“Aquel que no conoce su historia está condenado a repetirla”, esta frase se le atribuye a Napoleón Bonaparte, aunque hay referencias a otras expresiones semejantes. Cuando se reflexiona sobre el sentido de esta expresión, vemos que se refiere a los pueblos que al desconocer su pasado cometen los mismos errores y están destinados a repetir acciones con sus consecuencias. La salida a esta realidad es tener una ciudadanía informada, crítica. En breves palabras, unos ciudadanos capaces de pensar por sí mismos y no dejarse atraer por las sempiternas voces que confunden y arrastran a los ya conocidos despeñaderos de los últimos años. Por ello, en estos momentos cruciales de la vida del país, se vuelve perentorio conocer algunos de los períodos históricos venezolanos que, por muchas razones, han sido celosamente silenciados en los baúles del recuerdo.
Tal es el caso del gobierno del general Isaías Medina Angarita (1941-1945). Voy a examinar algunos hechos claves, a veces ignorados, que configuran una realidad muy distinta a la que han narrado quienes patrocinaron el malhadado dieciocho de octubre de mil novecientos cuarenta y cinco; sucesos que desembocaron en esa fecha y que han sido interpretados como el inicio del período democrático venezolano, produciendo, además, un injusto empleo de la historia como apología política.....
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