejos electorales y políticos que determinan para peor la gestión de los sedicentes mandamases revolucionarios. 

Después del tira y encoge alrededor de la "observación" foránea, la negociación dentro de UNASUR culminó en la escogencia de una delegación algo más o aceptable, y por ende menos alejada de la verdad, lo que sería suficiente para salvar lo esencial de la voluntad popular, tal como declaró Chúo Torrealba en nombre de la MUD. Las últimas encuestas muestran que ¡crece, crece la audiencia! conforme al verso rotundo del poeta colombiano Jorge Zalamea en "El sueño de las escalinatas" Más siniestro es el miasma de la narco-corrupción aproximándose ­dicenal ápice del poder. 

Maduro asegura que saldrá a la calle, garrote empuñado. ¡Cuídense los que no crean que habla en serio! O en "sirio" por lo que, con los antecedentes de su Gobierno, es él quien debe cuidarse. Nuestro sudoroso personaje mandará con "el pueblo" y una Junta Militar. ¿Cuál pueblo? ¿El que lo derrotará el 6D? Pueblo- militares. 

¿No hablaba así el bucanero Ceresole? ¿El que mandaron al diablo con la suela del zapato silueteada en las nalgas. 

Para mover solidaridades sufraguemos sin miedo, sin dispersar la voluntad soberana. 

Votar por la MUD, cimera en todos los sondeos, y defender el dictamen electoral. 

Parará la música y los vampiros irán a pescar a otras aguas.

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