MARITZA
IZAGUIRRE.
En la
estrategia de desarrollo asumida por esta administración, ante la abundancia de
recursos provenientes de la renta petrolera, no fue necesario
utilizar mayores recursos asociados a la banca multilateral, especialmente
porque la utilización de dichos recursos, obliga al seguimiento de patrones y
normas vinculados a las políticas de dichas instituciones, que pueden diferir
de las aplicadas por el país solicitante.
Entre
ellas, la presencia de un marco macroeconómico que ofrezca estabilidad, en
otras palabras, déficit fiscal bajo control, inflación moderada, política
monetaria y cambiaria, que incentive la inversión privada y el crecimiento
sostenido del aparato productivo, acatando, además las normas constitucionales
que aseguren el respeto a los derechos civiles y la libertad.
Un marco
equilibrado refleja la calidad de las políticas aplicadas y genera
confianza a los potenciales inversores, de allí que facilita
acordar con los gobiernos, un programa a ser ejecutado en un periodo
determinado. El plan puede contemplar financiamiento directo a proyectos
concretos de infraestructura, o a programas de reforma para sectores
específicos, por ejemplo la reforma del financiamiento a la educación o a la
salud, dónde se incluya no solo infraestructura sino apoyo a la
descentralización del sistemas con delegación de autoridad hacia las regiones y
gobiernos locales, entre otros.
Si las
condiciones no están dadas se complica el procesamiento de la operación
para el multilateral, ya que dicho proyecto no podría ser
considerado por la institución, al no cumplir con las normas y
procedimientos establecidos en su política. Ello obligaría a exigir
al país solicitante, la adopción de medidas que aseguren la ejecución exitosa
de la operación. O sea, se solicita a las autoridades el compromiso de asumir
cambios en su política oficial, como condición previa al procesamiento de la
operación solicitada.
De manera
que se reducen las posibilidades de intervención en aquellas áreas en
franca contradicción con las políticas oficiales de la institución
multilateral.
Sin
embargo hay ya una larga experiencia acumulada, en el diseño y formulación de
los programas de ajuste, elaborados de común acuerdo, entre los equipos
técnicos del país solicitante y los técnicos de la banca multilateral. Incluye
las medidas necesarias para corregir los graves desequilibrios, de allí
que se requiera de recursos extraordinarios para recuperar a la economía y urge
el financiamiento requerido para implantar los programas compensatorios,
destinados a amortiguar el impacto de los recortes fiscales. Es allí
dónde se requiere aplicar los recursos externos provenientes de la banca
multilateral, utilizando a su vez su conocimiento y experiencia en el
seguimiento de dichos programas, fortaleciendo en paralelo la capacidad
local para lograr un uso eficiente y eficaz del endeudamiento.
Por eso
no hay que rechazar por razones estrictamente ideológicas la participación
coordinada de las instituciones multilaterales, a objeto de negociar el
financiamiento de un programa de ajuste, el cual debe responder a la lógica
económica y al conocimiento de la sociedad dónde se aplica, de allí la
importancia de los diagnósticos y de la veracidad de los datos e
información de base que los respalden.
No hay tiempo que perder, superar
las dificultades presentes, obliga a enfrentar la realidad y esta conduce a la
adopción de un programa de ajuste, por lo tanto hay que abrirse a la
negociación multilateral, a fin de obtener el apoyo necesario para acceder a
dichos recursos, a menor costo y con el respaldo y solvencia de la banca
multilateral.
Vía
El Nacional
Que pasa Margarita
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