Al ver que ninguna de las partes puede aniquilar a la otra se llega a la conclusión de que es mejor negociar la salida que matarse. Ahí ha llegado Venezuela y es claro que el régimen es incapaz de mejorar la gravísima situación. Está sentenciado a muerte, aunque pueda prolongar la agonía a un costo muy alto.
La conciencia y la Constitución (Art. 350) nos mandan a desconocer la tiranía que hoy está matando a la población y violando sus legítimos derechos y aspiraciones, y estamos obligados a trabajar por el restablecimiento de la Constitución (Art. 333) con elecciones democráticas libres y transparentes. La Constitución manda (Art. 233) que ante la falta absoluta de presidente legítimamente elegido, el presidente de la legítima Asamblea Nacional se encargue de la Presidencia de la República para conducir la transición que restaure la Constitución, al tiempo que frena la hiperinflación de muerte, busca de emergencia la ayuda humanitaria, y promueve el renacer de la vida ciudadana y de la producción económico-social. Necesitamos un cambio urgente que desde ahora ponga todas las condiciones para un proceso electoral limpio (CNE nuevo, registro electoral, voto en el exterior, candidatos habilitados, modo de votar, testigos…).
Ya el “diálogo” burlado no volverá como una trampa para que el régimen pueda ganar tiempo, sino que necesitamos un extraordinario acuerdo para recrear el país.....
EN: http://www.el-nacional.com/noticias/columnista/acuerdo-nacional-muerte_277628
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