Thursday, November 23, 2017

Editorial El Nacional: El condominio sospechoso

La fuga del alcalde Antonio Ledezma ha sembrado desasosiego en el gobierno. El dictador se burló del sorprendente escape cuando lo comentó por televisión, pero ahora muestra señales de desesperación que descubren muchas de las fallas del régimen en una materia de la cual parecía maestro sin igual: la prisión de los políticos opositores. La aparición del desaparecido en Cúcuta y después en Madrid lo hizo quedar en un ridículo supremo.
Se los regalo con lazo y todo, dijo Maduro frente a las cámaras, quédense con ese vampiro en España, que aquí no hace falta. Bríndenle copas en la Gran Vía, para que se tome las que aquí le quitamos del botiquín. Ese fue el estilo de la reacción del dictador, como si estuviera frente a una minucia doméstica que se resuelve con un simple comentario ocasional. ¿Se ajustó a la magnitud del fracaso que debía asumir, a la trascendencia de un hecho que se burla de la opresión y de la represión que son características de su dictadura?

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