En pocas palabras. Javier J. JaspeWashington D.C. 

Por supuesto, que la designación del trabajador latino como personaje del año 2012, no es producto de una encuesta de alguna famosa revista, sino una simple manifestación simbólica de nuestra columna en favor de uno de los factores más dinámicos en la recuperación de la economía de Estados Unidos en el año pronto a finalizar. Es dentro de este espíritu, que deseamos efectuar las consideraciones que siguen.

El factor de gran dinamismo que ejerce la fuerza de trabajo latina aparece de bulto, en primer término, por la importancia de la población de origen latino, según los resultados que revelara el censo de 2010. De acuerdo con estos resultados, los latinos en Estados Unidos alcanzaron la cifra de 50,5 millones, para pasar a ocupar el 16,5% de la población total de Estados Unidos (http://www.census.gov/prod/cen2010/briefs/c2010br-02.pdf). De esta población, cerca de 23 millones era en el 2011 la fuerza de trabajo latina, rerpresentando el 15% del total de la fuerza de trabajo en Estados Unidos. Para el año 2018 se estima que los latinos constituirán el 18% de esta fuerza de trabajo (http://www.dol.gov/_sec/media/reports/HispanicLaborForce/HispanicLaborForce.pdf).

Por su parte, los datos disponibles en 2011, de personas mayores de 16 años, nos indican que para marzo de ese año, aproximadamente unos 20 millones de latinos se encontraban empleados, con la participación porcentual que se indica en cada caso, principalmente en las siguientes industrias:  Agricultura (23,2%), Construcción (24,4%), Manufactura de Bienes No Durables (18.9%), y Recreación y Hotelería (19.6%) (http://www.hispanic.com/hispanic-workforce-statistics). Si se atiende a las principales ocupaciones de los latinos, las estadísticas arrojarían según algunos analistas, que 19% de éstos trabajan en actividades gerenciales y profesionales; 26% en la prestación de servicios; 21% en ventas y oficinas; 16% en oficios relacionados con recursos naturales, construcción y mantenimiento; y 17% en labores de producción, transporte y mudanza.

En materia profesional, una muestra proporcionada por el censo de 2010 reveló que entre los latinos hay 284.000 bomberos de incendio, 202.000 maestros de escuela de primaria media, 74.000 jefes de oficina, 57.000 médicos y cirujanos, y 30.000 abogados. Así mismo, la fuerza de trabajo latina representaría en Estados Unidos, el 13% de los profesionales, el 19.4% de las personas empleadas en la agricultura, el 25% de trabajadores en la construcción y el 25% de quienes laboran en recreación y hotelería (The Latino Workforce’s Impact on American Business by Verónica Gómez, en: http://bluethinking.uplog.org/2011/12/06/the-latino-workforce%E2%80%99s-impact-on-american-business/).

Los datos anteriores, ya son más que suficientes para justificar nuestra escogencia simbólica del trabajador latino como personaje del año. Sinembargo, todavía cabría agregar, que una de los principales características de la fuerza de trabajo latina es que ésta se encuentra concentrada principalmente en actividades que no requieren educación universitaria o profesional. En este sentido, según el mismo reporte del Departamento de Trabajo de Estados Unidos citado arriba en segundo término, sólo uno de cada seis empleados latinos mayores de 25 años, cuenta con un título universitario, lo cual significa menos de la mitad de la proporción alcanzada por la población blanca de origen europeo. Esta distancia entre empleados latinos con título universitario y empleados blancos de origen europeo con título universitario, se habría incrementado de 17.6% en el año 2000 a 20.1% en el año 2011.

La señalada característica de la fuerza laboral latina muestra con claridad que ésta se encuentra llamada a prestar su concurso en la satisfacción de una demanda de servicios y bienes necesarios para la economía de Estados Unidos, que en su ausencia contribuiría a agravar la crisis que ha venido confrontando dicha economía en los últimos años y haría más difícil los esfuerzos que se vienen realizando para su superación. Así, a menudo vemos en nuestras comunidades como los latinos participan activamente en la prestación de servicios y en la atención de diversos oficios, desde los atañen a la plomería, jardinería, siembra y recolección de cosechas, y refacción de casas; pasando por los que consisten en la atención de restaurantes y hoteles, hasta los que envuelven trabajos calificados que se necesitan para la construcción de nuevas viviendas, edificios comerciales, calles o avenidas. Al menos en la zona donde vivo, no hay día que no me encuentre con latinos moviendo activamente con su trabajo algún área de la economía del país.

Lo anterior no significa que propiciemos una situación que mantenga el actual deficit de formación educacional que presenta la fuerza laboral latina frente a trabajadores de otra procedencia u origen. Al contrario, somos partidarios de atacar con decisión y perseverancia dos areas principales donde parece residir parte del problema. La primera tiene que ver con la circunstancia de que la mayoría de los trabajadores latinos (52% en el 2011) son inmigrantes. Estas personas generalmente ingresan al país con una deficiencia educacional producto de causas que atañen al país latinoamericano de donde provienen, principalmente relacionadas con el número insuficiente de escuelas, necesidad de atender a la subsistencia por los altos niveles de pobreza, y falta de incentivos para el estudio. En esta área hay un amplio terreno para formular y ejecutar políticas que tiendan a mejorar los niveles educativos de estos trabajadores latinos, mediante cursos por Internet o en escuelas nocturnas, especialmente en el dominio del idioma ingles y la obtención de educación secundaria y universitaria.

La segunda área está vinculada a los altos niveles de deserción observada entre los estudiantes de origen latino, ya que sólo el 58% de quienes ingresan a la educación secundaria logran culminar estos estudios, es decir, 20% menos que el de los estudiantes blancos de origen europeo. Esta situación viene a representar una real carga desventajosa para los jóvenes latinos en su acceso al mercado de trabajo, ya que aproximadamente las dos terceras partes de los puestos que surgen en dicho mercado requieren contar con una educación post-secundaria. Esta situación es mucho más grave, si se toma en cuenta que uno de los segmentos del mercado más dinámico está constituído por los puestos de trabajo que requieren alguna formación en materias como ciencias, matemáticas, tecnología e ingeniería, en las cuales los estudiantes latinos presentan una marcada deficiencia,.ya que tales puestos crecen a una tasa cuatro veces mayor que el promedio de credimiento general (http://www.npr.org/2012/09/20/161475627/whats-driving-dropout-rate-for-black-latino-men).

En pocas palabras, el trabajador latino, por el papel que viene desempeñando como factor de apoyo para superar la crisis que vive la economía de Estados Unidos en los últimos años, según lo revelan las estadísticas citadas en el curso de este artículo, merece el voto favorable simbólico de esta columna, para ser designado como personaje de 2012. La mayoría de la fuerza de trabajo latina se concentra actualmente en ocupaciones y oficios que no requieren formación universitaria, satisfaciendo así una demanda que en su ausencia comprometería los esfuerzos que se realizan para superar dicha crisis. Sinembargo, a todo evento resultaría necesario realizar esfuerzos para mejorar la educación de los trabajadores latinos, tanto del segmento de inmigrantes  como de los jóvenes de segunda generación, con el fin de que se encuentren en una mejor condición de competir en el acceso a puestos de trabajo que cada vez serán más exigentes en requerimientos de formación educativa. Veremos….