Gustavo Coronel
Lunes, Diciembre 29, 2014
*** La tragedia de Venezuela incluye una oposición de utilería
Al
leer el artículo de Antonio Ledezma de hoy sobre la Constitución, uno
se da cuenta de la magnitud del problema que tenemos. Ledezma es el
miembro de la MUD más enérgico en su actitud opositora. Ha apoyado a
Maria Corina Machado y a Leopoldo López sin dobleces. Es el líder,
después de los dos mencionados, que más se acerca a la rebeldía abierta
contra el régimen. Pero todavía no llega a decir lo que hay que decir
en Venezuela. Esto es lo que dice en su artículo de hoy, ver:http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=1067380 : “Sin
una sociedad sometida al hilo constitucional no se saldrá adelante. Sin
gobernantes amarrados a los presupuestos constitucionales no se
generará el ambiente de seguridad jurídica, de estabilidad política y de
gobernabilidad que atraigan inversiones de todo género y origen para
reactivar nuestra economía y salir del caos social que hoy estamos
sufriendo”.
Todo
lo que dice Ledezma es cierto. Sin embargo, es lo que todos sabemos. El
asalto a la Constitución es el origen de todos nuestros males bajo este
régimen canallesco. Esto se ha dicho hasta la saciedad. Lo que no se ha
dicho sino por unos pocos valientes es: Que vamos a hacer sobre esto. Porque
la tesis de la MUD, la de ir a votar contra viento y marea, entra en
conflicto con los desmanes que están ocurriendo con la designación de
los directores del Consejo Nacional Electoral, del Tribunal Supremo de
Justicia y del llamado Poder Ciudadano. En efecto, se ha llevado a cabo
otro vulgar y descarado manotazo en contra de la constitución y,
todavía, la MUD se resiste a pronunciarse claramente sobre lo que van a
hacer. Solo han dicho que se oponen a las designaciones, aunque formaron
parte de las comisiones de la Asamblea Nacional que iniciaron el
pervertido proceso.
Ya
no hay campo, si es que alguna vez lo hubo, para el arreglo, el
acomodo, la negociación o el diálogo, con la pandilla de hampones que
está en el poder. Hay que rebelarse, hay que ir a la huelga general
indefinida. Hay que rescatar la dignidad del país, hoy por los suelos.
Esto no se arregla por las buenas, no importan lo que digan Ernesto
Samper, el Canciller Ecuatoriano o el Nuncio Apostólico.
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