Sunday, December 24, 2017

Gustavo Coronel: Auto nuevo en Navidad

La salud del anciano ex - gerente petrolero se había debilitado mucho. Poco salía ya de su pequeña vivienda en un rincón de Florida, la cual era pagada por sus hijos. Pasaba la mayor parte del tiempo leyendo y  escribiendo en su vieja computadora. Veía hacia el pasado con frecuencia y pensaba que los viejos petroleros venezolanos no habían sido muy afortunados en su retiro. Su fondo de ahorros había sido usado por la empresa para pagar sus propias deudas y sus  pensiones se habían convertido en sal y agua, debido a las severas  devaluaciones sufridas por el Bolívar. Sus salarios nunca habían sido del mismo nivel que los existentes en las grandes corporaciones privadas de la  industria petrolera internacional, en las cuales – inclusive – los gerentes tenían acceso a la participación accionaria. Eso no había sido posible en PDVSA, empresa e la cual todas las acciones estaban en manos del estado. El anciano recordaba que nunca llegó a ganar más que el equivalente de unos $5000 al mes, aun cuando se retiró a nivel directivo, respetable suma pero bastante inferior a la que recibían sus iguales del sector petrolero privado. Ahora, lo comentaba como chiste  con sus amigos, cada vez que recibía el cheque de su jubilación se iba a almorzar en un buen restaurante. No alcanzaba para más.

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