Wednesday, September 3, 2014

La Centro Democracia

En: http://www.eluniversal.com/opinion/140903/la-centro-democracia

JOSÉ ANTONIO GIL YEPES |  EL UNIVERSAL
miércoles 3 de septiembre de 2014  12:00 AM

Dos escenarios de ajuste económico

Dada la imperiosa necesidad de corregir los desequilibrios de la economía, dedicamos la primera entrega de esta columna, La Centro Democracia, al ajuste económico con el fin de  perfilar dos escenarios bajo los cuales se le puede enfocar. En uno de ellos, la exclusión se profundiza; mientras que en el otro se puede ajustar la economía en beneficio de todos con medidas incluyentes, producto de un acuerdo centrodemocrático.

El escenario esperado es el de Ajuste Excluyente. Casi todos los ajustes económicos que se aplican en el mundo parten del  supuesto, por demás cuestionable, de que el problema de los desequilibrios económicos es del gobierno, por lo que hay que rescatar sus finanzas. Las típicas medidas fiscalistas son recorte del gasto público, devaluación, privatizaciones y alzas en impuestos, precios y tarifas de bienes y servicios públicos.  Para corregir la inflación se aplican medidas de reducción del déficit y de la liquidez, y para elevar las reservas se recurre al endeudamiento externo y a la devaluación.

Pero este escenario resulta excluyente porque todo programa de medidas que saque dinero de la población para financiar a su gobierno es recesivo: decrece la producción, crece el desempleo, decrecen el consumo y la inversión y, con ellos, en vez de ceder, el déficit fiscal, la inflación  y otros desequilibrios tienden a mantenerse. De aquí que crezca el malestar popular; los  gobiernos tiendan a aplicar medidas sociales compensatorias. Pero estos paliativos profundizan los problemas que el ajuste trataba de resolver; y, si no se aplican las compensaciones, crecen la protesta y la represión y, con ellas, la desestabilización del gobierno.

Sin embargo, existe otra opción y Venezuela está a tiempo para implementarla: el Escenario de Ajuste Incluyente. En este caso, se concibe que el problema económico es de la población y no del gobierno. Las prioridades de los ajustes vienen definidas por los principales problemas sufridos por la población y el supuesto es que, si se resuelven los problemas de la población, se resolverán, por añadidura, los problemas económicos y políticos del gobierno.

El primer problema que sufre la población es el desabastecimiento, acompañado por inflación y desempleo. Entonces, es necesario que quienes conducen al gobierno convoquen a las élites para producir más. Esto supone buscar alternativas concertadas a las políticas que más han reducido la inversión privada y el empleo bien remunerado: ataques mutuos entre el gobierno y el capitalismo, estatizaciones, sobrevaluación de la moneda, control de cambio, control de precios y el enfoque antiempresarial de las leyes laborales.

El segundo problema de la población es la inflación y, por ende, la caída del salario real y la desaceleración del consumo. En el escenario anterior, se trata de bajar la inflación reduciendo la liquidez. Pero, en este escenario, la inflación no se concibe como consecuencia de que haya demasiado dinero, sino muy pocos productos. En Venezuela, la relación Liquidez/PIB es muy baja, mientras que países, como Brasil y Colombia, con relaciones Liquidez/PIB mucho más altas, tienen niveles de inflación muy bajos. Para que el venezolano mejore su calidad de vida, hay que buscar el equilibrio subiendo la producción, acompañada por aumentos de liquidez.

El tercer problema es el desempleo, el cual se disminuye con la inversión privada en vez de paliarlo con subsidios o creando cargos públicos. Para que la inversión crezca y genere más empleos mejores pagados, es necesario flexibilizar las leyes laborales restrictivas. Mientras las leyes laborales eleven el costo de crear puestos de trabajo, más desempleo sufrirán los que no tienen trabajo.

En el Escenario de Ajuste Incluyente, crecen y se diversifican las fuentes fiscales y de divisas, se reducen las importaciones en relación al PIB,  se recuperan las reservas internacionales y se estabiliza el tipo de cambio al reducirse la inflación; se reducen las cargas sociales del gobierno porque la generación de empleos privados sustituye al subsidio y al empleo público supernumerario como la principal política social. En este escenario también aumentan el tipo de cambio, los precios y tarifas de los bienes y servicios públicos. El haberlos mantenido bajos perjudica a la población y a la economía porque ello significa privilegios, contrabando, corrupción, escasez y que el gobierno no pueda cumplir con sus funciones.

Muchos  preguntan cuánto tiempo se necesita para recuperar la economía venezolana. No toda la respuesta depende de lo económico; en buena parte, también depende de la confianza que puede crear un mejor clima gobierno-empresas-sindicatos. La sinergia público-privada haría que los resultados económicos mejoren muy por encima de los recursos. Para imaginarnos este efecto, podemos visualizar cómo se recupera el ánimo de los pasajeros de un avión que viene cayendo y, de repente, el piloto logra levantarle la nariz. El ánimo que ese repunte provoca no se debe a que se recupere toda la altura perdida de inmediato, sino a la tendencia. El piloto tiene la palabra.

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