Monday, February 29, 2016

Prédicas de odio y muerte

EN: Recibido por email


Marcos Aguinis

La Nación Enero 28, 2016

http://www.lanacion.com.ar/1865893-predicas-de-odio-y-de-muerte

La demora de Occidente para entender la magnitud de la amenaza fundamentalista alienta el avance de los fanáticos, cuyo mensaje se propala al amparo de instituciones educativas, mezquitas y medios de comunicación
Se atribuyó a Bertolt Brecht un poema que en realidad compuso el pastor protestante Martin Niemöller: "Vinieron por los judíos,/ pero como yo no lo era, no me importó./ Vinieron por los comunistas,/ pero como yo no lo era, no me importó./ Vinieron por los curas,/ pero como yo no lo era, no me importó./ Por último vinieron por mí, y ya fue tarde".
En enero de 2011 publiqué en este diario un texto titulado "El cristianismo, objeto de persecución", en el que describí la agresión contra una iglesia copta de Alejandría que dejó varias decenas de heridos y muertos. También denuncié las incontables agresiones que se venían cometiendo contra instituciones y creyentes cristianos desde el océano Índico hasta el Atlántico.
Mientras, las Naciones Unidas, donde están representados los gobiernos que rigen países en los que gusta hacer correr la sangre de los "infieles", nada decían ni hacían. En todo el Medio Oriente disminuye de forma continua la cantidad de cristianos, mientras aumenta en Occidente la de musulmanes, muchos de ellos cargados de odio a la civilización occidental. En Arabia Saudita está prohibido construir la más modesta de las iglesias o exhibir una cruz. Tampoco se permite exhibir símbolos cristianos en la Franja de Gaza. Mediante artilugios electorales, la utoridad Palestina desplazó al intendente cristiano de Belén. En Paquistán rige la ley contra el delito de "blasfemia", un término vago que puede endilgarse por una mínima reflexión sobre el Corán. Dos jóvenes cristianos de la ciudad de Ahwali iban a ser quemados vivos por causa de semejante atrevimiento.
Los medios de comunicación comenzaron a difundir imágenes de decapitaciones y crucifixiones realizadas por el terrorismo islámico. Manifiesto mi tristeza por el largo tiempo que les llevó animarse. Las desproporcionadas represalias inhibían a fotógrafos y corresponsales. Incluso perdura el miedo a reconocer que estamos en otra guerra mundial, como manifestó el papa Francisco. Este mismo papa, hace pocos días, fue explícito durante su visita a la Sinagoga de Roma. Dijo sin medias tintas que es inaceptable practicar la violencia en nombre de la religión. Que lo haya manifestado en ese lugar era un claro mensaje a la sistemática prédica del odio y de la muerte que se realiza desde incontables instituciones y mezquitas.
Imanes y líderes islámicos llaman a la "guerra santa contra judíos y cruzados". Lo hacen de forma abierta, insistente. Empezaron con los judíos -como en las palabras de Martin Niemöller-, ahora siguen con los cristianos. Su objetivo es una utopía arcaica: islamizar el planeta. Su espíritu vive en el siglo VII, cuando semejante delirio era creíble.
Un error difundido es que el único malo de la película se llama ISIS o Estado Islámico. No es cierto. Su inevitable derrota no significará el fin del terrorismo. El Medio Oriente es un caos de enfrentamientos con muchos protagonistas. Liquidar a uno de ellos no significará acceder a la paz.
Se pueden discutir de forma interminable causas y efectos, antagonismos o armonías, pero el fuego que alimenta el terrorismo actual se nutre de algo más profundo que una demanda de territorio o la competencia por el poder. El alucinante terrorismo de nuestro tiempo es producto de una educación fijada en los aspectos belicosos del islam, no en sus mensajes llenos de amor y solidaridad. Multitudes enormes se arrojan al abismo cuando son hipnotizadas con el anzuelo tanático. Esto lo sabía muy bien Joseph Goebbels. Lo practicó el nazifascismo. Lo practicaron
el estalinismo y el maoísmo. Y ahora lo practica el islamismo fundamentalista.
Durante mucho tiempo se toleró -y hasta se celebró- la deslegitimación del Estado de Israel. En lugar de reconocerse sus méritos extraordinarios por mantener incólume la democracia y el pluralismo pese a ser hostigado y calumniado sin pausa por un mar de países hostiles, se permitió que creciera una nueva forma del milenario antisemitismo bajo el ropaje del antiisraelismo o antisionismo. Muchos ingenuos caen en la trampa. Del mismo modo funcionó la milenaria acusación de deicidio, el envenenamiento de los pozos de agua, Los Protocolos de los Sabios de Sión, Mein Kampf y demás infundios machacados siglo tras siglo.
La lista de ataques contra la civilización y los derechos humanos que realizan los terroristas islámicos ingresa en el rubro de las pesadillas. No sólo mata, humilla y oprime, sino que se deleita en destruir los monumentos históricos. Y la mayor parte de la humanidad, en vez de combatir esta epidemia como se debe -de modo franco, coherente, sistemático-, prefiere la negación, la espera, la excusa. En vez de confiar en Churchill, nuestro mundo prefiere a Chamberlain.
Es imposible condensar en un artículo todo lo que ya se conoce sobre la prédica del odio y el elogio de la muerte que fogonea al terrorismo islámico. Aleja las posibilidades de negociaciones serias e impide la convivencia.
Citaré sólo algunos ejemplos vinculados con el uso distorsionado de la llamada "causa palestina". Un entusiasta video oficial de Al-Fatah, organización que sostiene a la Autoridad Palestina, canta que a los israelíes "se los debe encerrar, hundirlos en un mar de sangre y matarlos como sea". Palestinian Media Watch reporta que en la educación palestina primaria se elogia la violencia y se glorifica a los terroristas. Los niños participan en procesiones con armas de juguete e imitación de cinturones suicidas, sin que el gobierno palestino manifieste en ningún momento su desaprobación.
Rajoub, líder de Al-Fatah, afirmó que los terroristas que asesinan civiles israelíes son héroes. Abbas Zaki, por su parte, agrega que "Alá ama a los jóvenes palestinos que matan israelíes; piedras y cuchillos son nuestra esistencia pasiva. Ellos eligen el martirio, marchan por su propia voluntad en el iluminado sendero que lleva al paraíso". En la TV palestina oficial se transmiten narraciones que demonizan a los judíos. Una reciente se titula: "La traición ha sido inherente a los judíos desde los tiempos de Moisés". La custodia presidencial de Mahmoud Abbas emitió este comunicado: "Rieguen el olivo con vuestra sangre". El secretario general de Al-Fatah añadió: "Veneren la sangre de los mártires". Mártires son quienes asesinan, para luego acceder al paraíso.
El resultado de la permanente enseñanza en favor del odio y de la matanza de judíos puede verse en un informe de Palestinian Media Watch, según el cual dos tercios de la población están en favor de los asesinatos, el martirio y demás instrumentos del terrorismo islámico. También estimula el rechazo a negociaciones de paz con Israel y los encuentros entre ambas comunidades. Mientras, en el mundo no se escuchan reproches contra la Autoridad Palestina por semejante conducta.
El colmo ocurre cuando padres y madres manifiestan su alegría porque su hijo muere tras asesinar judíos. Un joven palestino de 16 años mató en la localidad de Otniel a una mujer embarazada delante de sus hijos y luego se realizaron manifestaciones de regocijo.
Basta con molestarse en investigar un poco y aparecerán las fuentes del horror que ahora se expande. El odio y el elogio de la muerte alimentan a las diversas organizaciones que hacen pedazos a comunidades enteras. Los líderes políticos y religiosos vinculados con el fundamentalismo islámico son responsables. Elogian el martirio. Dicen que está bien matar y está bien hacerse matar. Su alienación no les permite concentrarse en la frase que encabeza cada una de las suras del Corán referidas a Alá como el clemente, el misericordioso. No enseñan a practicar esas virtudes, sino las contrarias. Estos maestros del mal deberían ser estigmatizados por cada musulmán lúcido y valiente. Es su turno, antes de que también vengan por ellos... y sea tarde.

