Gracias a su informe, la Caribbean Petroleum Company buscó capital para hacer el trabajo de campo e iniciar las primeras perforaciones. La Shell también se animó y compró 51% de las acciones de la General Asphalt, a pesar de que Venezuela tenía fama de ser una causa casi perdida de producción rentable
Por Rafael Arráiz Lucca.-
La empresa que explotaba el asfalto en Trinidad y Venezuela, la General Asphalt Company,
recibió una licencia de exploración por parte del régimen del general
Juan Vicente Gómez. Para fortuna de Venezuela, la compañía contrató a
los geólogos norteamericanos Ralph Arnold, George Macready y Thomas
Barrington, quienes estuvieron haciendo trabajos de campo entre 1911 y
1916 y, en verdad, son los factores pioneros del inicio de la industria
petrolera en Venezuela, ya que sin su estudio geológico las empresas
grandes no se habrían decidido a invertir en el país, como en efecto lo
hizo la Shell, que le abrió el camino a las otras que llegaron luego.
Estos profesionales de la geología,
comandados por Arnold, trajeron a otros 52 geólogos egresados de
Stanford, Cornell, Yale, Harvard y Columbia y entre todos levantaron los
primeros informes geológicos modernos del territorio. Con base en el
primer informe de Arnold, de 1912, la empresa subsidiaria de la General Asphalt, la Caribbean Petroleum Company,
buscó capital para continuar con el trabajo de campo e iniciar las
primeras perforaciones en los sitios señalados por Arnold y sus
compañeros. La Shell, presidida por el legendario Henry Deterding se animó con el informe Arnold y compró el 51% de las acciones de la General Asphalt en la Caribbean, tomando el control de la operación, en diciembre de 1912.
El propio Deterding confiesa años después en su libro An International Oil Man,
lo que significó el riesgo que asumió en Venezuela, a partir de 1913.
Dice: “Sin duda alguna, nuestro mayor logro hasta el presente, desde el
punto de vista geológico, sigue siendo la explotación de los campos
petroleros de Venezuela. Aunque a este país, a finales del siglo XIX, se
le reconocía como un potencial productor de petróleo y las concesiones
habían dado indicios sobre la existencia natural de hidrocarburos, no
obstante, Venezuela tenía fama de ser una causa casi perdida de
producción rentable, para el momento en que nos interesamos.”
Y más adelante se explica todavía mejor.
Afirma: “Creo haber hecho, quizás, la operación más riesgosa de mi
vida, cuando en nombre de nuestras compañías, decidí comprarle a General Asphalt Company,
de Filadelfia, una concesión a largo plazo, que nos garantizaba
territorios enormes en casi todo el país… Tengo que admitir que el
informe favorable preparado por el experto geólogo norteamericano,
doctor Ralph Arnold, me dejó impresionado por el valor potencial de esos
inmensos territorios… A pesar de estas circunstancias, hay que tomar en
cuenta que hasta ese momento no existía ningún pozo en producción en
Venezuela y antes de que tuviésemos la seguridad que estos pozos activos
existieran, nosotros mismos teníamos que invertir, obviamente, una suma
colosal de dinero. Este negocio era riesgoso, sin duda alguna. ¿Por
qué, entonces, decidí acometerlo? Simplemente, porque pensé que esta
gran oferta en Venezuela, aunque implicaba un enorme azar, estaba
justificada. Y así ocurrió.”
La aventura de Arnold y su gente está recogida en un libro que ellos mismos escribieron y publicaron en 1960, The first big oil hunt. Venezuela 1911-1916, traducido al español por Héctor Pérez Marchelli y editado por Andrés Duarte Vivas en la Fundación Editorial Trilobita, en 2008. En el texto se relata la fascinante peripecia geológica y humana de estos pioneros, autores del informe.
La secuencia fue como sigue: con el Informe Arnold la New York and Bermúdez Company (léase la Shell),
inició exploraciones en el campo de Guanoco, cerca del lago de asfalto,
y da con petróleo en el pozo Bababui-1, iniciándose entonces la
producción comercial en Venezuela el 15 de agosto de 1913. El crudo
extraído en los 16 pozos perforados del campo es muy pesado, pero esto
no desanimó a la empresa.
Por el contrario, con el Informe Arnold
en la mano, en enero de 1914 se solicitan 1.028 lotes de exploración en
un terreno de 512.000 hectáreas, dando como resultado el descubrimiento
del primer gran campo petrolero de Venezuela, el de Mene Grande (Zulia).
De allí comenzó a manar crudo el 15 de abril de 1914 a través del pozo
Zumaque I, al que le siguieron los pozos Zumba I, Zumaya I y Zumacaya I.
A partir de entonces, Venezuela se colocó en el mapa petrolero como
actor promisorio.
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