Cada día el gobierno (¿o desgobierno?) de Nicolás Maduro se empeña en una batalla contra la actividad privada, sea esta de altas o medianas inversiones o, como es el caso de los mercados populares, de proporciones más que modestas en relación con lo que en cualquier país se entiende como un sector de altísima prioridad porque se ocupa de producir y mercadear los alimentos que necesita la población.
El madurismo insiste en su propaganda, al estilo cubano, sobre la “guerra económica” en la que hasta ahora los sectores más pobres y la clase media en general ponen los muertos y los oficialistas se vuelven ricos y comen opíparamente. Como primer ejemplo basta con ver al reelecto dueño de la revolución y a su número dos tan rozagantes, satisfechos y algo rollizos, todo hay que decirlo sin ánimo de ofender a nadie.
Ello indica que la comida que le hace falta a los sectores populares y a la clase media sí llega, con militar puntualidad, a Miraflores y a la sede de la inefable asamblea nacional constituyente.
EN:
No comments:
Post a Comment