Las medidas llegarán en 2015, más por necesidad y urgencia que por convicción. Me gustaría que este 2015 no sea nada más el fin del modelo chavista. Ojalá y sea el fin de una mala práctica que se instaló desde 1974. La mala práctica de no tener continuidad en las políticas económicas y de no tener un plan maestro convergente de la economía
Por Juan Antonio Avellaneda (Londres).-
De nuevo la historia se va a repetir en Venezuela este 2015. Una situación extrema en la economía llevará al Gobierno a tomar medidas de ajustes. Esta ha sido la triste historia de nuestro país desde 1974 cuando en mi opinión comenzó un modelo rentistas petrolero basado en controles de la economía y el aumento de un consumo irreal. Y es que en 1989 cuando se llevó a cabo el primer intento de crear una economía moderna y competitiva, se debió no a una convicción de los políticos de turno sino más bien a una necesidad, a la urgencia. Lusinchi había dejado al país sin Reservas Internacionales y una situación crítica de la economía. En 1996 sucede lo mismo, unos precios petroleros bajos, una crisis financiera y una economía estancada forzó la famosa Agenda Venezuela. El 2015 se repetirá la historia más por una necesidad de sobrevivencia política que por la convicción del Gobierno de Maduro de ejecutar un ajuste económico.
Sin embargo, esta vez la situación luce extrema. Veamos por qué:
En primer lugar, políticamente nunca antes había habido una divergencia tan grande entre lo que se debe hacer y el Gobierno de turno. Estamos hablando de un gobierno de izquierda con un discurso socialista aplicando una apertura económica.
En segundo lugar, nunca antes había existido un vacío tan grande en el tecnicismo de la economía y el petróleo. Sin entrar en discusiones vacías, un Ricardo Hausmann, un Miguel Rodriguez, un Luis Guisti, un Humberto Calderon Berti y hasta un Matos Azocar entendían lo que hacían. Hoy no hay vocero económico, y ya se rumorea que Rafael Ramírez regresa a la Vicepresidencia de Económica. Tampoco hay voces nuevas ni hay técnicos. Inclusive el mismo Chávez cuando se vio en esta situación actuó de una forma más responsable colocando a José Rojas y luego a Tobías Nóbrega, personajes que ciertamente no se comportaron éticamente en sus puestos, sin embargo entendían de Economía y Petróleo.
En tercer lugar, Venezuela ya no es la única opción petrolera. Un experto amigo con quien almorcé en Londres me comentaba que empresas como Chevron y Eni ya están llevando más inversión a Argentina, en particular al yacimiento de Vaca Muerta que a Venezuela. La razón, me comentaba: “en Argentina los dejan trabajar y manejar la procura, en Venezuela todo está en manos de PDVSA”. Argentina, Colombia, Brasil, Angola, Tailandia, México ( que comienza su apertura el año que viene) y por supuesto Estados Unidos, han entendido el negocio petrolero y han logrado aumentar su producción. Algunos ya exportan inclusive. Venezuela perdió ese tren. La producción ha bajado y las empresas trasnacionales necesitan más que la trillada frase “tenemos las mayores reservas petroleras del mundo”.
Y cuarto lugar, nunca en la historia los desajustes económicos habían sido tan grande: dos años de inflación de tres dígitos, desabastecimiento en números históricos, cuatro tipo de cambios con diferenciales inmensos, y un aparato productivo decaído.
El 2015 es el fin de un ciclo, no se sabe si económico o político-económico, y de nuevo las medidas se tomaran por necesidad. Me gustaría que este 2015 no sea nada más el fin del modelo socialista-chavista. Ojalá y sea el fin de una mala práctica que se instaló desde 1974. La mala práctica de no tener continuidad en las políticas económicas y de no tener un plan maestro convergente de la economía e insertar a Venezuela en un mundo moderno, competitivo y cambiante. Ese es mi deseo para el 2015. Feliz Navidad y Feliz 2015 Venezuela.
De nuevo la historia se va a repetir en Venezuela este 2015. Una situación extrema en la economía llevará al Gobierno a tomar medidas de ajustes. Esta ha sido la triste historia de nuestro país desde 1974 cuando en mi opinión comenzó un modelo rentistas petrolero basado en controles de la economía y el aumento de un consumo irreal. Y es que en 1989 cuando se llevó a cabo el primer intento de crear una economía moderna y competitiva, se debió no a una convicción de los políticos de turno sino más bien a una necesidad, a la urgencia. Lusinchi había dejado al país sin Reservas Internacionales y una situación crítica de la economía. En 1996 sucede lo mismo, unos precios petroleros bajos, una crisis financiera y una economía estancada forzó la famosa Agenda Venezuela. El 2015 se repetirá la historia más por una necesidad de sobrevivencia política que por la convicción del Gobierno de Maduro de ejecutar un ajuste económico.
Venezuela ya no es la única opción petrolera. Venezuela perdió ese tren. La producción ha bajado y las empresas trasnacionales necesitan más que la trillada frase “tenemos las mayores reservas petroleras del mundo”.
Sin embargo, esta vez la situación luce extrema. Veamos por qué:
En primer lugar, políticamente nunca antes había habido una divergencia tan grande entre lo que se debe hacer y el Gobierno de turno. Estamos hablando de un gobierno de izquierda con un discurso socialista aplicando una apertura económica.
En segundo lugar, nunca antes había existido un vacío tan grande en el tecnicismo de la economía y el petróleo. Sin entrar en discusiones vacías, un Ricardo Hausmann, un Miguel Rodriguez, un Luis Guisti, un Humberto Calderon Berti y hasta un Matos Azocar entendían lo que hacían. Hoy no hay vocero económico, y ya se rumorea que Rafael Ramírez regresa a la Vicepresidencia de Económica. Tampoco hay voces nuevas ni hay técnicos. Inclusive el mismo Chávez cuando se vio en esta situación actuó de una forma más responsable colocando a José Rojas y luego a Tobías Nóbrega, personajes que ciertamente no se comportaron éticamente en sus puestos, sin embargo entendían de Economía y Petróleo.
En tercer lugar, Venezuela ya no es la única opción petrolera. Un experto amigo con quien almorcé en Londres me comentaba que empresas como Chevron y Eni ya están llevando más inversión a Argentina, en particular al yacimiento de Vaca Muerta que a Venezuela. La razón, me comentaba: “en Argentina los dejan trabajar y manejar la procura, en Venezuela todo está en manos de PDVSA”. Argentina, Colombia, Brasil, Angola, Tailandia, México ( que comienza su apertura el año que viene) y por supuesto Estados Unidos, han entendido el negocio petrolero y han logrado aumentar su producción. Algunos ya exportan inclusive. Venezuela perdió ese tren. La producción ha bajado y las empresas trasnacionales necesitan más que la trillada frase “tenemos las mayores reservas petroleras del mundo”.
Y cuarto lugar, nunca en la historia los desajustes económicos habían sido tan grande: dos años de inflación de tres dígitos, desabastecimiento en números históricos, cuatro tipo de cambios con diferenciales inmensos, y un aparato productivo decaído.
El 2015 es el fin de un ciclo, no se sabe si económico o político-económico, y de nuevo las medidas se tomaran por necesidad. Me gustaría que este 2015 no sea nada más el fin del modelo socialista-chavista. Ojalá y sea el fin de una mala práctica que se instaló desde 1974. La mala práctica de no tener continuidad en las políticas económicas y de no tener un plan maestro convergente de la economía e insertar a Venezuela en un mundo moderno, competitivo y cambiante. Ese es mi deseo para el 2015. Feliz Navidad y Feliz 2015 Venezuela.
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