Wednesday, March 26, 2025

Laceiba de Ramón Muchacho el 26 de marzo

 EN: Recibido por email

Saludos,

Edición elaborada por el Consejo Editorial de Laceiba.

¡Enhorabuena por la Vinotinto, al fin una bocanada de aire fresco!


La soga

Maduro, de pronto, pronuncia el término “desaparición forzosa”. Nos imaginamos el ensayo y las repeticiones que tuvo que hacer previamente para que la lengua no se le trabara ante las cámaras.

Nombró la soga en la casa del ahorcado.

Maduro pidió a la ONU que intervenga en el caso de los venezolanos deportados por Estados Unidos a El Salvador.

¡Vaya, vaya! Se trata del mismo personaje que hace tiempo expulsó al personal de la Oficina del Alto Comisionado de DDHH de la ONU en Venezuela y el mismo, también, que insultó a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, por las denuncias que allí se levantaron sobre las torturas, los desaparecidos y la persecución a la oposición venezolana tras el fraude del 28 de julio.

El descaro en pasta.


Luz afuera, oscuridad en casa

Son miles los secuestrados en las mazmorras de Maduro y, en muchos casos, sus madres aún no conocen el lugar de reclusión y tampoco saben de su estado de salud, además de estar aislados y sin derecho a la defensa privada.

Desde el 7 de enero nada se sabe del ex candidato Enrique Márquez. Tampoco se tiene información del periodista Rory Branker.

El exconcejal Luis Somaza fue apresado y su pareja fue recientemente amenazada por reclamar el debido proceso en su caso. Otro activista, Jesús Armas, fue secuestrado en diciembre por hombre encapuchados y el silencio es la respuesta oficial ante las gestiones de sus familiares.

Rocío San Miguel tampoco ha tenido un proceso justo: sin acceso a abogados de confianza y sin la atención médica que requiere.

Podemos seguir nombrándolos, son cientos, miles de detenidos en condiciones deplorables en Venezuela.

Por supuesto que hay que pedir, exigir el respeto a los derechos de todos los migrantes venezolanos, velar por su integridad física y por el pleno acceso a las garantías jurídicas y el debido proceso.

Pero calarnos que sea Maduro el vocero del reclamo, mira no, eso es mucho con demasiado.

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