Thursday, August 8, 2013

Nuestro amigo Tesalio Cadenas Berthier en cuatro movimientos

Nota del Blog: Nuestro gran amigo y compadre, Tesalio Cadenas Berthier, falleció en Caracas el pasado 4 de julio, luego de una penosa enfermedad que lo mantuvo postrado en los últimos días. Lamentamos no haber podido acompañarlo en sus últimos momentos y en sus exequias. Paz a sus restos y de nuevo, nuestro más sentido pésame a sus hermanos, hijas y demás familiares. A contnuación publico el sentido artículo de Ramón Peña que recogen una semblanza de Tesalio.


Nuestro amigo Tesalio en cuatro movimientos                                                             
Ramón Peña

Scherzo (presto)

Porte de espadachín francés, de cuidado bigote cual mosquetero del Rey, menudo y ágil, reverente y gracioso, de sonrisa espontánea y saludo cordial, cultivado, de elegancia europea, de espontáneo ancestro Berthier. Gregario por instinto, conversador por vocación, su hilada voz era un lujo en nuestras tertulias. Su memoria prodigiosa siempre presta a eslabonar nuestras descarriladas chácharas de cine, música, literatura o política. Con su presencia hacía de las partidas de tenis un divertido y comentado encuentro. Siempre solidario con sus amigos, presente en sus trances difíciles, en sus momentos tristes; proveedor de soluciones, de un abrazo a tiempo, acertado en sus palabras de aliento.   

Allegro (maestoso, trionfale)

Reunía atributos que dieron a su existencia el colorido de aventuras, desventuras, placer,  triunfos, así como también algunos desencuentros. Su serena picardía, verbo suave, estilo galante, discurrir pausado de cautivador ilustrado, fueron los dones naturales que agitaron el ardor de numerosas damas en todos los tiempos de su vida. Cobró fama, tenía algo de un magnetismo natural que le abría la senda para los más disímiles destinos: alguna vez, el de la entrega total; otra, el que sumaba a la pasión la formalidad de una relación duradera; muchas veces para inicios sin tiempo definido; se comentaban fortuitas aventuras, anécdotas que rozaban la fantasía. Y así, de voz en voz, de barra en barra, se fue enhebrando la leyenda de sus conquistas. Pero dos fueron sus amores excepcionales: Natalia y María Isabel.

Adagio (assai)

Melómano por naturaleza, pero por encima de todo, cultor apasionado de Beethoven. Silbaba con orgullo los primeros compases que definen los movimientos de sus sinfonías. Coleccionista de innumerables versiones orquestales, opinaba del genio de Bonn con pasión. Cual albacea de su legado, velaba celosamente por la calidad de las interpretaciones. Hacía sentir su juicio crítico. Hablaba con reverencia de aquellos a quienes consideraba sus más fieles intérpretes. Furtwängler, Böhm, Munch, Celibidache, Zolti, Karajan, eran algunos de sus héroes. Por el contrario, reprobaba con acritud a los directores que juzgaba improvisados, jactanciosos o desprovistos del exigido carácter. 

Finale  (Poco Andante, misterioso)

Bajo una sombra inescrutable comenzó su lento crepúsculo. De curioso abandono consciente o de desafío de quien se consideraba invencible. Un mal, que por su inexplicable tratamiento, comenzó a tejer un nuevo mito a su alrededor: ¿Se creía invulnerable u ocultaba la debilidad para ostentar fortaleza en otras batallas que le tocó librar en esta última etapa? No sabemos. ¿Se escondió en sí mismo del morbo que reptaba lentamente en su interior a la espera del auxilio providencial…? Quizás. Como buen creyente, posiblemente confiaba en el auxilio de la Milagrosa de la Rue de Bac, por él tan  venerada. Santa y también mujer. Su físico se fue apagando en lenta coda, pero dejó vivo el recuerdo de éste, nuestro querido amigo y el espacio para la perdurable memoria de una leyenda llamada Tesalio Cadenas Berthier.

 

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