Marcos Aguinis nació en Córdoba, Argentina. Escritor que ha transitado una amplia formación internacional en iteratura, medicina, psicoanálisis, arte e historia. Columnista del diario La Nación. Primer Ministro de Cultura después de los gobiernos militares. En 1963 apareció su primer libro y, desde entonces, ha publicado diez novelas, catorce libros de ensayos, cuatro libros de cuentos y dos biografías que generan entusiasmo y polémica. Entre ellos destacan: La gesta del marrano, La cruz invertida, La pasión según Carmela, Refugiados, crónica de un palestino. Su última novela es Liova corre hacia el poder (Ed. Sudamericana). En el campo de los derechos humanos enfrentó temas polémicos que pusieron en riesgo su vida. Durante la última dictadura fue limitada la circulación de sus libros y algunos salían del país en forma clandestina. Ha escrito artículos sobre una amplia gama de temas en diarios y revistas de América latina, Estados Unidos y Europa. Ha dictado centenares de conferencias y cursos en instituciones educativas, artísticas, científicas y políticas en Alemania, España, Estados Unidos, Francia, Israel, Rusia, Italia y casi todos los países latinoamericanos.

Memo de la quiebra

EN: Recibido por email

Ágora

Charito Rojas

Notitarde
Febrero 27, 2016

http://www.notitarde.com/Columnistas-del-Dia/Memo-de-la-quiebra/2016/02/24/894832/

“No podemos aceptar que el objetivo central de la política económica del gobierno sea la destrucción del país. Cada vez que se confisca una empresa privada, Venezuela pierde calidad de vida y oportunidades para construir un futuro esperanzador”. Noel Álvarez (12 de octubre de 2010) entonces presidente de Fedecámaras, en el acto de cierre de la 66 Asamblea Anual.

¿Cómo hemos llegado a esta Venezuela quebrada económicamente, en penumbras, sin agua, sin comida, con la infraestructura destruida, la inseguridad reinando en las calles y una pérdida de valores sin antecedentes? Pues todo parte del empoderamiento de un caudillo con mucha labia y poca democracia, que hizo con el país y con su Constitución lo que le dio la gana, apoyado por cómplices militares y enchufados que se volvieron multimillonarios a cambio de su traición a la patria.
Como la memoria es frágil, aquí estamos los periodistas para recordar cuales fueron los polvos que trajeron esta avalancha de lodo sobre Venezuela. En este artículo refrescaremos los hechos económicos que nos llevan a nuestra pobreza actual.
Luego de ganar las presidenciales de diciembre de 2006, Chávez anuncia su plan de nacionalizar empresas de “sectores estratégicos”. Desde 2002 había iniciado una discreta ofensiva contra la propiedad privada nacional, a cuenta del “interés público”. Pero a partir de 2005 es su plan de gobierno: sacar a propietarios nacionales y a la inversión transnacional de la cadena productiva.
Haciendo caso omiso del NO recibido a su Reforma Constitucional, se vale de una Habilitante para promulgar Leyes que ponen en su mano a todas las propiedades. Inventa lo de la propiedad pública, la propiedad comunal, la propiedad social, aunque al final de la cadena de expropiaciones ningún consejo comunal o grupo de trabajadores fue nunca propietario de nada. Así, aprueba la Ley Orgánica de Seguridad y Soberanía Alimentaria y la Ley para la Defensa de Personas en el Acceso a Bienes y Servicios, que declaran de utilidad pública toda actividad de producción y comercialización de alimentos, lo cual es el primer paso para expropiar activos. La ley de Tierras Urbanas facilita la expropiación de terrenos en zonas urbanas. La Ley Orgánica de Participación y Poder Popular ratifica el derecho del Estado a conservar medios y factores de producción.
Durante su gobierno, Hugo Chávez expropió casi 1.200 empresas y alrededor de 3 millones de hectáreas en producción. Obviando las evidencias históricas que muestran el fracaso de los estados en poseer, producir y controlar, el chavismo cerró los ojos a las consecuencias garrafales de allanar un derecho universal como es la propiedad, quitar a sus legítimos dueños el bien para darlo a quienes no son dolientes y solo se aprovechan de lo que puedan exprimir. La ineptitud, carencias gerenciales y extrema corrupción han quebrado todo lo expropiado, con el panorama desolador que hoy vemos.
Una pequeña panorámica del horror expropiador: en enero de 2007 expropia la sucursal de la empresa estadounidense Owens Illinois, líder mundial en la fabricación de envases de vidrio. Posteriormente anunció la “adquisición forzosa” de las empresas Envases Internacional y Aventuy, fabricantes de envases de aluminio y cartón para alimentos. Ese mismo año, PDVSA cancela unilateralmente los contratos de la Faja de Orinoco a Exxon Mobil y Conoco Philips, las cuales demandaron al país y hasta el momento Venezuela ha perdido todos los juicios internacionales, debiendo indemnizar a esas empresas.
Ese mismo año expropió a la cementera francesa Lafargue, a la suiza Holcsim y a la mexicana Cemex. A las dos primeras el gobierno le pagó y a la tercera aun esta en litigio. También le llego el turno a las empresas de servicio: CANTV, Electricidad de Caracas. A fincas ganaderas como El Charcote, operada por la inglesa Agroflora. A las fincas del Sur del Lago.
Con cada victoria electoral, las apropiaciones, estatizaciones, expropiaciones o “robos” como lo llamo la entonces diputada María Corina Machado, rreciaban. En 2009 estatizó 76 empresas de servicios petroleros en el Lago de Maracaibo (hoy, abandonadas, quieren devolverlas a sus dueños); la multinacional Cargill fue intervenida porque producía arroz “parboiled” en lugar de arroz regulado (¿se acuerdan del arroz Cristal?). También fue expropiada Monaca, los silos de Tiquire Flores, una cadena frigorífica y la empresa Lácteos Los Andes, para garantizar la “soberanía alimentaria”. En 2009 el gobierno ordena la intervención y control militar de empresas arroceras a las que acusa de los desabastecimientos. La principal afectada es Alimentos Polar.
Ni los bancos se salvaron. El gobierno anuncia la compra del Banco de Venezuela y amenaza en cadena nacional al BVVA (Provincial) con expropiarlo. El gobierno no renueva o quita las concesiones a las cadenas Hilton e Intercontinental, con consecuencias a la vista. Además, en 2010 hospeda a damnificados en decenas de hoteles medianos y pequeños, a los que jamás paga daños ni el hospedaje. La mayoría de ellos quebró. Ni el Teleférico de Caracas se salva de la ola expropiatoria.
Las empresas de Guayana sufren el toque también: 32 campos petroleros expropiados; la empresa Matesi, Sidetur y Sidor, operada por el grupo ítalo argentino Ternium Techint. El gobierno nacionaliza las minas de oro “Las Cristinas”, operada desde 2002 por la canadiense Crystallex. El transporte de gasolina, con gandolas en manos privadas, es nacionalizado en su totalidad, así como las estaciones de gasolina.
En 2009 el gobierno interviene 1.500 hectáreas de la multinacional papelera irlandesa Smurfit Kappa, “para sembrar caraotas (fríjoles), maíz, sorgo, yuca, ñame”. Ahora no hay papel, mucho menos ñame. El presidente también expropió 10.000 hectáreas alrededor de la autopista regional del centro, sembrada de caña de azúcar desde tiempos inmemoriales, para que Bielorrusia instalara unos galpones para cultivar pimentones, tomates y ajíes. Hoy están abandonados. Y no hay azúcar. El gobierno opera 11 de las 16 centrales azucareras del país.
Pero quizás uno de los casos más escandalosos fue la “compra” de 6 Hipermercados Éxito y la cadena CADA. Convertidos en Abastos Bicentenario, los resultados de su operación no requieren comentarios. También fueron expropiadas textileras como Silka, planta de pastas Cargill, la línea Aeropostal, plantas de tubos y de gas, galpones de Polar en La Yaguara y Barquisimeto ( “No me provoques, compadre, que tienes astantes cosas por allí”, amenazó Chávez a Lorenzo Mendoza en cadena)… y hasta el Sambil La Candelaria.
La nacionalización de “Agroisleña”, la principal distribuidora de productos para el campo, con 82 puntos de venta y ocho silos en todo el país, supuso una debacle para los productores. Agropatria jamás ha podido cumplir con ellos.
Poco antes de caer enfermo, el presidente hizo historia con su paseo transmitido en cadena por el centro de Caracas, expropiando a diestra y siniestra edificios de histórica vocación comercial, como el centro joyero La Francia. El delirio expropiador había tocado estacionamientos, condominios y terrenos privados.
Ni la muerte ha detenido la locura destructora. La estocada del heredero a la economía, en nuestra próxima columna.


