Todo proyecto socialista empieza con una utopía y termina con un fracaso. No existen excepciones a esta regla. Sin embargo, no todas las utopías se asemejan y no todos los fracasos son iguales. Una característica de la utopía socialista moderna, desde los tiempos de Marx, ha sido su opacidad. Son contados los textos en los que Marx, Lenin y otros dibujaron, siempre con parsimonia, cómo luciría el mundo ideal del comunismo. En esto la utopía socialista moderna se separa de los esfuerzos de algunos pensadores del Renacimiento, como Tomás Moro, Francis Bacon y Tomaso Campanella, quienes puntualizaron prolijamente sus visiones acerca del mundo deseable al que aspiraban.....
EN: https://www.elnacional.com/opinion/que-fue-del-hombre-nuevo/
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