Los realistas que fueron contemporáneos de estos sucesos, han descrito el funesto terremoto que asoló a media Venezuela como un castigo de Dios por el atrevimiento republicano en usurpar el poder del Rey de España, por atentar contra el clero y abolir los principales “fundamentos” que sostuvieron la sociedad colonial. No hay que olvidar que a lo largo de la contienda la mayoría de los obispos y prelados de la jerarquía eclesiástica fueron fervientes partidarios de la causa del Rey y en esta circunstancia no desaprovecharon la ocasión para utilizar la catástrofe como medio de propaganda para desacreditar a los republicanos.
Para el Arzobispo de Caracas, Narciso Coll y Prat (1754-1822), cabeza de la Iglesia venezolana en ese entonces, el terremoto vino a significar el pronunciamiento de Dios respecto a los revolucionarios:...
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