Charitorojas2010@hotmail.com
Twitter: @charitorojas

María del Rosario Rojas (Charito) (Caracas). Periodista con una experiencia de más de 30 años de periodismo militante, a tiempo completo. Se define como católica y madre.
Radicada desde hace muchos años en Valencia. Es radiodifusora, Columnista de Notitarde y conductora del programa Aquí entre Nos, Union Radio 105.3
Trabajó en Zeta y El Nuevo País.

Umberto Eco, el último enciclopedista

EN: Recibido por email

Alejandro Arratia

Iberoamericanos (Blog) Febrero 25, 2016

http://www.iberoamericanos.com.es/umberto-eco-el-ultimo-enciclopedista/


Usted es un profesor en una universidad de Nueva Inglaterra. Usted ha ido en un viaje de negocios en el Medio Oriente. A las 3 de la mañana, mientras que usted está tratando de ponerse al día con su sueño y con el desfase horario, su hija lo llama.
Ella está angustiada porque el presidente Obama acaba de estar en televisión en cadena nacional y pasó 10 minutos diciéndole al país que usted es un ladrón y un asesino financiero, que conspira con fuerzas extranjeras oscuras para hacerle daño a la nación. Mientras que en su perorata, le ordena al fiscal General y al Procurador que actúen en su contra. Adquirimos libros por razones diversas, no husmeamos los mostradores de las librerías madrileñas apostando solo al azar. El trabajo, temas que en el momento nos preocupan y reseñas semanales de las revistas culturales, orientan la búsqueda. Motivación especial ejercen los escritores preferidos. Las tapas no determinan la selección, menos si se trata de Umberto Eco; sin embargo, Construir al enemigo (2012), cumplió el papel de anzuelo. El verdadero título de la recopilación debería haber sido “Textos de ocasión” pero al editor le pareció tan modesto que podría no atraer la atención del lector. De catorce ensayos que acumulan 319 páginas, el primero prestó su nombre. Eco se nteresa no tanto por el fenómeno de identificar a un enemigo, como por el proceso de producción y demonización.
Los enemigos son distintos a nosotros y tienen costumbres diferentes a las nuestras: el extranjero, el negro, el gitano, el judío… Los enumera exponiendo las fuentes antiguas y del medioevo, cultas y contemporáneas: lo dice Cicerón en las Catilinarias, se encuentran en la Biblia, aparecen en párrafos de Tácito y de Plinio o en la Enciclopedia Británica (1ª edición, 1798). Eco recupera relatos de la Edad Media y de la Primera Guerra Mundial; de Wagner, de Hitler y la Ilíada. El enemigo debe ser hediondo y feo, porque se identifica lo bello con lo bueno. Seguimos construyendo enemigos a diario, necesitamos un rival en quien descargar nuestras debilidades, sino existe habrá que inventarlo. “El enemigo” es un problema antiguo que mantiene vigencia, cambia con el tiempo pero es la excusa oportuna.
Las brujas han sido enemigos sociales que se merecen procesos inquisitoriales y la hoguera, Eco selecciona con una publicación de 1486, “El martillo de la bruja”, cómo la víctima al final del interrogatorio confiesa incluso lo que no ha hecho, al confesarlo se convence de haberlo hecho. <<…un procedimiento análogo se relata en “El cero y el infinito” (1941) de Koestler, […] en los procesos estalinistas primero se construía la imagen del enemigo y luego se convencía a la víctima de que se reconociera en esa imagen>> (Eco, 2012: 33). George Orwell, 1984, le sirve para mostrar un modelo ejemplar de construcción intensiva de un enemigo. Agrega Eco, cómo el teatro y la narrativa crean
ejemplares feos que se adecúan a la imagen que se tiene de ellos, esperando un reconocimiento benévolo.
<<Al parecer no podemos pasarnos sin el enemigo. La figura del enemigo no puede ser abolida por los procesos de civilización. La necesidad es connatural también al hombre manso y amigo de la paz. Sencillamente, en estos casos, se desplaza la imagen del enemigo de un objeto humano a una fuerza natural o social que de alguna forma nos amenaza y que debe ser doblegada, ya sea la explotación capitalista, la contaminación ambiental o el hambre en el Tercer Mundo. Ahora bien, aun siendo estos casos virtuosos, como nos recuerda Brecht, también el odio hacia la injusticia desencaja el rostro>> […] <<Yo diría que la instancia ética sobreviene no cuando fingimos que no hay enemigos, sino cuando se intenta entenderlos, ponerse en su lugar>> (Eco, 2012: 34)
¿Por qué seleccionamos de la abundante y erudita obra de Umberto Eco un texto de menor trascendencia? Nos preocupa desde una perspectiva sociológica y política el enemigo como excusa. En países de Europa -no solo del vilipendiado sur- la izquierda y el progresismo culpabilizan a la Unión Europea de sus desajustes económicos y sociales; el desempleo lo producen los inmigrantes, la quiebra de Grecia la causa Alemania, el acaecimiento de la inseguridad se debe a las fronteras abiertas. Por su parte, América Latina y el Caribe permanecen bloqueados por los mitos ancestrales y los grandes enemigos que echaron raíces en la conciencia de todos los estratos sociales: el imperialismo opresor, ahora se llama globalización y neoliberalismo, es el responsable de las terribles calamidades de siempre.
El intento de resumir el contenido de los 14 ensayos es presuntuoso (escritos ocasionales de temas exigidos para conferencias, discursos, reelaboración de artículos, ponencias y síntesis de intervenciones escritas y orales). En uno de ellos “Lo absoluto y lo relativo”, Eco advirtió al auditorio que, una lección seria sobre esos conceptos debería durar
2500 años, tanto como el debate real. Reflexionemos sobre una sentencia de actualidad: <<Reconocer que una cultura ajena es distinta y debe ser respetada en su diversidad no significa abdicar de nuestra identidad cultural>> Y pregunta: << ¿Cómo se ha llegado entonces a construir el fantasma del relativismo como ideología homogénea, cáncer de la civilización contemporánea?>> (Eco, 2012: 58). De seguida su enjundioso razonamiento abarca siete páginas.
Se ha ido el último enciclopedista. Trascendió las aulas universitarias publicando un relato policíaco de misterios y enigmas medievales, con buena dosis de frases en latín. El nombre de la rosa (1980), su primera novela llegó a la imprenta después de superar las dudas; debe un académico incursionar en el género. Traducida a más de cincuenta idiomas, con cincuenta millones de copias vendidas, lo animó a seguir cultivando la ficción y lo hizo con una obra maestra: El péndulo de Foucault. Filósofo, semiólogo, experto en comunicación. En 1975 publico un Tratado de semiótica General, que es de obligatoria consulta en las universidades del mundo. En mayo de este año saldrá su último libro. Rendir una discreta despedida a Umberto Eco es una forma de enaltecer la cultura universal.
De los libros
<<Las enciclopedias consignan, junto al relativismo cognoscitivo, el relativismo cultural. Que distintas culturas tienen no solo lenguas o mitologías distintas sino también distintas concepciones morales (todas razonables en su ámbito), es algo que, empezaron a entender primero Montaigne y después Locke, cuando Europa entró en contacto de forma más crítica con otras culturas. El hecho de que ciertos primitivos de las selvas de Nueva Guinea sigan considerando todavía hoy en día legítimo y recomendable el canibalismo (y un inglés no), me parece una observación incontestable, al igual que es incontestable que en algunos países se reserve a las adúlteras un tipo de reprobación distinto del nuestro. Ahora bien, el reconocimiento de las variedades de las culturas, en primer lugar, no niega que determinados comportamientos sean más universales (por ejemplo, el amor de una madre hacia sus propios hijos, o el hecho de que se suelen usar las mismas expresiones faciales para expresar disgusto o hilaridad), y, en segundo lugar, no implica relativismo moral, por el que, al no existir valores éticos iguales para todas las culturas, podemos adaptar libremente nuestro comportamiento a nuestros deseos e intereses. Reconocer que un cultura ajena es distinta y debe ser respetada en su diversidad no significa abdicar de nuestra identidad cultural>> (pp. 57-58)

