En apenas cinco días de protestas populares, los cuerpos represivos de Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo, asesinaron a 28 personas, la mayoría jóvenes, opuestas a la reforma del sistema de seguridad social que se vio obligado proponer el gobierno sandinista, luego de la reducción y desfalco de la generosa ayuda financiera brindaba por Nicolás Maduro a su socio centroamericano. En esta sangría fue asesinado por un francotirador del régimen el periodista Ángel Gahona, mientras cubría en vivo las protestas callejeras.
En Nicaragua se repitió el esquema utilizado en Venezuela durante las refriegas de 2017: plomo y gas del bueno. La policía y los aparatos de seguridad no actuaron para disuadir a los manifestantes y disolver las concentraciones y marchas sin víctimas fatales, sino para exterminar a los marchistas e intimidar o paralizar a quienes pretendieran incorporarse a la lucha. En Venezuela, la cifra superó las 135 víctimas en un período de cuatro meses
No comments:
Post a Comment