Al ver la salida de las personas liberadas en fecha reciente nos conmovieron especialmente las declaraciones de la señora Antonia Turbay, apresada por Maduro por el delito de ser vecina de Iván Simonovis, quien al salir después de un año de reclusión expresó: “Un tiempo muy triste y duro, un robo de un año”. Palabras de una persona totalmente inocente.
Tratamos de entender lo inexplicable, en qué puede basarse este gobierno para cometer estos atropellos, como pueden robarle la vida a personas inocentes sin pudor alguno y sin que les tiemble la voz cuando hablan de paz y convivencia. Esta inquietud nos ha llevado directamente a buscar las excusas, la supuesta base jurídica que utiliza la dictadura para cometer atropellos como aquel de tener en prisión indefinidamente alrededor de 500 personas sin haber cometido delito alguno....
Esta búsqueda nos confronta con “la ley contra el odio”, instrumento usado en las declaraciones de los funcionarios como justificación ante los medios de comunicación dada la inexistencia de pruebas contra los ciudadanos presos o asesinados....
El texto de esta ley debe ser examinado en nuestras Escuelas de Derecho mostrándole a los futuros abogados la práctica bárbara que significa amparar con una ley la ejecución de los crímenes más horrendos contra las personas, las mujeres, las familias, los militares y todo aquel que abogue por una sociedad con derecho de pensar y opinar. A Stalin, Hitler y Amin Dada no se les ocurrió esa brillante idea. Nunca más una ley contra el odio para matar y reprimir ciudadanos.....
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