Wednesday, May 2, 2018

Ricardo Hausmann

Según lo cuenta una antigua parábola, hubo una vez una competencia entre dos pianistas. Después de escuchar al primero, el jurado otorgó el premio al segundo pianista. No había necesidad de escuchar más, pues ¿quién podría ser peor?
Esta misma lógica parece aplicarse a las alianzas público-privadas (PPP, según sus siglas en inglés) creadas para proporcionar infraestructura como vialidad, energía eléctrica, agua potable, aeropuertos, o el desarrollo de zonas turísticas importantes. De hecho, es esencial escuchar a los dos concursantes, y evaluar sus fortalezas y debilidades.

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