Umberto Eco (2012): Construir al enemigo. Lumen. España. Del ensayo, “Lo absoluto y lo relativo”. Conferencia dictada el 9 de julio 2007.

Alejandro Arratia Guillermo. Venezolano, residenciado en Madrid. Sociólogo por la Universidad Central de Venezuela (UCV) y magíster en Comunicación en las Organizaciones de la Universidad Complutense de Madrid. (UCM). Investigador en Ciencias Sociales. Profesor (J) de Estructura y Teoría Social en la Escuela de Psicología (UCV). Experto en gerencia de la administración pública. Jefe de la Oficina Central de Personal (OCP) de la Presidencia de la República de Venezuela (1991-1999). Autor del libro, Ética y Democracia en Fermín Toro. Editorial Monte Ávila, Caracas, 1993. Coautor del cuaderno de formación, ¿Qué es el seguro de paro forzoso? Editores INAESIN. Caracas, 1990 y del libro, Sociología de las Organizaciones Editorial CEATPRO. Caracas, 2003. Ha publicado artículos en revistas especializadas que recogen su amplia experiencia, entre otros:”Introducción al estudio de la noción Organización” (2006), “Anotaciones para el estudio del aparato administrativo público” (2007) y “La ineficaz sabiduría anticorrupción” (2008). Es miembro de la Asociación Madrileña de Sociología (AMS) y del Consejo Académico del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (CEDICE Libertad). Actualmente se dedica a la investigación y publicación de trabajos acerca de América Latina y el Caribe; además, está coordinando la publicación de un libro sobre la región, en el que participan profesores españoles y venezolanos.

Caricaturas del día

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Weil
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Bozzone - El Carabobeño
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Edo
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Los garabatos de Fonseca – Noticiero Digital 
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Luis - El Diario de Guayana
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La pistolada de hoy - Pam-chito - Notitarde
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Gloria Bastidas: La estrategia del gobierno se basa en evitar el default y aplicar tácticas dilatorias para evitar relevo de Maduro

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Obama en la Habana

EN:


Rafael Rojas

La normalización diplomática entre Estados Unidos y Cuba, que el gobierno cubano no cree concluida —en su último comunicado, en reacción al anuncio oficial del próximo viaje de Barack Obama, la cancillería de la isla sostuvo que para que “haya normalización” tiene que derogarse totalmente el embargo—, debería analizarse con criterios de larga duración, dado el origen de ese conflicto en la Guerra Fría y la complicada historia entre Washington y La Habana en casi sesenta años. Lamentablemente, buena parte del tratamiento del tema en la opinión pública de la isla, el exilio y la comunidad internacional, responde a intereses chatamente inmediatos, regidos por el aquí y el ahora de las agendas en pugna.
En Cuba, Barack Obama es extraordinariamente popular. Más popular que cualquier líder local y, probablemente, más que cualquier otro líder global, incluyendo al papa Francisco, que es bastante querido. Sin embargo, en una sociedad controlada por el Estado y con medios de comunicación subordinados a un partido único, los afectos civiles se manipulan con facilidad. En las próximas semanas, de aquí al 21 de marzo, cuando Obama llegue a La Habana, veremos cómo el régimen oculta o inclina esa popularidad a su favor, presentando la visita del presidente de Estados Unidos como un trofeo a Raúl Castro, que le da respiración artificial.
En la opinión pública exiliada leeremos algo similar, desde el ángulo contrario. Obama, según los líderes cubanos en el exterior, va a Cuba a apuntalar el castrismo, por lo que no hay que esperar nada de esa visita ni de la política hacia la isla que el presidente ha emprendido en los dos últimos años. Es cierto que Obama viaja sin que en Cuba exista democracia y con reformas económicas muy limitadas, pero es evidente que Washington ha apostado a una estrategia de largo plazo que parte de la premisa de que una mayor integración de la isla —no sólo del gobierno— a la comunidad internacional, propiciará la desinhibición de políticas aperturistas, desde arriba, y de la presión democrática, desde abajo.
La mayor dificultad del debate sobre el viaje de Obama a Cuba y, en general, sobre la política de la actual administración y el Partido Demócrata hacia la isla, entre quienes desean, de buena fe, la democracia en ese país del Caribe, es que obligatoriamente se plantea en términos hipotéticos. Lo que la Casa Blanca está haciendo es con el fin de lograr un resultado, no inmediato pero sí en un futuro próximo. Lo que muchos opositores, exiliados y políticos cubano-americanos desean es, por lo visto, el cambio ahora mismo, pero lo que proponen como instrumento —reforzar el embargo, aislar diplomáticamente a los Castro…— también es hipotético. Obama tiene razón en que el embargo no produjo, en medio siglo, lo que prometió y que su política sólo lleva un año de ejecución gubernamental.
Tal vez convenga a cubanos de un lado u otro pensar el conflicto de la isla en términos más globales. Si así se viera, podría apreciarse que el restablecimiento de relaciones entre Estados Unidos y Cuba comienza a reportar ventajas colaterales como la depresión del bloque de la izquierda más intransigente y autoritaria, en América Latina, personificada por Nicolás Maduro en Venezuela, o la más fluida comunicación entre líderes de la oposición, la sociedad civil de la isla y la comunidad internacional. Nunca antes hubo mejores condiciones internas y externas para avanzar hacia una transición democrática en Cuba. De los cubanos y de nadie más depende que eso suceda.

