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Edición elaborada por el Consejo Editorial de Laceiba.
Nadie quebró lanzas
Mientras María Corina y Edmundo celebraban complacidos el premio Sájarov que les otorgó el Parlamento Europeo, un amargado Maduro ordenaba a su sigüí en la cancillería que le redactara un atribulado comunicado en el que, palabras más, palabras menos, se admite el estruendoso fracaso de Maduro en su paso por la cumbre del Brics, responsabilizando del asunto al gobierno del camarada Lula.
Solo hay que leer el texto del torpe comunicado para certificar, de primera mano, el guayabo que le significó a Maduro el portazo de Lula. Ahora llueven las descalificaciones del régimen sobre el brasileño, confirmando que aquél insulto de Tarek William Saab contra Lula no fue algo espontáneo, sino la primera de muchas piedras que le lanzarán desde Miraflores.
En realidad, si bien Putin y Xi respaldaban el ingreso de Maduro en el club, bajo el nuevo formato de país socio (sin derecho a voto, una categoría en la que sí aceptaron a Bolivia y Cuba), tampoco es que rompieron lanzas a su favor. La verdad es que no hubo ningún forcejeo entre los miembros principales del grupo sobre el tema. Nadie se tiró al piso por Maduro.
Tengan ustedes la certeza de que eso no hubiese ocurrido, si Venezuela preservara hoy el importante peso geopolítico que llegó a tener en otros tiempos. A Maduro “se lo echaron” en el Brics porque, sencillito, su ausencia no tiene ningún impacto en la evolución del grupo. Que no esté, no altera sus planes. Tremendo bofetón para el ego del dictador.
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