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Edición elaborada por el Consejo Editorial de Laceiba.
Democracia sí, tiranía no
Contundente e indiscutible la victoria alcanzada por Donald Trump. No se produjo el empate que anunciaban las encuestas y tampoco un forcejeo infinito. Todo se aclaró el mismo martes, para el bien de la democracia. Además de la presidencia, Trump conquistó el voto popular, el Senado y está a punto de ratificarse el control republicano en la Cámara de Representantes.
Empoderado y con tan abrumador respaldo, la responsabilidad que tiene el presidente recién electo sobre sus hombros es de alta consideración. Sus electores tienen muchas expectativas, que pronto deberá comenzar a despejar. Tan elevado es el tamaño de su victoria, como lo es el compromiso suscrito con los votantes que se pronunciaron a favor de un cambio.
Por su parte, Kamala Harris estuvo muy bien al llamar a Trump para reconocerle como presidente electo y ofrecer el discurso de aceptación de la derrota. Harris aseguró que aceptar la derrota es lo que se hace cuando se pierde una elección en democracia. No hacerlo, dijo, sería una tiranía.
Es inevitable no pensar en Venezuela y en lo que debió ocurrir el 28-J, ante la descomunal victoria de Edmundo González Urrutia.
Lamentablemente, lo que ocurrió fue otra cosa. La tiranía así lo dispuso.
Y hablando de tiranía, el martes esto dijimos… y ya vemos los titulares de hoy.
“Nos da la impresión de que Maduro está pidiéndole cacao anticipado al próximo presidente o presidenta de los Estados Unidos. Habla de entenderse, de dialogar, de hablar con quien gane en las urnas electorales el día de hoy”.
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