Amor populista

EN:


Fernando Mires

El populismo no es una cosa en sí. El populismo es antes que nada una relación; o si se prefiere, una forma de articulación entre una determinada masa representada como pueblo y un determinado líder.
No hay populismo sin líder populista. El estudio del populismo supone el estudio de la relación masa-líder. En esa relación intervienen proyecciones que van más allá de los intereses de clases o grupos sociales, razón por la cual tanto la racionalidad marxista como la racionalidad económica liberal fracasan cada vez que intentan entender al populismo como expresión de intereses materiales.
La razón populista no obedece a las pautas kantianas de la razón pura. Por el contrario, es el producto de una razón extremadamente impura. Digo impura, porque en la relación masa-líder intervienen múltiples variantes; entre otras, las emocionales y, por supuesto, las libidinosas.
No hay populismo sin amor. Por esa misma razón no hay líder populista que no haya sido amado.
Todo populismo supone una relación de intenso amor entre dos sujetos: “la masa” que el líder convierte en pueblo y el líder que el pueblo convierte en símbolo del amor colectivo.
Si pensamos de acuerdo a los cánones de la lógica freudiana, el populismo implicaría un traslado de energías libidinosas hacia objetos sustitutivos del amor sexual. De acuerdo al primer Freud —algo puritano— el populismo sería entonces una perversión: amor depositado en objetos situados al margen de la relación genital, perversión comparada al amor necrológico o al amor fetichista.
De acuerdo a un Freud más maduro, en cambio, el amor del pueblo al líder sería más bien una expresión de la polimorfía sexual. Por supuesto, la polimorfía según Freud alude a diferentes objetos corporales extra-genitales en los cuales se invierte la energía libidinosa (boca, vista, oídos). En el caso del amor populista se trataría en cambio de una polimorfía no solo extra-genital sino, además, extra-corporal. En cierto modo el amor a un líder sería un sentimiento comparado con el amor a Dios. Dicho otra vez en el lenguaje del Freud joven: una sublimación.
Hay en ese sentido una polémica indirecta entre Freud, el teólogo Joseph Ratzinger (alias Benedicto XVl) y el post-freudiano Jacques Lacan. Mientras para el primero el origen de la líbido es sexual, y por lo mismo el amor no sexual es una desviación respecto al sexual, para Ratzinger, el amor originario es el amor a (y de) Dios y el amor a un ser humano un derivado del primero. En ese punto las opiniones de Lacan se encuentran —si borramos la palabra Dios— más cerca de Ratzinger que de Freud.
Si partimos de una clásica premisa lacaniana —“el deseo precede al objeto del deseo”— será posible deducir que el amor al líder populista surge como resultado de un deseo indeterminado, sin objeto, desarticulado. Y si llevamos la lógica lacaniana más allá de Lacan podríamos incluso deducir que el líder populista cumple la función articulativa del deseo colectivo. El líder, visto así, se nos ofrecería como eje articulador de ese deseo. O para decirlo de otro modo: el líder convierte al deseo colectivo en un pueblo, un pueblo que sólo puede representarse en el espejo del líder a la vez que el líder se contempla en el espejo del pueblo. El populismo, no necesitamos pruebas para demostrarlo, es un espejo de dos caras donde cada uno cree ver el rostro del otro contemplándose a sí mismo. El amor populista es, como todo amor, radicalmente narcisista.
En un punto sin embargo Freud, Ratzinger y Lacan están de acuerdo. En el amor interviene el deseo de la eternidad (o de no morir, es lo mismo). Nadie, efectivamente, cuando ama, decide amar por una semana o un par de años. El amor, lo testimonian boleros y poemas, es el deseo de “amar para siempre”. El problema es que ese “para siempre” no tiene nada que ver con nuestra condición humana, tan radicalmente mortal. Es por eso que el amor al líder populista —para retornar al tema inicial— está condenado al fracaso.
Justamente para evitar esa sensación de fracaso frente a la mortalidad, el líder debe hacer lo imposible para dar muestras de inmortalidad, o sea, debe mostrarnos que él está más cerca de Dios (o de la eternidad) que de los hombres. Eso explica por qué la mayoría de los líderes políticos son locos de remate. No ocurre lo mismo con los que no son políticos. Sócrates, un indiscutible líder espiritual, siendo acosado por el amor del general Alcibíades, lo rechazó diciéndole: “Lo que tu quieres de mí no te lo puedo dar porque yo no lo tengo”. Si un político populista dijera lo mismo a su pueblo dejaría de ser populista y con ello se convertiría en una persona normal.
Mientras más imposibles de cumplir son las promesas, mientras más alucinado es el lenguaje, mientras más apocalípticas son las visiones, más serán amados los líderes populistas. Hasta que llega el día en el cual el líder demuestra ser un mortal cualquiera. Puede ser una derrota militar o una derrota política. Ahí deja de ser un líder. Suele ocurrir lo mismo en las relaciones de amor interpersonales.
Nadie quiere amar a una persona cualquiera. Todos queremos que el objeto elegido por nuestro deseo sea un objeto extraordinario. El amor, por lo menos en las fases iniciales, es amor idealizado y, por lo mismo, romántico. Pues quiérase o no, la época del romanticismo todavía no ha terminado, ni siquiera para aquellos que buscan al amor de sus sueños en los catálogos de las revistas pornográficas. En el fondo del alma deseamos que nuestros objetos de amor sean perfectos, es decir, imposibles. Sin amores imposibles nunca habría habido romanticismo. Ni populismo.
Hay una relación todavía no explorada entre el amor populista y el amor romántico. Algo difícil de explicar pues el amor populista no está ausente de romántica. Se trata —eso es fácil constatar— de un amor extremadamente idealizado. O para hablar con los términos de Freud, es un amor que refleja al “ideal del yo” y al “yo ideal” al mismo tiempo. En ambos casos es el amor a “un falso yo”.
Lo mismo suele o ocurrir en el mundo de nuestras relaciones íntimas. De ahí que cuando llega el momento en el cual ha sido descorrido el velo de la idealidad y contemplamos el rostro del verdadero yo del otro, tenemos dos posibilidades. O rechazamos a ese ser y emprendemos el camino en busca de otra idealidad “superior”, o lo aceptamos tal cual es; en su humana imperfección. Si la última decisión ha sido tomada puede que ahí comience otro amor. El de dos seres que se unen para conjurar el miedo común a la muerte: un amor que se agota en lo posible sin pretender seguir más allá. Quizás ese es el verdadero amor. Pero no es romántico; que nadie se haga ilusiones.
El amor populista es como el amor romántico, imposible. Por eso lo aguarda siempre la hora de la desilusión. Ningún líder puede ser eterno. El amor populista es, por esa misma razón, inevitablemente trágico. Casi siempre termina o con la muerte real del objeto del amor (Eva, Chávez) o con el suicidio (Hitler) o con el asesinato (Mussolini, Gadafi) y, en los países más civilizados, con el divorcio político.
En eso pensaba el 21-F cuando Evo Morales perdió el amor del pueblo boliviano. Antes de él, el 22-N, los argentinos intentaron divorciarse del peronismo una vez más, a través de Macri. El 6-D los venezolanos no se divorciaron de Chávez pues nadie se divorcia de un cadáver. Tampoco de Maduro a quien nunca amaron. Pero una parte del chavismo viudo ha decidido, después del duelo, y pese a los agresivos acosos de Maduro, reiniciar una vida diferente.
Y después del amor populista ¿sobrevendrá un nuevo amor populista? Suele suceder. ¿O regresará el pueblo a su condición de masa pues solo podía ser pueblo contemplándose en el espejo del líder? También suele suceder.
Hay, sin embargo, otra posibilidad: la conversión de un pueblo en una ciudadanía, es decir, en un conjunto de seres que se ponen de acuerdo para actuar según el espíritu de las leyes eligiendo y des-eligiendo a sus representantes cada cierto tiempo. Pero de esa utopía todavía estamos un poco lejos. La humanidad, por lo menos la humanidad política, se niega a abandonar el periodo de su infancia.

