A muchas personas del cine parece fascinarles el poder y gustan codearse con quienes lo detentan. A estas también les atrae el glamour hollywoodense y suelen posar sonrientes y complacientes al lado de actores y actrices. A Chávez le vimos retratado junto a Naomi Campbell, Sean Penn y Kevin Spacey. Se les pagó por ello. Era material propagandístico. También se hizo fotografiar con Danny Glover, quien se embolsilló 18 millones de dólares para producir una película sobre Toussaint-Louverture, de la cual nunca se rodó un pie. Todos esos encuentros faranduleros fueron publicitados por el régimen y debidamente aplaudidos y vitoreados –¡clap, clap, clap, viva, bravo!– por los adulantes de su entorno, y ensalzados como positivos para la revolución bonita por el entonces teniente Cabello....
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