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Saludos,
Muy positiva la agenda del presidente electo Edmundo González en Washington, y especialmente la reunión con el presidente de los Estados Unidos.
Es una verdadera lástima, para ponerle algún calificativo, que el presidente electo Donald Trump y el próximo Secretario de Estado, Marco Rubio, no lo hayan recibido. Ojalá corrijan. Aún hay tiempo.
Alguien que podría ayudar a conseguir esa reunión, y echarnos una mano a los venezolanos en estos momentos difíciles, es Elon Musk. Tras el 28J fue un aliado de nuestra causa, pero de hace un tiempo para acá no menciona a Venezuela, a pesar de poner cien tweets diarios peleando con los gobernantes de Alemania, Reino Unido o Canadá, y con medio mundo.
Elon Musk y Juan Barreto
Hugo Chávez pasó años amenazando con expropiar los campos de golf de Caracas para construir parques y viviendas de interés social. Nunca se atrevió.
Chávez era un provocador de oficio con un ego sobredimensionado que generaba caos permanentemente. Era su forma de (des)gobernar.
Un día de agosto de 2006, Juan Barreto, siendo alcalde metropolitano, fue más allá que Chávez y decretó la expropiación de los campos de golf de Caracas. Ahí sí que se montó la gata en la batea. Cundió el pánico. Fue el tema de conversación por un mes. La noticia le dio la vuelta al mundo en todos los medios e idiomas.
Y hasta allí llegó el gordo Barreto. Los campos no fueron expropiados, pero su carrera política dentro del Chavismo si fue enterrada. En lo adelante todo fue en bajada. Olvidó que de él sólo se esperaba sumisión al líder máximo. Tenía que ser chavista, pero no podía ser “más chavista que Chávez”, o más arrecho que su jefe.
Si alguien iba a expropiar esos campos de golf, no iba a ser un segundón.
Y bueno, Trump también gobierna generando caos e incertidumbre, y le gusta ser el jefe supremo. Al fin y al cabo, él es el presidente.
Y Musk es, o parecía ser, un complemento perfecto para Trump.
Pero visto el tamaño del caos que le ha dado por generar alrededor del mundo -ante el cual los gobiernos europeos han decidido romper el silencio- y dada la personalidad de su jefe político, a quien no le debe agradar que le hagan sombra, sería bueno contarle a Elon la anécdota de Juan.
Porque Elon es, hoy por hoy, “más trumpista que Trump”.
Y eso es más peligroso que alfiler en hallaca.
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