Más que un gesto, lo correcto sería desprenderse de cualquier esperanza de llegar a un acuerdo que permita desentramar este enredo que el mismo gobierno se ha encargado de oscurecer con fines específicos y particulares. Pensar que Maduro es capaz de oír las súplicas de la oposición y corresponder civilizada y políticamente para que los acontecimientos marchen en la dirección correcta y se pueda salir de la crisis es pecar de ingenuo y, peor aún, aceptar mansamente las reglas de un adversario que en ningún momento se siente dispuesto a ceder ni un ápice.
Seguir leyendo,
EN:
No comments:
Post a Comment