Los ejércitos marchan sobre sus estómagos, decía Napoleón, aludiendo a que tropa mal alimentada no gana batallas. Lo comprobó cuando decidió adentrarse en Rusia y se encontró con el verdadero invierno donde la ausencia de comida pudo más que balas y bayonetas. La campaña se inició en junio de 1812 con un total de 610.000 hombre cuya ración diaria era de 750 gramos de pan, 550 gramos de bizcocho, 250 gramos de carne, 30 gramos de arroz, un litro de vino por cada 4 hombres y un litro de vinagre por cada 20. Al final quedaron solo 28.000 hombres que terminaron alimentándose de los cadáveres de sus compañeros muertos a causa del frío.
En 1810, Venezuela tenía un millón de habitantes y 4.6 millones de cabezas de ganado, es decir, habían más vacas que gente. Al terminar la guerra, en 1823, quedaban solo 250 mil. Fueron esas reses las que alimentaron esos ejércitos y lo que vino después fue hambre pura simple, como dice Germán Carrera Damas.
Seguir leyendo,
EN:
No comments:
Post a Comment