En: http://www.lapatilla.com/site/2015/03/08/moises-naim-tres-sorpresas-del-petroleo-barato/
Moisés Naím
La súbita e inesperada caída de los precios del petróleo a más de la
mitad desde el verano pasado ha sacudido al mundo. Algunos de los
impactos han sido inmediatos y visibles; otros no.
En los países que dependen de las exportaciones de petróleo para
mantener a flote su economía, la población sufre duros recortes en los
presupuestos gubernamentales, la devaluación de su moneda y, en general,
una situación económica difícil. Venezuela, Irán, Nigeria y Rusia son
de los más afectados. En conjunto, los países exportadores de energía
han dejado de percibir 2.000 billones de dólares en ingresos por año. En
cambio, los consumidores de petróleo se han beneficiado
significativamente: para cada estadounidense, por ejemplo, la caída de
los precios ha significado un ahorro equivalente a un aumento salarial
del 4,5%. La inflación mundial media también ha disminuido, la
agricultura se ha beneficiado y muchas economías se han visto
estimuladas por los más bajos precios de la energía.
Ahora comienzan a aflorar los sorprendentes efectos indirectos del
petróleo barato. Son muchos, y cada vez aparecen más, pero hay tres muy
interesantes: primero, el estímulo a eliminar o reducir subsidios que
son muy inequitativos; segundo, el impacto sobre los mercados
financieros mundiales, y tercero, la presión sobre los productores de
energías renovables (solar, eólica, etcétera) para que bajen sus costos y
puedan competir más exitosamente contra el carbón, el gas y el
petróleo.
1) Los subsidios: Muchos Gobiernos mantienen los precios del
combustible y la electricidad artificialmente bajos y compensan las
pérdidas de los productores con subsidios que salen del erario nacional.
Esto cuesta 540.000 millones de dólares al año. Estudios del Banco
Mundial prueban que esta política exacerba la desigualdad, ya que este
gasto público beneficia más a los que más ganan. En Oriente Próximo, por
ejemplo, entre el 60% y el 80% de estos subsidios benefician al 20% más
rico de la población, mientras que a los más pobres solo llega el 10%
de los subsidios energéticos. Lo ideal es eliminar estos inequitativos
subsidios generales y reemplazarlos por ayudas que lleguen directamente a
la población con menores ingresos. Pero los Gobiernos temen la reacción
de las clases medias y altas al aumento de lo que pagan por la gasolina
o la electricidad. Sin embargo, gracias a la caída de los precios,
ahora se están atreviendo a hacerlo. De India a Marruecos y de Malasia a
Kuwait, cada vez más Gobiernos están reduciendo los subsidios a la
energía, ya que la caída de los precios mundiales del petróleo amortigua
el impacto de esta medida.
2) El mercado financiero mundial: Cuando los precios del petróleo
están altos, los países exportadores acumulan enormes cantidades de
dinero. Muchos de ellos han creado fondos soberanos de inversión para
colocar en los mercados mundiales estos excedentes financieros,
comprando acciones y bonos. El fondo de inversión soberano de Noruega,
por ejemplo, tiene activos por 893.000 millones de dólares y es el dueño
del 1,3 % de todas las acciones y bonos en el mercado mundial. Los
demás fondos de este tipo han acumulado activos valorados en 7.000
billones de dólares. Cuando los ingresos petroleros caen, muchos de
estos países se ven obligados a utilizar esos fondos para cubrir las
brechas que hay entre sus ingresos y gastos públicos. Por ello tienen
que salir a vender ingentes cantidades de acciones, bonos y otros
valores. Esto va a generar importantes cambios en la propiedad de muchas
empresas importantes que ahora saldrán a la venta. Veremos muchas
sorpresas en este campo.
3) Sol y viento: Las energías renovables y menos contaminantes venían
compitiendo en desventaja contra el carbón y los hidrocarburos.
Simplemente es más caro usar el viento y el sol para producir energía
que usar carbón o petróleo. Y esto, por supuesto, es malo para el medio
ambiente. Recientemente, han venido bajando los costos de producción de
las energías renovables, aunque todavía siguen siendo más caras. Pero la
caída del precio del petróleo hará que, para sobrevivir, la industria
de energía solar o la eólica se vean forzadas a avanzar aún más en la
reducción de sus costos. Así, cuando vuelva a subir el precio de los
hidrocarburos —cosa que tarde o temprano sucederá— las energías
renovables y menos contaminantes tendrán costos y precios que les
permitirán competir mejor que nunca contra el carbón y el petróleo. Y
esto es una buena noticia.
Todos estos efectos dependen de cuán largo será el periodo en el cual
los precios del petróleo permanecerán relativamente bajos. Según Rex
Tillerson, el jefe de ExxonMobil, “esto durará bastante tiempo”.
Sígame en Twitter @moisesnaim
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