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Edición elaborada por el Consejo Editorial de Laceiba.
Cachorros
A juzgar por lo visto en televisión, no es verdad que a Maduro y sus secuaces les importe un bledo lo que decida Estados Unidos sobre Venezuela.
La campaña que desarrollan en redes sociales sus propagandistas para reinterpretar y matizar el anuncio de Trump (dicho en criollo, para “bajarle dos” al tema), junto a la reacción de enviarle un operativo “tun tun” a Machado, confirma que el mensaje del catire llegó.
A Maduro se le borró la sonrisa de victoria que tenía desde el 31 de enero, aquél gesto de burla y de satisfacción con el que mostraba un trofeo al mundo, pero especialmente al país democrático, al recibir una visita tan especial como la de Richard Grenell a “su” palacio.
Maduro, Cabello y otros ayer alzaron la voz, es cierto. Pero, después de un par de altisonancias, lucieron como “cachorros”, una palabra que suelen usar contra sus contrarios, aspirando a que Trump envíe nuevamente a su designado especial y lleguen a un acuerdo “win-win”.
Está visto que Maduro le aceptará a Trump cualquier cosa con tal de que no lo perturbe en su empeño de atornillarse en el poder. Cualquier cosa.
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