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Saludos,
Edición elaborada por el Consejo Editorial de Laceiba.
¿Periodismo?
Siempre hemos sido muy respetuosos con nuestros amigos de la prensa. Son nuestra principal base de trabajo, los defendemos por su incansable trabajo por la verdad, aún en las peores circunstancias.
Lamentablemente, algunos se extravían, se convierten en algo que no sabemos qué es, pero que se aleja del ejercicio periodístico, por causas innobles e inconfesables.
Así pues nos duele, y dejamos constancia, de lo que ocurre con el New York Times y su nefasta aproximación sobre el problema venezolano. Versiones manipuladas, uso de ardides y trampillas, constructos con medias verdades, titulares que rayan en la obscenidad… todo para complacer oscuros intereses y tomar partido.
El NYT instrumentaliza nuestra crisis, una herida que sangra cada día más, para gestionar, si es que así puede decirse, sus problemas con la Casa Blanca. Problemas que son entre ellos, ojo, pero que no deberían mediatizar la cobertura sobre lo que pasa en nuestra abrumada nación.
Hace un tiempo muy corto hicieron aquel publirreportaje con personajes que no representan al liderazgo mayoritario venezolano. Ahora publican declaraciones de críticos internos de María Corina para desacreditarla. Para ello, usan opiniones de Machado tergiversadas, sacadas de contexto y, peor aún, utilizan argumentos de ella que son exactos a los que años atrás usaban esos mismos críticos, ampliamente reseñados en medios venezolanos.
En lugar de investigar para hallar la verdad, el NYT optó por lo fácil. Ignoró, por ejemplo, viejas declaraciones de Capriles sobre las andanzas del régimen en el narcotráfico. Es como si los narcosobrinos y Walid Makled nunca existieron, o si el Pollo Carvajal estuviera preso por jugar ajilei y no porque confesó sus nexos, y los del gobierno de Maduro, con los carteles de la droga.
En lugar de desestimar la vinculación del régimen con el Tren de Aragua, al NYT le bastaba contactar a las autoridades chilenas para que accedieran a las pruebas que unen a Miraflores con el TDA y el macabro asesinato del teniente Ojeda.
La lista de ejemplos y de datos documentados es larga. Podemos hablar de lo que pasa en Apure o en el Amazonas con el ELN, las Farc, el Cartel de Sinaloa… Pero no. El NYT no hizo su trabajo. Solo un copy and paste para favorecer intereses desconocidos.
No sabemos en qué anda el NYT en el caso venezolano, pero en el periodismo riguroso seguro que no. Seguramente verán la foto de Maduro con una espada, al estilo Noriega, y pensarán que es pura “ciencia-ficción”.
Si siguen así, en algún momento hasta pondrán en duda el asesinato de Albán o del teniente Arévalo. Quizás hasta se traguen la servilleta de Amoroso.
Así son las cosas.
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