Thursday, October 30, 2025

Editorial El Nacional: El puesto 143

 EN: https://www.elnacional.com/2025/10/el-puesto-143/

El Índice Global del Estado de Derecho incluye a 143 países. Venezuela ocupa ese lugar, el último, por segundo año seguido. El Estado de Derecho es, según lo definió el fundador de World Justice Project (Proyecto de Justicia Mundial), William H. Neukom, la base de unas comunidades sanas, basadas en la justicia, la oportunidad y la paz. Estar en la cola de ese ranking debería ser suficiente motivo para que los que mandan recojan sus bártulos y permitan que la sociedad elija otro equipo al frente. Lo que, por lo demás, los venezolanos eligieron el 28J y siguen demandando al día de hoy.

El Proyecto de Justicia Mundial es una iniciativa de la Asociación de Abogados Estadounidenses (ABA, en sus siglas en inglés), que impulsó su creación hace casi 20 años. Desde 2009 es una organización independiente sin fines de lucro, con oficinas en Washington, Singapur y Ciudad de México. Lo que se propone es generar conocimiento para que se pueda mejorar la salud del Estado de Derecho en el planeta, ahora en un franco retroceso democrático.

El término Estado de Derecho suena a asunto de leyes y juristas, pero en realidad tiene que ver con los asuntos cotidianos de una sociedad: seguridad, derechos, justicia, gobiernos próximos, transparentes, que responden las inquietudes de los ciudadanos y rinden cuentas. Nada de lo que tenemos hoy en día, aun cuando los componentes de ese Estado de Derecho, de esa cotidianidad a la que aspiramos, están contenidos en la Constitución. Letra muerta, se suele decir, y sufrir. 

No basta pensar los conceptos, aunque es un paso indispensable; tampoco blandir el libro de la Constitución como si de ese acto brotaran por arte de magia las soluciones a tantas carencias, injusticias y atropellos. Allí están las normas para que las instituciones funcionen, pero no lo hacen por sí solas, quienes las encabezan deben creer en ellas, respetarlas y reformarlas en los casos que sean necesarios. Es la enorme tarea por hacer en Venezuela para adecentar el poder público y ponerlo al servicio de los ciudadanos. 

Para eso se votó y por eso se aspira al cambio político. No para la revancha, ni tan solo para un simple relevo en el poder. Los que están no pueden, no deben, seguir ni un día más al frente de la conducción de la nación. Porque no solo son incompetentes, sino que de manera deliberada mandan en contra del pueblo, que somos todos, en el concepto amplio de sociedad, al que le han arrebatado su voluntad expresada en las urnas y lo someten a las penurias diarias por todos conocidas y padecidas. 

El puesto 143 es una vergüenza, una sinrazón. El índice que registra el Proyecto de Justicia Mundial es ínfimo, como si el país no existiera, no hay por dónde medirlo. Ese es el producto de un cuarto de siglo de despropósitos, de hegemonía enfermiza del poder para nada finalmente. Solo para colocar al país en una situación de extrema tensión y, ni aun así, aborrecidos mundialmente, hay una pizca de valentía para enfrentar la realidad.

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