Monday, October 7, 2013

Motocicletas

En: http://www.eluniversal.com/opinion/131007/motocicletas

LUIS GERARDO GABALDÓN| EL UNIVERSAL
lunes 7 de octubre de 2013 12:00 AM
No es la imagen de Marianne cerrando su cuerpo bajo la cremallera y el cuero antes de montar, o la glamorosa Yelena en las avenidas barquisimetanas lo que asocio hoy a las mujeres en motocicletas. Según una encuesta de victimización en el Táchira para 2012, ellas las utilizan proporcionalmente más que los hombres para la comisión delictiva.

Informes recientes de la emergencia hospitalaria de Mérida indican que hasta el 60% de los requerimientos de atención inmediata provienen de accidentes viales con motorizados y ello donde hay muchos menos que en la capital u otras ciudades. Motos de diversos portes y conductores basculando entre automóviles en las autopistas y vías urbanas. Mientras más modestas, más atrevidas las maniobras que imitan serpientes erguidas para atacar, nunca en un canal definido, invariablemente sobre la raya segmentada, manoteando, cuando no golpeando a los vehículos que no se arriman.

En la avenida La Salle observé a uno de dichos conductores rebasar por la acera la cola, mientras una flamante pareja de policías nacionales, quienes deberían dar la pauta conforme al numeral 4 del art. 5 de la ley, lo imitaba con desenfado. Ni hablar de cruces peatonales donde se debe rogar o arriesgarse a cruzar frente a los impertinentes motorizados, quienes consideran acto de concesión soberana no lanzar su proyección fálica, mientras policías y vigilantes esquivan con ademanes ridículos el paso del enjambre.

Embozados en desfiles recuerdan más Hotel Ruanda que Se solicita motorizado de buena presencia. Alguien insospechable de tendencioso en su comentario me manifestó haberse sentido aterrado ante la brigada motorizada que acompañaba el cortejo fúnebre del desaparecido Presidente. Pretenden ser exonerados de multas por infracciones viales y, según algunos, hasta contar con una misión que los atienda. El bajo costo ha facilitado la proliferación, pero en el desorden influyen múltiples variables. Algo debe hacerse.

Que los motorizados se han vuelto sospechosos es indudable. Lo muestran las paradas, por cierto decrecientes, a que son sometidos por Patria Segura. ¿Acaso basta esto? Se trata de un efecto simbólico de presencia, pues contar con licencia y moto propia no garantiza buen comportamiento y prevención delictiva. Se requiere, antes que nada, redefinir con civilidad el espacio de este vehículo en las vías y someterlo a las reglas de la circulación. Ahora que la seguridad vial es materia de estudios y propuestas dentro de la Misión a Toda Vida, esta cuestión ya no puede ser diferida. Andar en dos ruedas no confiere más derechos que andar en cuatro. Que ministros y altos funcionarios aborden motocicletas para llegar puntuales a sus citas no debería generar un ejemplo de mal comportamiento. Que la policía misma incumpla las reglas de circulación vial debería ser inconcebible. Como suele suceder en Venezuela, en esta materia lo que se requiere es supervisión y control dentro de las normas vigentes, antes que unas nuevas que no se cumplirán mejor solo por serlo.

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