El mundo político venezolano es como una cebolla cuya capa externa, la que
está en el poder, tiene el color negruzco y la tristeza de la podredumbre.
Evidentemente hay que quitarla, si no queremos perder toda la cebolla. Sin embargo,
eliminar esa capa exterior podrida no será suficiente para salvarla.
Nos estamos dando cuenta de que la segunda capa, lo que pudiéramos llamar
la endodermis, está casi igualmente infectada de mediocridad y de carencia de
coraje cívico que la capa exterior. Esto es lo que está sucediendo actualmente
con la maniobra que pretende llevar a cabo Henri Falcón, acompañado de un grupo
de venezolanos quienes – desde hace algunos años para acá - transitan una vía ambigua entre un llamado a
la coexistencia pacífica con el régimen
y la promoción de una alternativa electoral prostituida.
EN:
No comments:
Post a Comment