Wednesday, September 3, 2014

El Bolivar que Chávez no leyó

En: Recibido por email

Daniel Romero Pernalete

Hoy, como nunca, se habla de Bolívar. Es elemento clave en la
retórica presidencial... No hay discurso, de calle o de salón, que no
esté aderezado con alguna descontextualizada frase del Libertador. El
Presidente, ya por ignorancia, ya por conveniencia, omite a otro
Bolívar: el Bolívar civilista, el estadista, el simple ciudadano que
él siempre se sintió. Y cuando uno se acerca a ese Bolívar se da
cuenta de cuán lejos está de las motivaciones y ejecutorias de un
proceso que pretende arroparse con su nombre.
 Cuando uno contempla asombrado los esfuerzos del Presidente por
someter a su arbitrio a todos los poderes, no puede menos que recordar
aquella parte de su Discurso en el  Convento de Franciscanos, el 2 de
Enero de 1814, en la cual afirmaba: "Huid del país donde uno solo
ejerza todos los poderes: es un país de esclavos"... Ese mismo
pensamiento lo expresa catorce años más tarde, el 27 de Agosto de
1828, cuando se dirige a los ciudadanos de la Gran Colombia en los
siguientes términos: "¡Compadezcámonos mutuamente del pueblo que
obedece y del hombre que manda solo!". Ese es el Bolívar que Chávez no
leyó.
 Cuando uno revisa la invasión de militares, activos y retirados, en
todos los niveles de gobierno, o escucha el discurso militarista y
guerrerista del Presidente, se le viene a la memoria una lapidaria
frase que Bolívar le escribió a Madariaga el 26 de noviembre de 1816:
"El sistema militar es el de la fuerza, y la fuerza no es gobierno".
Esta idea permanece constante en el Libertador, quien trece años más
tarde, el 13 de septiembre de 1829, le escribe a O' Leary: "Es
insoportable el espíritu militar en el mando civil".
 Cuando uno escucha las amenaza de Chávez de permanecer en el poder
hasta más allá de lo legal y legítimamente admisible, le retumban en
los oídos las palabras de Bolívar en el Discurso al Congreso de
Angostura, el 15 de febrero de 1819: "Nada es tan peligroso como dejar
permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder"... Y cuatro
años más tarde, el 15 de Abril de 1823, califica ya no la situación
sino la actitud de quien se aferra al poder por todos los medios,
cuando le escribe a Santander:  "Es una manía miserable el querer
mandar a todo trance".
Cuando uno advierte los esfuerzos presidenciales por torpedear
cualquier consulta ciudadana que ponga en riesgo su permanencia en
Miraflores, piensa en el Bolívar que en carta al Dr. Castillo Lara, el
13 de septiembre de 1829, sentencia: "En los gobiernos no hay otro
partido que someterse a lo que quieran los más".
Cuando uno tiene la paciencia y el valor de escuchar las alocuciones
del Presidente, cargadas de odio, de insultos, de descalificaciones y
de inquina, piensa en el  Bolívar que le escribe a Santander, el 15 de
abril de 1823: "Los intrigantes corrompen los pueblos, desprestigiando
la autoridad", opinión que ratifica al mismo Santander, el 23 de
febrero de 1825, cuando le escribe: "En política nada vale tanto y
cuesta menos como las demostraciones de respeto y consideración".
Cuando uno observa el uso que el Presidente hace de la Fuerza Armada
para amedrentar y reprimir a todo el que se niegue a tragarse el
proceso, recuerda lo que Bolívar escribió en el proyecto de
Constitución para Bolivia, el 25 de mayo de 1826: "El destino del
ejército es guarnecer la frontera. ¡Dios nos preserve de que vuelva
sus armas contra los ciudadanos!".
 Cuando uno, en suma, recorre la historia del último quinquenio, y
suma las payasadas, los desatinos, las sandeces y las malcriadeces del
Presidente, uno se convence (y cada día más) de que, como Bolívar le
escribía a Santander el 12 de Noviembre de 1823, "Un necio no puede
ser autoridad". Ese es el Bolívar que Chávez no leyó.

No comments:

Post a Comment