Saturday, March 7, 2015

Francisco Faraco: Los importadores venezolanos se endeudaron de manera irresponsable o ingenua (Y II)

En: http://konzapata.com/2015/03/francisco-faraco-los-importadores-venezolanos-se-endeudaron-de-manera-irresponsable-o-ingenua-y-ii/

El economista lo dice: Se endeudaron y ahora el Gobierno no les puede cumplir. La deuda no se va a reconocer porque no hay con qué. Señala que el país sufre riesgo de gangrena, más no de muerte. Una infección que puede invadir nuevas partes del cuerpo si no se hace un cambio. Para el economista ya no valen nuevas medidas antibióticas, sino un cambio radical para prevenir una superinflación y una crisis bancaria.



36Por Alicia Hernández @por_puesto.-

Francisco Faraco examina las medidas que debería tomar el “siguiente médico” que se encargue de Venezuela para poner al país en rumbo. Prevé que los años venideros pueden ser de un sufrimiento económico mayor que el actual. 
-Volviendo a la economía, ¿es posible más fondos esparcidos por el mundo como el de HSBC?
-Creo que en su día los hubo, pero ya no. Se llevaron todo. Nadie va a someterse a la carcoma política que vivimos ahora, eso de pelear por un rollo de papel higiénico, teniendo real en el banco. Ese dinero estará en la cuenta de privados, se dilapidó, pero ya no lo tienen.
-Pero que no haya productos, ¿es una culpa compartida entre gobierno y empresarios?
-No, es íntegramente culpa del Gobierno. En un sistema de control de cambios como el que hay en Venezuela, es así. Si yo soy productor, el Gobierno sabe lo que he pedido de dólares, cuándo, cuánto he tenido que producir con eso, cuándo moví los camiones… Tienen el control de todo. También hay muchas empresas que no producen al 100% porque les falta x materia prima. Lo más evidente es el problema de salud. El médico está educado para salvar vidas, no para terminarlas. Eso era el doctor Mengele. Pero vas a las clínicas y no hay medicamentos, cómo tomar una radiografía… Eso no es culpa del médico, sino del Gobierno. Si yo soy el que maneja hasta el último centavo de mi casa, y en mi casa faltan una serie de cosas, no puedo decir que es culpa de la señora de servicio o el condominio. Yo soy el responsable. El Gobierno tiene que asumir la responsabilidad, pero es más fácil no hacerlo.
-¿Está dolarizada la economía venezolana?
-En productos duros sí. Por ejemplo, ocurre con los billetes de avión. Hay que comprarlos con tarjeta de crédito de fuera. Los vehículos también, algunos repuestos, las cosas electrónicas, computadoras, teléfonos… Si uno entra en Mercadolibre, que es donde se consiguen cosas, se encuentra un módem por 30 ó 40 dólares.
-¿No sería más fácil sincerar la economía y dolarizar?
-Esto es como cuando dejas avanzar una infección y tienes septicemia. ¿Qué puedes hacer? Cuando tienes un dólar a 6,30 y otro a 235 (cifra en la que estaba el paralelo en el momento de la entrevista), tienes una septicemia. ¿Qué vas a hacer con el paciente? ¿Unificas el cambio? El salto de costos y precios es brutal. ¿Vas a incentivar la oferta? ¿Quién invierte en Venezuela en estas condiciones? Si tu no cambias la política económica, el objetivo estratégico, que es el socialismo, no vas a conseguir que la gente invierta.
-¿Está en default la economía venezolana?
-En el mercado financiero, no. Hablan del default comercial, un default técnico. Pensar que la República, que es garante de las obligaciones de los privados con sus suplidores, no es verdad. Los importadores venezolanos se endeudaron de manera irresponsable o ingenua, en la creencia de que el Gobierno iba a cumplir. La deuda que hay, los pasivos externos, por dividendos… Eso no se va a reconocer nunca, porque no hay con qué. No hay ni stock de divisas ni un flujo suficiente de ellas. Si se hiciera eso, tendríamos por delante unos cuantos años de hambre.
-¿Se espera eso?
-No, no lo van a hacer. El país se levantaría. No es posible.
-¿Estima una cifra de inflación actual?
-Yo lo mido por el café, que es lo que consumo diariamente. Ha subido un 150%. Pero hay una total opacidad con las cifras. De todos modos, las cifras del Banco Central toman los precios regulados, no lo que estamos pagando. Es lo mismo que ocurre en todos los países donde el Gobierno toma las cifras como un instrumento de propaganda y no de control económico.
-Dice que el enfermo Venezuela está en una septicemia, ¿qué se hace con ese paciente?
-Hay que cambiar de médico y de clínica.
-¿Y si no se puede?
-Los países no se mueren. Seguirá decayendo Venezuela. La infección seguirá avanzando y tomará nuevas áreas del cuerpo. El país se gangrenará.
-¿No es posible que algunas medidas si se toman ahora sanen algo? Hablo por ejemplo, del aumento de la gasolina.
