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Saludos,
Edición elaborada por el Consejo Editorial de Laceiba.
Despreciables
Presidido por Caryslia Beatriz Rodríguez Rodríguez, el TSJ fue testigo silencioso y cómplice de un acto abominable contra decenas de mujeres y madres venezolanas.
Atacadas, robadas, arrastradas por el suelo.
El acto barbárico refleja con exactitud el nivel de podredumbre que reina puertas adentro del “poder judicial”.
Así, cada día, Maduro va superándose a sí mismo.
Lo peor es que, en el mundo paralelo que Maduro se ha construido, se pudo ver a unos cuantos alcaldes, incluidos varios “opositores”, en un ajetreo para estrechar manos y tomarse una foto con el dictador y Cilia.
Esos alcaldes ni se inmutaron ante la amenaza de Maduro contra el ex gobernador del Táchira, César Pérez Vivas: una amenaza que inmediatamente se convierte en condena.
De eso se trata la defensa de los “espacios”.
Y así es como se potencian la apatía y el desgano de la población frente a la dirigencia política. Ni más, ni menos.
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