En: http://www.lapatilla.com/site/2012/12/17/oswaldo-alvarez-paz-pobre-venezuela/
Oswaldoo Álvarez Paz
Es difícil escribir serenamente después de conocer los resultados del domingo. Siento una preocupación enorme y una tristeza infinita. Particularmente doloroso lo del Zulia, Táchira, Carabobo y Nueva Esparta así como también la votación en otros estados en los que teníamos esperanzas favorables. Sin embargo, lo conocido no me sorprende. Una mezcla de tristeza con incertidumbre define bien el ánimo de este día. Los mismos factores que determinaron la reelección de Chávez el pasado 7-O actuaron el 16-D. El régimen continúa teniendo a su servicio toda la estructura del CNE, desde los rectores hasta los más humildes funcionarios de su extensa burocracia. Funcionó el mismo ventajismo electoral, descarado e inmoral, contrario al ordenamiento jurídico. La parcialización de los jefes militares se siente más a nivel local que incluso a nivel nacional. De nuevo se sintió la actuación de los ilegales colectivos al servicio de los gobernantes. La misma parcialidad de la enorme red comunicacional. Malversación y peculado de uso a la orden del día, como nunca antes, y otros factores caracterizaron lo que para mí es una verdadera tragedia. Por supuesto que también observamos fallas notables en el campo opositor. No es el momento para abordarlas, pero lo haremos con ánimo de superación definitiva. Ha sido dicho que cuando los mismos hacen lo mismo, los resultados también serán los mismos. Felicito sinceramente a quienes, por encima de las dificultades, obtuvieron la victoria. El reto es enorme para estar a la altura de la confianza recibida.
Se trata de un golpe mortal a la descentralización y a la democracia misma. Adiós a la Constitución y a un orden jurídico estable. Ninguna revolución puede tener esas camisas de fuerza que le impidan alcanzar sus objetivos. Primero van los hechos y después el Derecho, siempre flexible, de plastilina. Normas generales y confusas, de interpretación siempre adecuada por y para los órganos correspondientes del régimen. Quedan en peligro mortal la libertad, especialmente la de expresión, la propiedad, la libre empresa, la educación libre, la familia, la seguridad de las personas y de los bienes, etc. En fin, el desastre actual acompañado de ineficacia y corrupción galopante con la carga ideológica derivada del socialismo comunistoide que se ratifica, proyecta una situación dramática ya en pleno desarrollo.
Sin embargo, podemos tener situaciones tormentosas muy pronto. Algunas de las causas están asociadas a la enfermedad terminal de Chávez. Otras al hecho innegable de que los demonios de la ambición están presentes en el alto gobierno. También en la oposición. Alerta Venezuela.
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