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Saludos, |
Las inhabilitaciones políticas a opositores del régimen son un exabrupto que el mundo democrático ha condenado y reclamado muchas veces a Maduro. Es una de las muestras más claras y evidentes de su talante autoritario y antidemocrático. Y la verdad es que esas inhabilitaciones, más allá de lo nefastas que son, nos facilitan mucho el trabajo a la hora de ilustrar a cualquier funcionario sobre Maduro y su prontuario. Hablan por sí solas. Explican mejor que mil palabras. Y proceder ahora a levantar selectivamente algunas inhabilitaciones para premiar sólo a aquellos que decidan bailar al ritmo electoral del régimen es igual o peor de nefasto -e igual o mejor de ilustrativo- que las propias inhabilitaciones. Por lo que respecta a mi inhabilitación política, que ya no recuerdo por cuantos años es ni a partir de cuando comenzó a correr, pueden hacer lo que quieran. Da lo mismo si me la quitan, si me la dejan, si me la extienden, o si jamás me la hubieran impuesto. Ojalá nuestra Venezuela estuviera enfrentando un problema político o electoral, y no un problema criminal. |
Ramón Muchacho. |
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