-No en un sitio donde el objetivo es el control permanente de las cosas. Un litro de gasolina cuesta medio centavo de dólar. ¿Va a subirlo a 8 centavos de dólar? Se va armar una sampablera y no pasa nada con la gasolina. Este es un país que se mueve con gasolina. Habría que hacer una gran cantidad de cambios para generar un impacto. No es posible en un momento como éste generar impacto para atraer inversión. Ni siquiera los chinos están interesados en Venezuela.
-¿Ni siquiera un aumento de los impuestos directos podría ayudar a tener liquidez?
-Para reducir problemas fiscales y el financiamiento monetario del déficit, tendría que ser tan brutal la subida, que ahogaría el salario de los venezolanos. Cuando llegan las enfermedades a esas profundidades, lo único que queda es la cirugía.
-¿Puede haber un corralito, como pasó en Argentina?
-Imposible. Había convertibilidad uno a uno. Aquí estamos en un régimen de inconvertibilidad.
-¿Podría venir otra crisis bancaria y financiera como la del 94?
-No creo. No están dadas las condiciones, pero estamos cuajando un problema bancario. Podría derivar en tomas de control por parte del Estado.
-¿En qué influye eso al cliente?
-En tener servicios cada vez menos actualizados. Pero en una economía cerrada como es la venezolana, el problema bancario no es un tema de gran impacto como fue en el 94, con una economía abierta.
-¿Y una superinflación?
-Eso sí. Y un riesgo con el SIMADI, el riesgo bancario. Antes liquidabas divisas a 50 bolívares, ahora a 175. Cada mil dólares son 175 mil bolívares que se van del banco. Esto comienza a pegar en el tema de la liquidez del banco. La tendencia es a comprometerse seriamente. El problema con la superinflación no es el número, es la frecuencia con la que se cambian los precios. A medida que la frecuencia aumenta, el problema es mayor.
-¿Puede pasar eso como montarse en una camionetica y al final del trayecto sea otro el precio de costo?
No creo que sea tanto así como ocurrió en Argentina y Bolivia, pero sí que estamos llegando a una frecuencia de cambio de precios muy elevada. Impropio de un país que tiene el flujo de dinero del petróleo que hay.
-¿Con qué frecuencia está pasando ese cambio?
-Era normal que se cambiaran los precios dos veces al año. Luego comenzó a cambiarse una vez al mes. Hoy día están cambiando dos veces a la semana. Se nota por ejemplo en el queso. En todos los sitios los distribuidores son redes públicas: Mercal, Pdval, etc. La gente se abastece ahí. El subsidio es grande. El precio se incrementa en la reventa. La gente hace cola y compra para revender y ahí es donde lo venden al doble. Mientras el gobierno mantenga una tasa a 6,30, se mantendrá ese precio más bien bajo. En la medida en la que la escasez agudiza, el revendedor vende a mayor precio. Pero es complicado medirlo, porque es un mercado subterráneo.
-¿Ese subsidio a 6,30 ha sido una medida positiva?
-Ha hecho que esto no sea peor. Es una medida positiva para quienes se abastecen en Mercal y Pdval, pero no es sostenible. Lo que hace es vaciar de reservas al Gobierno y generar enormes negociados de algunos personajes, como el del señor Rafael Olivo, que compró 12 mil toneladas de aceite de oliva en España y las vendió al triple de precio. Pero además, con este subsidio, no hay mercado competitivo, no se puede. Mercado con control de precios y con aduana cerrada es de quien maneje los controles.
-Pongamos un escenario imaginario: se cambia de clínica y de médico. ¿Qué deberían hacer para mejorar al paciente Venezuela?
-En primer lugar, diseñar una nueva política petrolera que nos permita asociaciones rápidas con las grandes compañías petroleras del mundo que tengan tecnología, músculo financiero, mercado y gerencia. Venezuela es petróleo y no es más nada. En segundo lugar, habría que diseñar una política comercial en la cual los productores internos se sientan estimulados a invertir. En tercer lugar, deberíamos llevar una política de seguridad en todo el sentido, con derecho de propiedad, derecho de vida, libertades públicas, que realmente sea sostenible. Que el ciudadano tenga dónde ir y reclamar. Luego tendríamos que tener una política fiscal seria.
-Así, ¿en cuánto se recupera el enfermo?
-Eso toma mucho tiempo. El daño que se ha hecho es muy alto, muy elevado. Por lo menos se necesitan tres o cuatro años de camino duro para que esto se vuelva a parar.
-¿Más duro que ahora?
-Mucho más. Lo que pasa es que esto es una dureza inútil. Esa sería útil. No es lo mismo estar en una cama con morfina en el brazo, muriéndote, esperando ese horizonte, a que te den una cama clínica con los medicamentos adecuados. Igual estás en la cama y sufriendo, puyado por todos lados, pero con la perspectiva de recuperarte.

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