Para topar con clamorosas disonancias en el panorama de las manifestaciones culturales de Hispanoamérica, detengámonos en unas palabras de Sor Juana. Cuando quiere explicar su vocación de poeta, dice antes de que termine el siglo XVII en la Nueva España:
Desde que me rayó la primera luz de la razón, fue tan vehemente y poderosa la inclinación a las letras, que ni ajenas reprensiones —que he tenido muchas— ni propios reflejos —que he hecho no pocos—, han bastado a que deje de seguir este natural impulso que Dios puso en mí.
.Estamos ante la afirmación de una personalidad capaz de sobreponerse a las presiones de la época, aún las más altas y respetables, pero no solo ante una conducta individual: ¿no es la famosa jerónima una exponente de la altivez y la autonomía que ya caracterizan a los miembros de su clase en el virreinato?....
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