García Larralde: El único motor que funciona es el de la inflación

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Enrique Meléndez / especial Noticiero Digital / 29 feb 2016.- El presidente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, Humberto García Larralde, cree que nuestro país necesitará un financiamiento del Fondo Monetario Internacional (FMI) por el orden de los 35 mil millones de dólares

La afirmación la hizo en un foro que organizó la organización Espacio Abierto que dirige Luis Manuel Esculpi.
Comenzó caracterizando la situación actual de Venezuela por una tendencia hacia el empobrecimiento extremo, producto de una inflación desbordada, que está poniendo en peligro el bienestar del venezolano tomando en cuenta que, no sólo ya hay casos de desnutrición, sino también tornándose la salud pública como muy vulnerable por la falta de medicinas.
“Lo que debe hacer cualquier gobierno que tenga responsabilidad en esto, por consiguiente, es detener la inflación, y luego aumentar la oferta de bienes y servicios, que le permita a la gente abastecerse; saneando en lo inmediato las cuentas fiscales”.
A juicio de García Larralde, para llevar a cabo este saneamiento es necesario acabar con el derroche, con la duplicidad y el paralelismo institucional; mejorar los ingresos evitando la evasión fiscal; y privatizando empresas que el gobierno estatizó y que al final destruyó.
“Estas son empresas que antes estaban en plena producción, y que ahora no sólo no generan ingresos, sino que también representan una enorme carga financiera para el gobierno, que desmejoran las cuentas fiscales. Éste es un elemento central, para poder estabilizar los agregados macroeconómicos y crear las condiciones para detener la inflación”.
Dijo además que èste era un prerequisito, para detener la maquinita del Banco Central de Venezuela, puesto que se trata de una maquinita que se ha venido utilizando, para financiar el déficit fiscal. “El gobierno está ahora hablando mucho de motores, y el único motor que está funcionando hoy en día es el motor de la inflación, impulsado por esa maquinita de fabricar billetes”.
Hizo la salvedad de que no se trata de privatizar empresas para llenar los bolsillos del Estado de dinero, sino pensando en la calidad del servicio que prestan lan empresas que se va a privatizar; para lo cual sería necesario que el gobierno defina reglas del juego que permitan que eso funcione adecuadamente dentro de los parámetros de precios, de costos, y de atención al consumidor.
Según García Larralde la otra medida que habría que adoptar sería la de ir a una unificación cambiaria; pensando en un tipo de cambio que equilibre la capacidad de compra interna del bolívar con la capacidad externa que le da esa paridad, y que, según sus cálculos del año pasado, el tipo de cambio real de equilibrio pudiera ubicarse en 77 bolívares por dólar, tomando en cuenta la inflación interna y la inflación externa; de modo que esos 77 bolívares pudieran comprar afuera por un dólar, lo que se adquiere aquí en bolívares.
Agregó que si se toma en cuenta la inflación que se ha tenido en los dos primeros meses del año, la unificación pudiera ubicarse entre 120 ó 150 bolívares por dólar; lo que significaría que muchos bienes importados se abaratarían; además de la disponibilidad de divisas permitiría resolver una serie de problemas que tienen que ver con la asfixia del sector externo, que impiden que el sector productivo responda.
Calificó de imperiosa necesidad la de contratar financiamiento externo; pues, a su modo de ver, no hay ningún ajuste en el margen de eficiencia que pudiera responder a la terrible situación por la que está atravesando el país si no se contrata financiamiento, y que en este caso estaríamos hablando de un mínimo de 35 mil millones de dólares que se utilizarían para pagar a los proveedores del extranjero, además de cubrir el compromiso de la deuda externa de este año.
“Entonces, para resolver el problema de la unificación del tipo de cambio, y crear la posibilidad de un acceso libre a la divisa, que permita entonces al sector privado en general, tenemos que contratar un empréstito, que yo creo que no hay otra opción que con el Fondo Monetario Internacional, pues con el riesgo país que tiene hoy en día Venezuela, ningún otra nación estaría dispuesta a concederle esa cantidad de dinero”.
Manifestó que hoy en día el descuento que tienen los papeles venezolanos en el extranjero está en el orden del 60%, lo que supone un costo enorme el hecho de buscar financiamiento por vías alternas; porque, por ejemplo, los chinos no estarían dispuestos a hacerlo con un precio del barril de petróleo a 25 dólares.
Pasó a continuación a referirse a las políticas que hoy en día ha diseñado el FMI, muy alejadas de aquéllas que manejaba en la década de 1980; aquellas recetas que el propio Carlos Andrés Pérez, antes de asumir su segundo gobierno, calificaba como de “orcas caudinas”, precisamente, porque eran muy rígidas, no tomaban en cuenta la flexibilidad; cosa que fue muy criticada.
A su modo de ver, el FMI ha venido cambiando, ha venido corrigiendo sus errores, y que esto se ha visto reflejado en la actitud que ha tomado el FMI frente a casos como el de Grecia, y que en esto ha influido mucho un criterio de que ningún país puede pagar deuda si no crece económicamente.
“En el caso venezolano tenemos una enorme ventaja, y es que si uno resuelve el problema de la asfixia externa con financiamiento de este tipo; que permita importar insumos, maquinarias y equipos, es decir, todas las cosas que necesita el sector privado para responder; si uno levanta los controles internos de precios; de regulaciones de toda naturaleza para que se liberen las fuerzas productivas, y puedan responder ante las exigencias, esto arrancaría inmediatamente; comenzando porque se reactivaría la enorme capacidad ociosa que tiene hoy en día el sector industrial”.
Por otra parte, García Larralde afirmó que el ajuste draconiano ya lo estamos viviendo; el ajuste de Nicolás Maduro muy severo, basado en la contracción del real de la producción y del empobrecimiento significativo; por lo que, aseguró que no hay que tenerle miedo a entender la necesidad de un financiamiento externo si eso va a liberar las fuerzas productivas y generar fuentes de trabajo.
A su juicio, estamos hablando de un proceso expansivo que mejorará el bienestar de la población, y que constituye la única salida a esta situación que estamos viviendo de escasez y alto costo de la vida.

Es Maduro un ilegal, carente de ilegitimidad?

