Marcela Máspero, coordinadora nacional de Únete asegura que la tan celebrada Ley Orgánica del Trabajo es “letra muerta”. “Sentimos que es uno de los peores momentos que está viviendo el movimiento sindical”.
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Roberto Deniz @robertodeniz.- De la euforia al desencanto. Tras apoyar durante años a la “revolución bolivariana” y respaldar las expropiaciones de empresas, el movimiento sindical hoy denuncia la persecución de un Gobierno que en el discurso se proclama “obrerista” y es conducido por un “presidente obrero”.
“Sentimos que es uno de los peores momentos que está viviendo el movimiento sindical”, afirmó Marcela Máspero, coordinadora nacional de la Unión Nacional de Trabajadores (Únete) en un foro del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social.
La dirigente aseveró que existe una “política del alto Gobierno para acabar con el movimiento sindical” y que desde el Estado se ejecutan medidas contrarias a los derechos de los trabajadores.
“Con un discurso obrerista se ha venido arrebatando la progresividad de los derechos (…) En materia de derechos laborales sentimos que se ha agudizado la ofensiva de cuatro años para acá”.
Recordó que los obreros apoyaron la política de expropiaciones aplicada por Hugo Chávez, pero en muchas de esas empresas, hoy dirigidas por militares, se persigue la actividad sindical.
“Lo que quieren es acabar con los sindicatos (…) Nos están juzgando por delitos penales, no por temas laborales (…) En el sector público hay una degradación absoluta de todo lo que tiene que ver con derechos laborales”.
Rodrigo Penso y Orlando Chirinos coincidieron con Máspero. Penso, quien es coordinador nacional del Frente Autónomo en Defensa del Empleo, el Salario y el Sindicato (Fadess), indicó que la situación es tal que en muchos casos los “conflictos sindicales se resuelven en los cuarteles”.
Por su parte, Chirinos, de la Corriente Clasista, Unitaria y Revolucionara (Ccura), denunció que “hoy si haces una huelga te anotan en la lista de los apresables” y que en algunos casos los conflictos laborales se han resuelto con una “pistola sobre la mesa”, en alusión a las reuniones en dependencias militares.
La tan celebrada Ley Orgánica del Trabajo, promulgada por Chávez en 2012, de poco ha servido. “La Ley del Trabajo hoy es letra muerta”, sentenció Máspero.
Explicó que en el caso de empleados tercerizados el Gobierno “ha despedido entre 2 mil y 3 mil trabajadores” solamente en febrero y las Inspectorías del Trabajo evitan pronunciarse “porque sería vinculante para el Estado”. Agregó que los contratos colectivos se incumplen y se suprimen unilateralmente beneficios obtenidos durante años. “Lo más grave en materia de contrataciones colectivas no es que no se discutan, sino que las que están no se cumplen”.
Máspero advirtió que la crisis económica no sólo conlleva una “pérdida de poder adquisitivo” para los trabajadores, sino que amenaza las discusiones de convenciones colectivas que deberían darse este año en el sector eléctrico, el petrolero o la Cantv.
Sobre la relación con el empresario privado, la coordinadora nacional de Únete lamentó que tampoco hay “un espacio de diálogo”. Sostuvo que “el sector privado perdió la confianza en los trabajadores” y que “también comete sus violaciones”.
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