EN: http://konzapata.com/2015/09/el-comandante-maduro-ordena-militarizar-hasta-lo-que-ya-esta-militarizado/
Por Pedro Pablo Peñaloza @pppenaloza.
El presidente Nicolás Maduro tiene la solución perfecta. Ante el fracaso de
los militares para resolver un problema, nada mejor que nombrar a más militares para que aborden el mismo
problema. Hasta la fecha, la militarización se expresaba en aquellas actividades que en una democracia corresponden
a expertos civiles. Así cayeron la producción de alimentos, la construcción de viviendas, las importaciones y
asignaciones de divisas, el sector eléctrico, la seguridad ciudadana, la salud pública, las empresas básicas y un
larguísimo etcétera. Pero ahora el chavismo ha dado un paso más allá al ordenar la militarización de una cosa que
siempre ha estado militarizada: la frontera. Decretando estados de excepción, suspendiendo garantías, imponiendo
autoridades militares y designado al frente de una misión social a un mayor general del Ejército, Maduro promete que
llevará la tranquilidad y el progreso a la zona limítrofe. Viejas prácticas para crear una “nueva frontera de paz”.
Eficiencia o nada.
El comandante Maduro ordenó la semana pasada el despliegue de tres mil militares donde hace más de un año el
capitán Cabello echó a 43. “Se están efectuando 43 cambios de compañeros en la Fuerza Armada a los niveles más
altos y seguiremos hacia abajo”, informó el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, el 30 de enero de
2014 desde el estado Zulia. Nunca identificaron a los desplazados, jamás rindieron cuentas ante el país. La remoción
no guardaba relación con ninguna irregularidad. Al contrario, se trataba de resguardar a los compañeros de armas de
las amenazas del entorno. “Es una forma de proteger al funcionario”, explicó. Luego, el vicepresidente de la Comisión
de Defensa de la AN, Néstor León Heredia (PSUVYaracuy), aplaudió la medida “para evitar la contaminación, para la
prevención del delito. Todos sabemos cómo actúan las mafias del contrabando, se maneja demasiado dinero”. Y la
carne es débil. El sacudón militar, prometió Cabello, haría llover maná del cielo. “Al bajar esos niveles de fuga de
alimentos, los problemas de las colas en los supermercados van a ir corrigiéndose. Más temprano que tarde se va a
normalizar el suministro de alimentos en los hogares venezolanos”.
Un año y 8 meses después, Maduro, al frente de un nuevo pelotón, viene por la revancha. “Se le acabó el pan de
piquito a los contrabandistas que se llevaban la comida del pueblo del Zulia, el combustible”. Preparen. Apunten.
¡Bachaqueo!
“Forman parte de la guerra”, declaró el contralmirante Andrés Gómez Rojas, comandante de la Zona Operativa de
Defensa Integral e Insular Occidental. No lo dijo en alta mar, a bordo del acorazado Potemkin, sino en el puerto de
Amuay, tras percatarse de un supuesto contrabando de combustible en el buque Negra Hipólita. Maritza Sayalero
jamás habría hecho eso. Lo difícil de esa guerra, señor contralmirante, es que todas las noches duermen con el
enemigo.
En un alarde de profundidad, el ministro Gustavo González López ha advertido: “donde existe bachaqueo y
contrabando hay corrupción”. Para evitar esa desviación, indicó que instalarán cámaras en la frontera “a fin de vigilar
a los que vigilan”. El problema estará cuando tengan que buscar quien vigile al vigilante de los que vigilan. Y así.
Aunque seguramente eso lo debe tener ya presupuestado González López, un mayor general que llegó al Ministerio
de Relaciones Interiores en reemplazo de una almiranta en jefa que antes sustituyó a otro mayor general que, a su
vez, había recibido el cargo de otro mayor general. Sin duda, la prudencia aconseja nombrar en ese puesto a un
military.
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