Saturday, April 28, 2018

Temblor seco, temblor húmedo, por Naky Soto

A las 4:45 de la madrugada de este viernes, un sismo de magnitud 4,7 sacudió a Caracas, Carabobo, Miranda y Vargas. Según los datos de la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (Funvisis), el epicentro estuvo a 20 kilómetros al noroeste de Morón, estado Carabobo. Poco después, Funvisis reportó un segundo sismo de 3.0. No se reportan daños materiales ni pérdidas humanas. Sin mencionar una palabra sobre este evento, Nicolás aprovechó un acto de campaña para ordenar la intervención de la Compañía Hidrológica de Mérida por los cortes permanentes de agua y el aumento del costo del servicio, responsabilizando al gobernador Ramón Guevara de los despidos en la Hidrológica y del “sabotaje del suministro” de agua. La compañía “Aguas de Mérida”, encargada del suministro en ese estado, rechazó la declaración de Nicolás y la orden de expropiación con un comunicado que dice lo necesario: la escasez de agua es un fenómeno que se registra en todo el país producto de las malas políticas para mantener el servicio. Más tarde, una tubería matriz se rompió en el sector La Toma del municipio El Hatillo, causando un deslave en la comunidad, que dejó tres casas destruidas y cinco en grave peligro. El colapso de la tubería es una tragedia que revela otra: la existencia de viviendas sobre tuberías de aducción, solo porque el Estado así lo ha permitido. Para cumplir con el guión oficial, los ministros de Energía Eléctrica y Ecosocialismo y Agua denunciaron sabotajes para explicar los racionamientos de agua, pidiendo al pueblo que no dejen quebrantar su moral. El chavismo elude la dimensión del problema del agua y la relación directa entre su política y el colapso de un servicio gerenciado por leales y no especialistas; leales que disfrutan de impunidad por sus errores sin que nada mejore.

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