Sunday, July 20, 2025

Editorial El Nacional: Canje

 EN: https://www.elnacional.com/2025/07/canje-2/

“Ninguno de estos que están saliendo son unos niños de pecho. Ninguno”, dijo el ministro del Interior (y el mazo), Diosdado Cabello, al confirmar el canje que permitió la llegada a Venezuela de 252 migrantes venezolanos presos en El Salvador y la liberación de 10 estadounidenses detenidos en nuestro país y de 80 presos políticos nacionales, encarcelados durante la ola represiva que siguió, y continúa, al fraude electoral del 28 de julio del año pasado. 

“Los 80 venezolanos hubiesen salido igualito, 80 por ahora, seguramente van a salir más”, añadió Cabello, a quien le entregaron el Ministerio del Interior a finales de agosto de 2024, cuando arreciaba la cacería de opositores o sospechosos de serlo o de simples ciudadanos que quizás su único acto de protesta fue votar contra Maduro el 28J y mientras, en la escena internacional, medio mundo le pedía al régimen venezolano que mostrara las actas según las cuales habría ganado las elecciones. Aún están en deuda y lo seguirán estando.

En Venezuela hay cerca de un millar de presos políticos, ahora ochenta menos, lo que, ciertamente, es una bendición para los excarcelados, para sus familias y para las organizaciones que persisten en la lucha por la liberación de todos los detenidos por haber ejercido sus derechos políticos. Cabello miente cuando dice que hubieran salido “igualito”, porque quienes "no son niños de pecho" son sus carceleros, una cadena de mando que empieza en la cúpula del régimen que viola sistemática y cínicamente las garantías establecidas en la Constitución para todos los ciudadanos. 

La operación tripartita detrás del canje, que junta a la administración Trump, el gobierno de Nayib Bukele y a las cabezas del régimen venezolano; también a ese escurridizo personaje que es José Luis Rodríguez Zapatero, no es el resultado del encuentro fortuito y desinteresado de unos niños de pecho. Es condenable el trato que reciben los migrantes venezolanos en Estados Unidos y execrable su deportación a la megacárcel de Bukele, hechos que, como si fueran parte de una parodia, han sido aprovechados por la dictadura venezolana para rasgarse las vestiduras. Ha sido el canje de unos maltratados por otros maltratados. 

No hay ningún compromiso por parte de la dictadura venezolana de respetar los derechos de los venezolanos. Ni de proceder a liberar a los centenares de compatriotas que siguen presos injustamente, ni siquiera de aliviar sus condiciones inhumanas de reclusión, ni siquiera tampoco en poner fin a los arrestos arbitrarios, a las desapariciones forzadas y a la violación sistémica del derecho a la defensa. 

Solidaridad total y emotiva para quienes fueron excarcelados. Para sus familias, para los defensores de los derechos humanos cuya labor titánica merece reconocimiento, apoyo y admiración.

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