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Jesús Petit da Costa

Corresponde a la AN dar respuesta urgente a esta pregunta si en verdad los 112 diputados quieren que salgamos de Maduro.
A principios de este mes Félix Seijas informó que por las encuestas observa que “la ansiedad ha crecido bastante. La crisis ha recrudecido y la gente se desespera. Esperaba acciones más rápidas. La mayoría siente que el país está estancado”. A fines de este mes DATINCORP dio a conocer las conclusiones de su encuesta con el título: DESAPARECIÓ LA ESPERANZA DEL 6D, lo que explica con estas palabras: “en febrero volvió la desesperanza en los venezolanos. Hay frustración con la nueva AN. Continúa el rechazo a Maduro. Mayoría (72%) quiere que Maduro abandone el poder.” No les importa cómo, pero que se vaya.
Lo que dicen las encuestas lo confirma uno en las calles. Maduro está desahuciado. Tiene sus días contados. Y en paralelo ha comenzado la cuenta regresiva de la MUD representada en la AN, porque ha decepcionado debido a que no ha tomado la iniciativa para cumplir el mandato imperativo que le dieron los electores el 6D: salir de Maduro con la mayor urgencia antes de que sobrevenga la catástrofe del colapso total de Venezuela. Todo lo demás es perder el tiempo, porque hasta que no salgamos de Maduro no saldremos de la crisis. Maduro es el estorbo.
Con el fin de impulsar a los 112 diputados a hacer algo efectivo para salir rápido de Maduro, dos mil venezolanos, en ejercicio del derecho de petición, solicitamos a la AN hace un mes la apertura urgente de una investigación parlamentaria sobre la nacionalidad de Maduro para determinar si cumple con el requisito exigido por los Arts. 41 y 227 de la Constitución para ser elegido y poder ejercer el cargo de Presidente de la República (Art. 41: “Sólo los venezolanos por nacimiento y sin otra nacionalidad podrán ejercer el cargo de Presidente de la República….Art. 227: Para ser elegido Presidente de la República se requiere ser venezolano por nacimiento, no poseer otra nacionalidad..”). Fundamentamos esta petición en la presunción de ilegitimidad por no haberse exhibido hasta ahora los documentos que prueben en forma indubitable que Maduro es venezolano por nacimiento y no posee otra nacionalidad.
Si en lugar de peticionarios fuésemos diputados habríamos iniciado de inmediato la investigación, no sólo viendo en ella un medio expedito para salir de Maduro, sino por el deber elemental de dar cumplimiento al juramento prestado de cumplir y hacer cumplir la Constitución. A lo cual se agrega que el requisito de la nacionalidad por nacimiento en exclusividad para el ejercicio de la presidencia es exigencia de soberanía y seguridad nacional.
Abierta la averiguación lo primero que habríamos hecho es exigirle a Maduro la presentación del Certificado de Nacionalidad por Nacimiento, que le exige la vigente Ley de Nacionalidad y Ciudadanía, junto con los documentos en que se sustentó su expedición: la partida de nacimiento y la renuncia a la nacionalidad colombiana adquirida por filiación materna (“Artículo 17. El certificado de nacionalidad venezolana por nacimiento se otorgará a solicitud de parte interesada, conforme al procedimiento previsto en esta Ley y solo a los efectos del ejercicio de aquellos cargos que la Constitución reserva a los venezolanos por nacimiento sin otra nacionalidad.–Artículo 19. Para la obtención del certificado de nacionalidad venezolana por nacimiento, la persona interesada deberá presentar una solicitud motivada acompañada del original y la copia de la cédula de identidad, copia certificada de la partida de nacimiento y los demás documentos que establezca el Reglamento de esta Ley.”)
Si Maduro no presenta el certificado, junto con dichos documentos, queda de una vez cuestionada su legitimidad para la postulación, elección y ejercicio del cargo de Presidente de la República. Así mismo quedaría demostrado que ha ejercido ilegalmente los cargos anteriores para los cuales la Constitución exige el mismo requisito: Vicepresidente Ejecutivo, Presidente de la AN y Ministro de RE. En conclusión, si para ninguno de estos cargos presentó el certificado, Maduro ha vivido siempre fuera de la ley. Es un ilegal y como tal debe ser declarado, obligándosele a dejar la presidencia.
A los 112 diputados les decimos que los firmantes de la petición no los dejaremos en paz hasta que efectivamente hagan la investigación. A todos los electores les pedimos: fastidien a los diputados que ustedes eligieron exigiéndoles investigar la ilegitimidad de Maduro por ser un ilegal, carente de legitimidad.

Iñárritu: El mexicano que conquista Hollywood en los tiempos de Trump

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Para Alejandro González Inárritu el tiempo corre hacia atrás. Desde que cumplió 50 años vive atrapado en el irremediable reloj de la madurez. La certidumbre de que, haga lo que haga, la arena seguirá cayendo ha abierto, como él mismo reconoce, una nueva etapa en su obra. La primera entrega de este ciclo vital fueBirdman, y la más reciente, The Revenant. El Oscar al mejor director ganado en ambas películas confirma que Iñárritu, en este atardecer, va camino de la leyenda. La de un creador que ha hecho de la fugacidad del tiempo el sustento de su obra. Pero también la de un mexicano que conquista Hollywood en los tiempos (malos) de Donald Trump. Así lo reseña El Páis de España
Ya en 2015, al recibir la estatuilla, el cineasta pidió un trato justo y digno para sus compatriotas, mil veces estigmatizados más allá del Río Bravo. Desde entonces, la bestia de la xenofobia no ha dejado de crecer en Estados Unidos. Casi a diario, el candidato presidencial republicano Donald Trump ha pisoteado el orgullo de su vecino del sur y bramado contra esos millones de mexicanos que sin papeles y huyendo del infierno de la pobreza buscan un futuro en el gran norte. Iñárritu, profundamente crítico con los desmanes de su tierra pero solidario con sus desgracias, no los olvidó. En el cénit de su gloria, aprovechó los altavoces de la ceremonia más seguida del planeta para recordar que no todos tienen la misma suerte que él y pedir el fin de los “prejuicios raciales” y los “pensamientos primarios”. Una declaración que muestra a un cineasta fiel a sus raíces y cuya personalidad se cimenta, mucho más que en el mercado o la conveniencia política, en una profunda capacidad autocrítica.
Poco importa que sus películas gusten o no a la crítica. Tampoco la saña de ciertos seguidores le hacen excesiva mella. En su proceso creativo, Inárritu lucha a diario con un adversario aún más duro: el juez que habita en su interior. “Es un Torquemada”, explicaba Iñárritu a este periódico durante la filmación de The Revenant, “un tipo al que presentas cualquier caso y te mandará al fuego, un terrorista con el que no hay negociación posible; esa voz interna es la que me lleva a encontrar el concepto primordial de las historias”.
The Academy
Esa tensión se transmite a los rodajes. Verle filmar, medir los ángulos, trazar el vuelo de la cámara junto a su antiguo amigo Emmanuel Luzbeki (tercer Oscar consecutivo a la mejor fotografía) es asistir a un espectáculo torturado. A orillas del río Bow, en la gran planicie de Calgary (Canadá), durante la filmación de The Revenant, ambos formaban una pareja en constante ebullición. Sin descanso, bajo temperaturas extremas, medían con precisión cada plano, lo discutían, lo reinventaban. Y volvían a empezar. El director, en uno de los descansos, lo explicaba: “Soy muy duro, muy militante, muy exigente. No exijo nada de lo que no doy. Para mí hacer una película es una guerra de tres años y, como un perro, no la suelto. Por eso me da miedo entrar en una película, porque voy a meterme en un proceso en el que me pierdo…”.
El fruto de este constante ir y venir es un cine, como se vio anoche, jalonado de premios. Pero en ningún caso fácil. Su cinematografía avanza haya o no oxígeno. En ocasiones la escalada puede resultar fatigosa, pero nunca deja de advertirse el tic-tac de su poderosa ambición. “Me gusta invertir emocionalmente en mis películas”, suele decir.
En The Revenant late esa pulsión. Y también la admiración por los grandes clásicos, como Andréi Tarkovsky y Akira Kurosawa. El director mexicano sigue sus huellas. De ahí, por ejemplo, que la odisea del trampero Hugh Glass en 1823 se transmute por momentos en la del explorador ruso Vladímir Arséniev, en Dersú Uzalá, la obra maestra de Kurosawa. Es un ejemplo de los juegos de intertextualidad que tanto gustan a Iñárritu. Hay más en la película y habrá quien los juzgue como imitación. Pero en la deconstrucción que practica el mexicano esto carece de importancia. La huella no se oculta. La pisada se presenta tal y como es, sin subterfugios. Esa transparencia se ha vuelto un rasgo distintivo del segundo Iñárritu.
Abandonados los abusos de sus primeras gramáticas, de 21 gramos (2003) oBabel (2006), el cineasta nada ahora por aguas diáfanas. En Birdman, esa sinceridad se plasmó en largos y arriesgados planos-secuencia, donde nada se podía ocultar; en The Revenant impera una narrativa de cristal. Infinitos paisajes nevados y una historia en línea recta. Con esos elementos, Leonardo DiCaprio, ganador del Oscar como mejor actor, atraviesa, en su lucha por la supervivencia, el corazón de un universo inaugural, de una nación aún por definir. “Es una historia de crecimiento espiritual a través del dolor físico. Pero también se trata de una película de aventuras, de grandes silencios y espacios. Es una experimentación”, señala Iñárritu. Ese es el reto de The Revenant. Una obra donde el tiempo, al modo clásico, adopta la forma de una cuenta atrás. Contra una naturaleza hostil. Y también contra la muerte. Ese reloj que obsesiona a Iñárritu.

