Pastor Heydra. Sin Rodeos
¿Cabe la interrogante si en la situación de hoy, en la
cual el país no solo está polarizado, en este por añadidura todas las
encuestas, a excepción de Hinterlaces, dan como ganadora a la oposición?
Es posible. El inmediatismo, el voluntarismo obnubila el
anclaje con la realidad, afecta la reflexión y se pierden las perspectivas de
lo que ocurrió en este país desde el “viernes negro” en adelante. Ese 18 de
febrero de 1983 representó el fin de la
era del dólar a 4,30 Bs. y la perdida de confiabilidad y fiabilidad del sistema
monetario. Un aldabonazo que conmovió las bases políticas y sociales del
sistema partidocrático, y le señaló a esa jerarquía partidista y económica que
hacían falta cambios de fondo que traspasaran las coordenadas “gatopardianas”, y no esas
del simple maquillaje que da la sensación de librar una de esas batallas que
buscan que todo siga como está",
a pesar de que están perturbadas las
bases de una estabilidad que se creía blindada. Las otras advertencias fueron
“el caracazo”; la defenestración de CAP, y la emergencia de Chávez en 1998.
Esto llevó al nombramiento de la COPRE en 1984 por un
decreto de Lusinchi, quien llegó a la Presidencia con un discurso renovador de
“democracia social” que desde 1973 luego de la perdida electoral de Luis
Piñerua se lanzó a la calle a sumar voluntades. Ese mensaje se enfrentó
inicialmente a los factores tradicionales de AD, pues debilitaba el poder
central y el de las cúpulas partidistas, que al final terminaron doblegándolo
con una tesis de consenso y gobernabilidad, que fue una fusión gobierno-partido
la cual constituyó un factor de descomposición, e incremento del proceso de
decadencia y corrupción generalizado (los secretarios seccionales fueron
nombrados gobernadores, y a los miembros del CEN les dieron cuotas de poder
público)
De la Copre solo lograron salvarse la reforma de la Ley
del Sufragio 1989 (Sistema circuitos nominales) y las elecciones directas de
Alcaldes y Gobernadores (1989) la cual constituyó un factor de disputas
internas, al poner en entredicho la fuerza popular de AD (perdió 9
gobernaciones de 20) que a la final llevaron a la defenestración de CAP, con
los votos de su misma fracción , en mayo de 1993.
El proceso de decadencia de la partidocracia fue de tal
magnitud que muchos partidos
desaparecieron o llegaron a niveles de supervivencia de sus jerarquías,
creándose super-estructuras como la Coordinadora Democrática y posteriormente
la MUD, que les permitió a esas organizaciones mantener una respetable fuerza
social, antes de tirarlo todo a la diáspora.
Que ha ocurrido hoy. Los intentos de reforma del estado,
incluida la reforma electoral y la creación de circuitos nominales fueron
echados por la borda, tanto por las organizaciones autodenominadas
democráticas, como por las tesis centralistas del gobierno de Chávez.
Sin embargo en este proceso la MUD y el PSUV entraron en
una elipsis electoralista, donde se dejó de lado la acumulación de fuerzas, los
diseños estratégicos, los proyectos, y se regresó al esquema de imposición de
candidatos por una cúpula que lo controla todo. Un ejercicio “democrático” muy
peculiar. MUD y PSUV impusieron todas las listas; el oficialismo fue a unas
primarias donde solo inscribieron a los suyos, y la MUD escogió en los
circuitos el 100% de militantes, 70% a dedo y 39 % en primarias.
La pregunta es ¿Eso constituyó un avance o un retroceso,
con respecto a los logros acumulados por las fuerzas que le hicieron oposición
a Chávez desde 1999? Un tema, posiblemente, inútil para el inmediatismo que hoy
prevalece, Y donde las resultantes, a pesar de las encuestas, siguen difusas,
pues no analizan el factor subjetivo que es el manejo de un poder público
omnímodo guiado directamente desde Miraflores. Un detalle que puede cambiar
coordenadas
.
pastorheydra24680@gmail.com @Pastor Heydra
Que pasa Margarita
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