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Saludos,
Edición elaborada por el Consejo Editorial de Laceiba.
En busca de justicia
La brutalidad aplicada por Maduro contra los detenidos en las protestas contra su fraude electoral es directamente proporcional al tamaño de la paliza que recibió. Maduro insiste con su venganza contra el pueblo que lo echó, incrementando la larga lista de razones por las que es investigado en la Corte Penal Internacional y el por qué se justifica que el proceso avance lo más pronto posible.
Por eso es predecible su reacción de rechazo ante la aprobación de un nuevo mandato de dos años para la Misión de Determinación de los Hechos de la ONU, que viene investigando exhaustivamente los crímenes de lesa humanidad y delitos aberrantes cometidos por Maduro y su banda, atentando contra los derechos humanos de los venezolanos.
La camarilla no quiere que nadie documente ni denuncie lo que sucede, desean actuar a sus anchas y con total impunidad.
Pero los organismos internacionales deben seguir trabajando para intentar alcanzar la justicia y reparar a las víctimas. Nadie espera nada de la justicia venezolana, y mucho menos de figuras como el Fiscal o el Defensor, militantes del Psuv y subalternos de Maduro.
Aunque anuncian, desde la Asamblea chavista, un fulano comité de postulaciones para la renovación de esos cargos y del contralor, Maduro podría ahorrarse la engañifa y anunciar de una vez a sus designados o ratificar a los actuales, que le sirven bien a él, a más nadie.
Son igualitos a Amoroso, apenas un rostro distinto. Ninguno de ellos ofrecerá la justicia que las víctimas y sus familiares reclaman y merecen. Ninguno dirá la verdad del 28-J.
Solo habrá justicia cuando hayamos recuperado la democracia.
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