Carta a Vladimir Padrino, un bolichico petrolero

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Gustavo Coronel


Vladimir:
Dijiste el pasado Viernes que la “Fuerza Armada Nacional no pasará por encima de PDVSA”, refiriéndote a la decisión de Maduro de crear una empresa de servicios petroleros bajo la dirección exclusiva de las Fuerzas Armadas, la llamada CAMIMPEG. Agregaste, muy meloso y con sintaxis cantinflera: “Se ha querido ver, o dejar ver, de manera muy irresponsable, porque son cosas que van causando daños, siempre causan daño, cómo se puede pretender que la Fuerza Armada va a tomar los activos y va a desplazar una empresa tan hermosa, tan genuina, tan brillante, con un músculo profesional como lo es Pdvsa. Cómo se pretende hacerle ver al mundo, al pueblo de Venezuela, que una institución, tan digna también como la Fuerza Armada, pero que tienen tareas específicas en la Constitución, en la cooperación del orden interno, cómo se pretenden que vamos a pasar por encima de algo tan valioso como lo es la empresa petrolera de Venezuela, eso jamás podrá ser”.
Tu melosidad es hipócrita y el párrafo abunda en falsedades. Eso de una PDVSA hermosa, genuina y brillante es mentira. PDVSA es hoy un maloliente nido de corrupción e ineptitud, lo cual la ha llevado al colapso operacional y financiero. Lo que llamas su “músculo profesional” es hoy un flácido bagazo carcomido por contrabandistas, guisadores de todo tipo y asociado con contratistas con prontuario, algunos de ellos ya en prisión en los Estados Unidos. Hablas de una Fuerza Armada “digna y con tareas específicas” pero esta misma y absurda desviación petrolera que defiendes  demuestra que se aleja rápidamente de sus tareas específicas. No podrás negar que esta institución bajo tu mando se ha convertido en un aliado político del régimen dictatorial, violador de la Constitución y de las leyes, ni podrás negar que entre sus integrantes, a los niveles altos y medios, generales y coroneles, se practica el narcotráfico, hasta el punto de que la prensa internacional habla abiertamente de carteles allí enquistados y varios generales han sido identificados por la justicia estadounidense como involucrados en esa actividad, mientras ustedes guardan silencio cómplice.    
Sostienes que PDVSA y las FAN se deben “respetar” mutuamente. Pero nadie que sea profesional petrolero íntegro y digno puede respetar el intento que ustedes hacen de entrar a desempeñar tareas que ni les corresponden ni están preparados para hacer. Así como un geólogo no puede entrar a discurrir en Fuerte Tiuna sobre escenarios bélicos, si es que lo dejaran hablar los cubanos, así un militar no puede estar hablando de cómo llevar a cabo un estudio sismológico o como ejecutar una parada de planta en la refinería de Puerto La Cruz. Es un acto de corrupción tratar de hacer algo para lo cual no se está capacitado. Y te advierto que sería peor corrupción aún aceptar la encomienda solo para subcontratar el trabajo a quienes si saben hacerlo y cobrar una comisión por ello.

Mencionaste que la compañía militar petrolera, autorizada por el Ejecutivo nacional, “busca mayor eficiencia y eficacia” ante las exigencias que el pueblo está reclamando. Este argumento no convence ni a un niño de primaria. La razón es que no puede haber mayor eficiencia y eficacia al poner a  hacer una tarea a quien no sabe hacerla. Al contrario, ello lleva a la ineficiencia y a la ineficacia.
Te quejas de quienes criticamos esta absurda decisión y dices: “En vez de estar buscando soluciones al país pareciera que andamos por ahí de manera panfletaria, ocupándonos de cosas minúsculas”. ¿Crees tú que es cosa minúscula poner a los militares a hacer tareas petroleras que no conocen? Al contrario, esta es una medida de gigantescos riesgos y potenciales desastres para el país.
Tu mencionas que desde 1999 se “coincidió que la Fanb tenía que participar con todo su potencial en el desarrollo nacional… y participar en la gran política nacional”.  Lamentablemente, te digo que esa participación no ha sido para afianzar la libertad y la democracia en el país sino para apuntalar una dictadura. Ese involucramiento anti-constitucional y abyecto de los militares no solo no ha contribuido al desarrollo nacional sino que los ha hecho cómplices de un gigantesco crimen político, por el cual los responsables deberán pagar.
Finalizas diciendo que “Sería muy irresponsable sobre todo en estos momentos, cuando el mapa económico nos impone unas necesidades, unas decisiones, unas acciones, sería muy irresponsable de que la Fuerza Armada quedara suprimida nada más al ámbito militar que jamás lo hemos descuidado”. Déjame decirte que te equivocas de plano. Lo verdaderamente responsable sería que ustedes se limitaran a hacer lo que les corresponde, en lugar de asumir tareas para las cuales no están preparados. En 2000, con el podrido Plan Bolívar 2000, comenzaron ustedes a cortarle el pelo a la gente, a vacunarlo, a distribuir comida y ello llevó a mucha corrupción. Ahora regresan con un Plan Bolívar 2000 más grande, el cual será más corrupto, mientras los terroristas tienen sus asilos impunemente en territorio venezolano y Guyana le agarra los fundillos a Maduro. La prueba de que ese nuevo Plan Bolívar 2000 regresa es que Maduro acaba de ordenar un plan especial de producción agroalimentaria de la Fuerza Armada, elaborado por ustedes, para  “hacerle frente a la guerra no convencional que promueve la derecha caracterizada por la especulación, el acaparamiento, el contrabando y los sobreprecios de alimentos y medicinas”. Van a sembrar, crear fundos, granjas y conucos,mediante la metodología del “punto y círculo”, tan desconocido en el país como lo fue el  Inciso Alfaro Ucero.
Estas locuras refuerzan la convicción entre los venezolanos que ustedes deben salir del poder lo antes posible y ser enjuiciados por sus crímenes contra el país. Como si no fuera poco lo dicho arriba, acabas de ordenar dotar a las milicias, grupos ilegales no existentes bajo nuestras leyes, de armas largas “para defender la revolución”. Este es un acto golpista, no ya el de un simple burócrata anarquizado sino el de un militar alzado con las armas frente a la constitución venezolana. Esta es tu realidad y deberás asumir la entera responsabilidad de tus actos,
Gustavo Coronel